Mientras América Latina se planta frente a los planes del FMI, en el "primer mundo" se producen movilizaciones contra los señores del dinero. En Perú un pueblo movilizado logró detener la ofensiva del presidente Toledo quien se vio obligado a dar marcha atrás en la privatización de dos empresas energéticas; del otro lado del charco en Uruguay las cacerolas suenan cada vez más fuerte ante cada anuncio antipopular del ex llorón Batlle quien hoy lunes anunció un nuevo superjustazo; en Bolivia continúa a pesar del silencio mediático la marcha de campesinos indígenas hacia la capital. El "fantasma argentino" se expande por toda la región, en México un secretario de estado del gobierno encabezado por el ex gerente de Coca Cola, Vicente Fox, reconoció con preocupación que la economía azteca ya comienza a bailar al ritmo del efecto tango.
Mientras tanto, en Europa las contradicciones salen a la luz. El avance electoral de la derecha se contrapone a las nuevas medidas de lucha de diversos sectores de la población. Así como lo habían hecho los trabajadores italianos en abril, sus pares españoles llevaron a cabo la semana pasada la primera huelga general contra el gobierno del filo franquista Aznar, a la vez que las calles de Sevilla fueron tomadas por distintos movientos sociales que se oponen a la "Europa del capital".
Esta semana la acción cruzará el Atlántico para instalarse en las calles de Alberta, la provincia canadiense donde se reunirán, entre árboles, lagos y montañas, personajes como George W. Bush y Tony Blair, protestas que se extenderán a la capital Ottawa.