Julio López
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Jueves 14 de Junio de 2007 | "La Nación" y el aborto

El juego de las Confusiones

En un editorial llamado "la Corte y el derecho a la vida", La Nación felicita el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que condenó al Estado a indemnizar a una madre de una mujer asesinada durante la última dictadura militar que, al momento de ser fusilada estaba embarazada. La mujer ya había recibido una indemnización por el asesinato de su hija, pero reclamaba lo mismo, por su nieta no nacida. Según el fallo, debe recibir la compensación que corresponde a lxs familiares de detenidos/das-desaparecidos/as aún cuando la beba no haya nacido.

Vale remarcar, en primer lugar, el uso tendencioso del vocabulario al que ya nos tiene acostumbradxs este diario. Con expresiones tales como: "durante la represión de la subversión" para referirse a la Dictadura Genocida o considerando "excesos " a la desaparición forzada de personas, la tortura y el asesinato. Pero lo más curioso de la nota es cómo puede un diario tergiversar los hechos en favor de sus conservadoras posiciones. El pedido de indemnización se transforma, en el editorial, en un reconocimiento del derecho a la vida desde la concepción. Los hechos del caso, conviene recordarlo, son los siguientes: Ana María del Carmen Pérez estaba por dar a luz cuando fue secuestrada el 14 de septiembre de 1976. Luego de estar en dos campos clandestinos de detención, fue fusilada por la Policía Federal. Esto demuestra que no es una aceptación de la vida desde la concepción sino que se acepta que el feto estaba en condiciones de nacer con vida. Recordemos que quienes defienden el derecho al aborto, lo hacen para los embarazos en las 12 primeras semanas de gestación (salvo que haya peligro para la vida de la madre).

Este caso es notoriamente diferente. Al recuperar los restos óseos de Ana María de acuerdo al informe pericial, “fueron hallados también las de un neonato ubicado en la zona pelviana de 9 a 10 meses lunares”. Es decir que la beba estaba en un tiempo de gestación de más de 36 semanas y que podría haber nacido sin riesgo, si un grupo de genocidas no hubiera fusilado a su madre. El diario omite decir que, de acuerdo al mismo informe del Equipo Argentino de Antropología Forense, en la exhumación de los restos de Ana María, que fueron encontrados conjuntamente con los de otras personas fusiladas en el mismo hecho, “presentaban lesiones en la zona craneana compatibles con arma de fuego”, pero el de ella además “presentaba iguales lesiones en la zona pelviana”. Queda más que claro que sus asesinos en un ultimo acto de ensañamiento y violencia dispararon contra su vientre.

La Nación, confunde dos ideas diferentes: la del aborto y la del asesinato del feto. El aborto es producto de la decisión personal de una mujer de interrumpir el embarazo. El asesinato de una mujer embarazada y como consecuencia la muerte del feto, es el que realiza una tercera persona independientemente de la voluntad de la mujer. Este caso es muy claro en ese sentido, no hubo un aborto, sino un asesinato de una madre y su hija en gestación. Pero al confundir ambas nociones, el diario, acude a una actitud profundamente patriarcal, al considerar que la mujer que aborta mata como la persona que golpea a una mujer embarazada y el resultado es la muerte del bebé que espera.

En realidad, como explicó el Procurador Fiscal Subrogante, Ricardo Bausset, "la ley no le da un derecho al desaparecido que fue asesinado por las fuerzas de seguridad de la dictadura, ya que asegurar ello sería entender que el muerto es considerado una persona jurídica por el legislador cuando en realidad ya no posee personalidad". Y continúa: "Lo que se trata aquí es de un derecho que nace en cabeza de los causahabientes de los desaparecidos, los cuales sufrieron daños por el secuestro y muerte de un pariente cercano, y por esa razón es el Estado el que los resarce."(Fuente: Diario Judicial).

Este editorial, y su mensaje, forma parte de una estrategia más amplia que es confundir el real espíritu del fallo, interpretando que la Corte Suprema defiende el derecho a la vida desde la concepción . No es casual que digan abiertamente que los Jueces Zaffaroni y Highton fueron quienes participaron de la mayoría del fallo. Creemos que constituye una estrategia a largo plazo, porque cuando se plantee un caso de aborto en la Corte Suprema y el Tribunal le dé la razón a la mujer (si es que eso ocurre), La Nación podrá decir que cuando se trata de desaparecidos/as, la Corte considera que hay vida desde la concepción pero cuando se trata de otras personas no. En otras palabras va a tomar la postura de la derecha más reaccionaria que postula que hay una justicia para lxs desaparecidxs y otra para el resto de lo que ellos llaman "la gente”. Según esta visión estaríamos en una época en que se le conceden todos los derechos a los "subversivos del pasado" y se castiga a la gente común. Esto no es más que la reactualización de la teoría de los dos demonios.

Por todo esto es importante remarcar que lo que se trató en este caso no es el aborto sino un asesinato que, además, fue un crimen de lesa humanidad; en el marco del terrorismo de Estado que asolo el país y dejo como saldo las desaparición forzada de 30.000 hombres y mujeres que se oponían a las políticas económicas y sociales que hoy padecemos. Comentá esta editorial.

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