Arnaldo Dubín es docente de la Cátedra de Farmacología de la Facultad de Ciencias Médicas desde 1975, donde tiene un laboratorio de investigación básica que mantiene a pulmón, donde se forman residentes, se produce ciencia y esto está documentado en decenas de presentaciones en congresos e importantes revistas nacionales e internacionales.

Hace un año y medio en un concurso para profesor adjunto, durante la presentación de su propuesta pedagógica fue increpado por uno de los miembros del jurado, la profesora María Tacconi de Alaniz, titular de la cátedra de Bioquímica, quien le pidió explicaciones de cómo podía pensar en una Universidad sin restricciones al ingreso, algo que no debería contar en un concurso. “Tengo más de diez años de diferencia en antecedentes docentes, un ejercicio profesional con jefatura de servicio, participación como conferencista en congresos internacionales, realmente llama la atención por lo tendencioso”.

En ese concurso hubo dos dictámenes, en uno ignoraron sus antecedentes académicos, no mencionan que tiene un laboratorio de investigación en la misma cátedra, dicen barbaridades sobre sus trabajos, “que son sobre terapia intensiva, en cambio los del otro concursante son sobre farmacología y terapéutica”, mientras que en el otro dictamen se hace un análisis minucioso de sus antecedentes. Sin embargo el Consejo Académico vota finalmente en su contra.

Después de lo ocurrido, Dubín presentó una denuncia por discriminación en el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia), y presentará un recurso en la Universidad. Además cuenta con el apoyo del sindicato docente (ADULP), del centro de estudiantes de medicina (Unite-CEPA) y de otros sectores de la comunidad médica y educativa.

Para el docente, este problema “desnuda el enfrentamiento de distintos proyectos de Universidad, Hoja de Roble (quien conduce la Facultad) intenta y lleva adelante un proyecto elitista y restrictivo, porque entran muy pocos estudiantes, se priva de la posibilidad de estudiar a un montón de chicos, que serían excelentes médicos y útiles a nuestra sociedad. Incluso, no tienen la valentía de explicitar el cupo ¿quiénes entran a la Facultad?, clase media y más, para poder pasar este examen de ingreso, no solamente tenés que haber ido a un muy buen colegio secundario, sino al mismo tiempo, tener dinero para pagarte los cursos preparatorios privados que existen, sino, no entrás. (…) Necesitamos, en contraposición al modelo restrictivo y elitista de Hoja de Roble, una Universidad popular, democrática y científica.”

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