“Yo sabía que iba a pasar algo bueno”, dijo Romina el domingo a las 22 y 30 hs. en el teléfono del Penal de mujeres donde se encuentra detenida. “Llamá ya a mi hermana para avisarle, que sepan todos, que estén contentos”, agregó.-
Decidimos hacer una apuesta mayor, que Romina estudie Derecho, la carrera que ella desea, en carácter de libre, a fin de lograr la profesión con la que ella pretende ganarse la vida al salir de la prisión, “ayudando a otras mujeres violentadas”, como siempre dice. Y que lo haga en la Universidad Pública que ofrece dicha carrera más cercana a Jujuy.-
La apuesta contó con un nuevo reclamo al Juez Llermanos por parte de la defensa de Romina, fundamentando que el Estado es garante de la educación también y especialmente en la cárcel (por imperativo constitucional) y que no había impedimento legal alguno que pudiera obstaculizar que Romina se forme en una profesión que permita su “reinserción en la sociedad” al salir de prisión (sociedad de la que, debemos decir, no está aislada, desde que un movimiento tan importante la acompaña y lucha por su libertad desde hace seis años.) Si el Estado, por el motivo que fuese, no llevaba esta posibilidad a la cárcel, debía permitirse que Romina se trasladara a la Universidad.
La apuesta tuvo su hito más importante en Buenos Aires, donde una conferencia de prensa con distintas organizaciones sociales, diputados, personalidades, puso énfasis en el derecho de Romina a estudiar, en que se garantice su vida dentro de la cárcel luego de las agresiones sufridas alimentadas por el Servicio Penitenciario, y en el pedido de arresto domiciliario de Romina, a fin de cuidar su integridad, que le permita estudiar en mejores condiciones, y teniendo en cuenta que ella no es peligrosa y jamás intentó darse a la fuga. Articulo Completo