Lo leyó el presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Correccional N° 4, Adolfo Calvete, ante una sala repleta de activistas y de familiares. Afuera, en el sexto piso de los Tribunales porteños –copado de travestis, activistas, banderas LGBT– se festejó con gritos y puños en alto. Adentro, con aullidos y llantos. Say Sacayán, el menor de lxs 17 hermanxs y una de las personas que más trabajó para llegar a ese momento, esperó el veredicto de la mano de Nora Cortiñas y mirando fijo dos estampitas: una de Diana y otra del Gauchito Gil. Después, Say abrazó a Darío Arias, de la Comisión de Justicia por Diana Sacayán. Fue un alivio, también un dolor, y una victoria colectiva. Por María Eugenia Ludueña y Ana Fornaro, Agencia Presentes. Más información en Indymedia Géneros |