La euforia, llanto y alegría invadieron las caras y las gargantas de todas las personas que desde la mañana habían arribado a las calles adyacentes de Tribunales.Abuelas, Madres, Familiares e H.I.J.O.S.., organizaciones políticas, barriales, sindicales, piqueteras, estudiantiles,feministas, gremiales,artísticas,partidos de izquierda, estuvieron en las calles frente a Tribunales Federales esperando la condena después de 32 años de impunidad y de 2 meses de juicio.
Para muchas Madres y Abuelas, así como para lxs familiares de Hilda, Carlos, Horacio y Raúl, que por años reclamaron Justicia, fue un paso más, una sensación de alivio y alegría a la vez.
La sensación de un avance, de un pasito más allá, se sintió en las 8000 personas que escucharon la sentencia detrás de las vallas de tribunales.
El sabor de que no es suficiente, de que aún falta mucho más para vivir en una sociedad donde se respeten los derechos humanos se sintió en los organismos que seguirán avanzando para que lleguen a las cortes los militares y civiles genocidas, los responsables políticos y económicos que se encargaron de garantizar en los `70 las condiciones para instaurar el neoliberalismo. Pero también de parte de muchos otros sectores que día a día luchan por construir un mundo distinto, sin hambre, sin pobreza, ni desaparecidxs en democracia.