El sábado por la tarde un grupo de personas en el sur de la ciudad se convocó en una plaza que la nomenclatura oficial llama de los Virreyes y que los vecinos rebautizaron Tupac Amaru. Allí donde termina la línea de subte E y el premetro comienza su recorrido hacia el sur profundo porteño. Bajo el nudo de cemento que forma la autopista instalaron un equipo de sonido, expusieron fotos, pintaron una bandera, charlaron, tomaron mate, músiquearon, reclamaron justicia para Eduardo Chasqui Córdoba.

En la madrugada del 22 de abril él tomó el colectivo 76 en esa plaza, pero el colectivero no lo acercó a la casa sino a la muerte en la Comisaría 36. En esa plaza todos los sábados por la tarde él ensayaba con el grupo de sikuris Sartañani, así lo hizo el 21 de abril. El sábado estuvieron en la plaza los integrantes del Centro Social y Cultural Flores Sur, la Asociación Civil Proyecto Bajo Flores, Pompeya No Olvida, la Mesa de Escrache Popular, Filete y los grupos de sikuris Sartañani, Wayramanta, IMPA y Aymaras; amigos y familiares de Eduardo pusieron el hombro y sacaron adelante la convocatoria para que la música rompa el silencio, la memoria viva y la justicia llegue.

"Nosotros estamos apuntando al aporte en la construcción de la condena social al funcionamiento policial que persigue al pobre, que persigue al originario, que persigue al que piensa distinto. En eso es que estamos trabajando, esto no va a ser una actividad aislada”, explicó Germán, amigo de la familia Córdoba. El 23 de junio marcharán por el barrio.

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