Julio López
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Jueves 14 de Agosto de 2008 | Se acerca el jucio a Julio Grassi por Abuso de Menores

Diez avemarías y mil calumnias

Jorge Corsi está procesado con prisión preventiva por presunto "estupro con acceso carnal". Si esto se confirmara, su actividad sería repudiable, execrable, condenable. Si se comprueban los hechos, él no sería un pedófilo como cualquier otro, sino peor que la mayoría: no es una persona cualquiera, de a pie, sino alguien que goza de prestigio académico, lo que le habría generado una fachada de respetabilidad que le habría otorgado mayor impunidad para perpetrar los abusos de adolescentes. Sería alguien que utilizó sus estudios de psicología, su especialización en violencia doméstica para poder delinquir. Nada vamos a decir en su defensa. Si Corsi es declarado culpable, no hay excusas. No hay atenuantes.

Hay, sin embargo, quienes aprovechan la situación para sus propios fines, alejados de cualquier preocupación por el bienestar de las víctimas. Desde hace algunas semanas se viene desatando una campaña de difamación en los medios virtuales de información intentando enlodar a otras personas que nada tienen que ver con los abusos de Corsi. Todos los sitios de contrainformación o de enlace que tienen publicación abierta en castellano se han visto plagados de infamias contra Enrique Stola, Nora Schullman, Estela Carlotto, Adriana Granica y otros/as. Se les acusa, concretamente, de ser “la otra banda” de Corsi. Se intenta ligarl@s a los abusos cometidos por él para desprestigiarlos profesionalmente.

Probablemente la mayoría de la gente no identifique a estas personas, excepto a Estela Carloto. Que no es sólo la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo sino también la presidenta de la Comisión Directiva del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN). Nora Schulman es la Directora Ejecutiva de ese Comité. También es miembro del Comité Ejecutivo de CASACIDN la abogada y psicóloga Adriana Granica.

¿Por qué se calumnia a esta gente y quiénes tendrían interés en hacerlo? La respuesta empieza a asomar cuando se recuerda que el Dr. Enrique Stola, que comparte el lote de calumniad@s, es el psiquiatra que atendió a los niños y adolescentes víctimas de Julio Grassi, cura violador que sigue dando misa y gozando de libertad de movimiento. El CASACIDN intervino en el caso del cura Grassi, sosteniendo la veracidad del testimonio de las víctimas y denunciando las prebendas que recibía Grassi por parte de la justicia, que, durante un tiempo siguió teniendo acceso a la Fundación, en la que abusaba de los niños y luego se le dio una libertad restringida que nadie controla De hecho, en los blogs que le armaron sus seguidores, se puede leer que sigue dando misa.

La maniobra es sencilla, pero no por eso menos abyecta: aprovechar el escándalo por los abusos de Corsi para intentar desacreditar a todo un conjunto de profesionales que hace años viene trabajando para que se escuche la voz de las víctimas, para que se les crea, para que no se las someta a nuevos abusos y violencias en sede judicial, para que haya real dimensión del daño que producen estas situaciones, para que los perpetradores sean juzgados de acuerdo a la enormidad del daño cometido, daño que a veces no se cura en toda la vida.

¿Y por qué los acólitos del padrecito que se hace el santo están activos en el ciberespacio? Porque después de varios años, el 19 de agosto comienza el juicio oral contra el cura abusador. Si en la mente de alguien se formó por costumbre la frase “oral y público”, que lo vaya olvidando: el juicio será oral pero no público. No habrá presencia de público y mucho menos de la prensa, cualquiera sea su color político. Un juicio sin miradas externas, un juicio secreto, como un confesionario. Son muy malas noticias para gente como Enrique Stola, que ha recibido amenazas desde que se denunció a Julio César Grassi hace seis años. Muy malas noticias para quienes no confiamos en la imparcialidad de una justicia que habitualmente sirve a los poderosos, y cuyos juramentos siguen siendo por Dios, los Evangelios, etc. Menos podemos confiar en la justicia cuando se enjuicia a un cura protegido por la jerarquía eclesiástica, que como viene haciendo hace años, protege a los curas pedófilos (como Storni en Santa Fé que fue trasladado de parroquia cuando las denuncias en su contra hicieron imposible mantenerlo en su lugar). No es extraño, finalmente, ese apañamiento cuando la Iglesia Católica ha encubierto a todos y cada uno de sus miembros que participaron de la desaparición forzada de personas.

La actitud de quienes lanzan injurias contra los psicólogos que tratan a los niños le sirve a los abusadores como forma de protegerse. Muchos de ellos, cuando son descubiertos, se dicen víctimas del odio de los profesionales de salud, de ex esposas resentidas etc. En otras palabras, los victimarios se presentan al mundo como víctimas y las víctimas son presentadas como locos o, en el mejor de los casos como pobres chicos manipulados, por inescrupulosos psiquiatras. Para todos los abusadores, el procesamiento de Corsi sirve para desacreditar a los profesionales que tratan a los niños abusados, profesionales que juegan un papel muy importante en los juicios contra los abusadores ya que son los que obligan a los jueces a tomar como verdaderas las acusaciones de los niños.

Si Jorge Corsi es hallado culpable, sería la misma escoria que Julio Grassi. Ambos habrían abusado de chicos bajo el manto protector de la profesión (psicólogo uno y sacerdote el otro) y ambos se habrían amparado en sus contactos con el poder político. Para nosotr@s, ambos deben ser juzgados por lo que hicieron. Por eso los colectivos que forman parte de la red Indymedia Argentina, no sólo han ocultado estas infamias y calumnias publicadas, sino que además en carácter de excepcionalidad, entendiendo que afecta directamente los derechos de niñas, niños y adolescentes abusados, ha decidió borrar los artículos. Al mismo tiempo poner en alerta a todos los Indymedias de habla castellana de esta campaña sucia. Porque no podemos de ninguna forma permitir que un espacio que surgió para la información de los movimientos sociales, para difundir las luchas y facilitar la comunicación entre y acerca del campo popular se convierta en un instrumento de gente que es capaz de hacer lo que esté en sus manos para suprimir cualquier voz que denuncie a la Iglesia en su faz abusiva y a sus miembros en tanto abusadores, sexuales y de poder.

Habrá que estar atent@s, en pocos días comienza el juicio contra el cura abusador. Dependerá de tod@s nosotr@s, de cuán comprometid@s o indiferentes nos mostremos frente a los hechos denunciados, que ese juicio sea un precedente que siente posición contra los abusos sexuales a chic@s o que sea una farsa.

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