Los días 8 y 9 de junio se llevará a cabo en Buenos Aires el juicio a Josu Lariz Iriondo, detenido en esta ciudad a la espera de la resolución de la Justicia argentina sobre el pedido de extradición elevado por el gobierno español. El juez de su causa, Claudio Bonadío, ha manifestado públicamente que se inclina por la extradición y, como si esto fuera poco, hasta ahora no ha aceptado otra prueba de la defensa que el informe del Relator para la Tortura de la ONU.

Entre las pruebas rechazadas por Bonadío se encuentran el informe de SERPAJ-Uruguay referente al caso, la carta de Mikel Alberdi (preso diecisiete años por el atentado del que se acusa a Josu) deslindando cualquier responsabilidad de Josu, y el sumario de la Justicia española referente a dicho atentado (que en ningún momento menciona a Josu).

Luego de una fuerte campaña internacional el juez Bonadío aceptó en el juicio el testimonio de cuatro ciudadanos argentinos, entre ellos el premio Nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel. En caso de que Bonadío dé lugar al pedido de extradición, la defensa apelará ante la Suprema Corte de Justicia; luego de este fallo, será el gobierno argentino quien tenga la última palabra.

La solidaridad es la ternura de los pueblos: son palabras de Neruda citadas por Juanita, la esposa de Josu, en su carta abierta. Cada día llegan nuevas muestras de esta ternura: en internet se recogen adhesiones a una petición por la libertad de este ciudadano, y varias organizaciones solicitan su asilo político.

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