La salud y la educación pública no sólo siguen sin ser prioridad para el gobierno actual, sino que los trabajadores y trabajadoras que se organizan y pelean por mejorar sus magros salarios vienen siendo perseguidos. Quienes con su esfuerzo pelean día a día por sostener la gratuidad y la calidad para que las mayorías puedan curarse y educarse, terminan siendo reprimidos, amedrentados y ninguneados por las autoridades estatales. El apoyo de la comunidad se torna en algo muy significativo para sostener estas luchas. Saben que quienes sostienen estos derechos básicos de la población pese a los magros presupuestos que imparte el estado, son quienes trabajan en los hospitales y en las escuelas.
Los docentes salteños siguen su lucha, pese a que fueron nuevamente agredidos, esta vez, por una patota que actuó con complicidad de Gendarmería, mientras cortaban la ruta en la frontera con Bolivia. En Neuquén, la casa de un delegado docente fue baleada.
En el ámbito de la salud, se destaca la lucha del Hospital Garraham de Capital Federal, donde el personal pelea por sueldos dignos, así como sucede en el Ramos Mejía, y en la Provincia de Buenos Aires, donde se vienen dando numerosas luchas en ese sentido. El Ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, amenazó con “aplicar el rigor de la ley” contra los trabajadores y trabajadoras (enfermeros, técnicos y administrativos) que realizan un paro de 72 horas para reclamar un 70 por ciento de aumento en el sueldo básico y un 2 por ciento por año de antigüedad.
“Una enfermera de neonatología, con 15 años de antigüedad, gana por siete horas de tarea en área crítica 1.000 pesos y, para llegar a los 1.300, debería trabajar 17 horas por día, ya que por cada hora extra recibe ocho pesos", declararon a la prensa el personal en lucha. Realizan una huelga por 72 horas, que termina este viernes, cuando un acto a realizarse en el nosocomio anuncie cómo siguen la acciones para recomponer el salario.
En este conflicto el Ministerio de Trabajo hasta ahora se ha limitado a tratar de amedrentar a los trabajadores dictando tres veces la conciliación obligatoria y enviando inspectores para controlar a ver si se realizan las guardias mínimas. Sabido es que quienes trabajan en este hospital se desviven por salvarle la vida a incontables pacientes. Por eso frente a las cámaras de televisión y en directo para todos los hogares se pudo ver a padres de chicos internados en el hospital defender a los trabajadores en huelga.
En tanto, el pasado domingo en el Puente internacional Salvador Mazza -Yacuiba, en el límite con Bolivia, una patota de camioneros golpeó a palazos y destruyó todas las pertenencias de los docentes del departamento San Martín que se encuentran instalados allí desde el viernes 8, ante la inacción total de la Gendarmería nacional que custodia en lugar.
En Neuquén, la escalada represiva de los últimos meses se profundiza, cada vez, con mayor impunidad. El sábado por la madrugada, la casa de Alejandro Castellar, dirigente de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN), fue baleada cuando toda la familia estaba durmiendo.
Conflicto en el Garrahan:
Lucha docente: