El 16 de septiembre se conmemora la desaparición de un grupo de estudiantes secundarios de La Plata que reclamaban, entre otras cosas, el boleto estudiantil. Sus nombres: María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Franciso López Muntaner, Claudio de Acha, Horacio Ungaro y Pablo Díaz.
Estas primeras seis desapariciones fueron el comienzo de una operación organizada y comandada por el general Ramón Camps, denominada “La noche de los lápices” y consistió en la acción sistematizada de secuestro y desaparición de más de 230 estudiantes secundarios de entre 14 y 18 años. El mensaje que la dictadura militar quiso dar es que estaban dispuestos a dar un escarmiento a todos los sectores movilizados, aún entre los más jóvenes.
Sin embargo esta operación genocida fue resignificada y transformada en un espacio de lucha y defensa de la educación pública y en la construcción de memoria colectiva. “A 34 años los lápices seguimos escribiendo” fue la consigna elegida por los estudiantes agrupados en la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (CUES), que convocaron a más de 25.000 personas en una de las más multitudinarias marchas que se recuerdan un 16 de Septiembre que fue desde Congreso a Plaza de Mayo. Al reclamo de los estudiantes secundarios de la Ciudad de Buenos Aires se sumaron algunas Universidades Nacionales en solidaridad y con demandas propias, los sindicatos docentes que realizaron un paro de 48 horas con un alto acatamiento, varias organizaciones sociales, partidos políticos y madres y padres que acompañan la lucha de sus hijos e hijas. La movilización en defensa de la educación pública alzó sus banderas por las calles y las plazas de distintas ciudades del país.
Más información en Sección Educación