El 28 de septiembre es un día en el que las mujeres de Latinoamérica y el Caribe salen a las calles para visibilizar su histórica lucha por la despenalización/legalización del aborto. En el mundo, 19 millones de mujeres pobres interrumpen sus embarazos y el 13 % de ellas mueren como consecuencia de esta práctica. Otras tantas sufren secuelas como sepsis, anemia, ruptura cervical, lesiones intestinales, perforación uterina, etc. En casi todos los países latinoamericanos el aborto es considerado un delito; salvo en Cuba, Costa Rica y Guayana donde esta legalizado.

El hecho de que el aborto sea punible, no impide que las mujeres se lo practiquen, sino que las fuerza a poner en riego su salud y su vida. En Argentina se producen más de 500.000 abortos anuales, que representan el 40 % de los nacimientos. A su vez, el aborto clandestino es la mayor causa de muerte de mujeres gestantes. El aborto es una práctica que pone en evidencia las diferencias de clase. Para las mujeres que pueden pagar, los abortos se realizan en clínicas privadas o en consultorios, donde médicos y enfermeras aseguran buenas condiciones de salud. En el caso de las mujeres pobres, el aborto se realiza sin médicos, sin asepsia y sin las garantías de que la intervención termine bien. Muchos de los médicos, las enfermeras y quienes pueden pagarse abortos (ya sean las mujeres que se los realizan o sus parejas que los pagan) son, socialmente, firmes defensores del "derecho a la vida desde la concepción", como dicen ellxs, teniendo un doble discurso que sólo perjudica a las mujeres pobres.

Cientos de historias podrían servir de ejemplo de la violencia que se ejerce sobre las mujeres, cuando el estado se niega a legalizar esta práctica. Pero en la actualidad, los grupos conservadores no se limitan a defender la prohibición del aborto, sino que incluso buscan impedir el cumplimiento de la ley en los pocos casos en que ésta permite que se realice. Quizás una de las historias más desgarradora es la de Micaela, la joven de 19 años discapacitada mental de Paraná, a quien la justicia impidió durante semanas la realización de un aborto no punible -previsto en el articulo 86 del código penal. Luego de varias instancias judiciales, la Corte provincial revocó la resolución que impedía la interrupción del embarazo. En una sentencia unánime, el tribunal anuló la prohibición y le devolvió la guarda de la adolescente a su madre.

La joven discapacitada –con un coeficiente de una niña de cinco años- fue violada y producto del abuso quedó embarazada. Cuando la madre realizó la denuncia por violación le informaron que no era necesaria, en este caso, una autorización judicial para realizar la interrupción del embarazo. No obstante, la jueza Claudia Salomón, a raíz de la actuación de la defensora de menores e incapaces que tomó parte en el expediente como representante del feto, ordenó que no se realice el aborto no punible como había solicitado su madre, además de trasladar la custodia de la joven al Consejo del Menor. La estrategia utilizada en este caso es la misma que se usó en casos anteriores. Ante la situación de una mujer que sí está contemplada entre las excepciones del art. 86 para interrumpir el embarazo, el personal y directivos el hospital se niegan diciendo que la intervención no está autorizada y que pueden sufrir consecuencias legales, y comienzan a intervenir funcionarixs judiciales. En este ámbito, históricamente tradicionalista, los grupos católicos interponen todo tipo de recursos legales para impedir una resolución favorable al aborto, esperando que, con todas las dilaciones se llegue una etapa gestacional en el que el feto puede nacer con vida. En este caso, además de la improcedente intervención del Consejo del Menor, llevaron ante la jueza cómplice al padre biológico de la chica embarazada, que no la veía hace 19 años, para impedir el aborto. Todo esto, claro está, patrocinado por un abogado católico integrista.

Luego de que la cámara ratificara la plena vigencia del articulo 86, fueron los y las profesionales del Servicio de Obstetricia del Hospital Materno Infantil de Paraná quienes entorpecieron el cumplimiento del derecho que asistía a Micaela, alegando objeción de conciencia para no realizar la intervención. Por fin, el aborto no punible se realizó en un hospital bonaerense.

Micaela y su madre, Marta, debieron sufrir una y otra vez la revictimización y la violencia de la que son objetos muchas mujeres, sobre todo si son pobres. Primero, cuando la joven fue abusada, luego los casi 40 días de lucha incasable contra la justicia que les negaba sistemáticamente ejercer su derecho, y finalmente a manos de un grupo de médicxs que de manera hipócrita invocaron la objeción de conciencia para negar el derecho de esta joven-niña a volver a su vida cotidiana y sus afectos. La objeción de conciencia es una actitud hipócrita de las autoridades para impedir los abortos. En su origen está la cuestión, totalmente aceptable, de que un médico decida, por cuestiones personales, no realizar un aborto. El problema es que puede existir un médico, dos médicos, pero no es posible pensar que toda la provincia de Entre Ríos tiene médicos que no realizarían un aborto. Por detrás de la idea de objeción de conciencia está, por un lado, la amenaza de los grupos conservadores sobre la persona y los bienes de lxs médicxs que deciden hacer abortos; y por otro, la realidad de que muchxs de esxs profesionales que no están dispuestxs a realizar abortos en el ámbito de la salud pública, los realizan a altos costos en los consultorios y sanatorios privados.

La historia de Micaela pudo resolverse, pero miles de mujeres todos los días no tienen la misma suerte. Quedan a merced de los grupos integristas y de instituciones que, en nombre de la ley, prohíben incluso lo que la ley autoriza, sin tomar en cuenta las consecuencias sobre las mujeres.

Por casos como éste, y por los miles de historias desconocidas, es que este 28 de septiembre se renueva la lucha por la legalización del aborto, para que el aborto deje de ser delito, y se garantice a todas las mujeres la posibilidad de acceder a un aborto en buenas condiciones de salud y gratuitamente, y para que no se utilice la idea de objeción de conciencia como otra estrategia para prohibir de hecho el aborto.

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Actividades: Mendoza: Día Latinoamericano de Lucha por el Derecho al Aborto + Tucuman: Por el derecho al aborto - 29 de Septiembre – 10.30 hs + La Plata: Jueves 27.09 Festival por el derecho al aborto - Pza San Martin 15 hrs + Córdoba: 28/09: Festival por el Derecho al Aborto+ Rosario: 28 de Setiembre: Día por la despenalizacón del Aborto en América Latina y el Caribe + 28 de septiembre en Buenos Aires + GRAN MARATON RADIOFONICA POR EL DERECHO A DECIDIR + 28 de Septiembre Por el Derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas + Marcha por el Aborto Legal

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