Desde el lunes, el 80% de la Villa 31 y 31 bis se encuentra sin electricidad. Estamos hablando de entre 18.000 y 20.000 habitantes. Ante la falta de respuestas en el día de ayer un grupo de vecinos del Barrio Güemes decidió cortar, espontáneamente, la entrada a la Terminal de Ómnibus, que se encuentra a pocos metros de la entrada de la villa. Esta falta de energía, sumando las bajas temperaturas, es un castigo a la salud de los vecinos, ya que además de impedirse el uso de luz, se les impide el uso de calefacción.

Entre el hacinamiento y los abandonos, resulta muy difícil cuidar las condiciones básicas de seguridad de los vecinos. No hablamos de la seguridad que piden los candidatos, encubriendo sus deseos de mano dura, sino del constante riesgo que los vecinos sufren a diario de accidentes evitables, como incendios o fallas eléctricas. En una de las manzanas el origen (o posiblemente consecuencia) del corte de luz fue una explosión que quemó parte de los cables y casi genera un incendio catastrófico en el barrio. Ya en numerosas ocasiones en el pasado, la villa sufrió incendios por desperfectos eléctricos.

Actualmente la luz volvió en las manzanas del Barrio Güemes, de la Villa 31, pero la gran mayoría de la 31bis, es decir del otro lado de la autopista, todavía permanece sin luz. Además de la cantidad de niños que habitan la villa y corren riesgo de enfermedades, con un frío que esta semana tuvo temperaturas bajo cero, hay casos particulares graves, como el caso de Carla, una vecina que tiene cáncer y necesita de un artefacto que le provee oxígeno artificial, después de esperarlo por mucho tiempo, durante estos tres días se vio complicado su tratamiento por la falta de luz que le impidió usar el artefacto, poniendo en riesgo su vida.

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