Julio López
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Martes 3 de Enero de 2012 | "El periodismo se ha convertido en espectáculo. La noticia, en mercancía."

El periodismo en la era de la vociferación

El periodista Hernán López Echagüe produce tres textos para el debate sobre el rol del periodismo en la época política actual: “El periodismo argentino se ha convertido en una resaca de lágrimas, en una carrera de vociferadores que trata como estúpidos, pelotudos, funcionales a esto o aquello, a los que vacilan, a los que dudan de la veracidad del relato. El periodismo argentino es riquista: “La duda es la jactancia de los intelectuales”.”

El periodismo en la era de la vociferación

Ni modo. Tampoco ingenio o compromiso del real, es decir, ese compromiso con alguna causa que puede llegar a poner en riesgo el empleo, la reputación, el buen pasar, la vida fácil. El compromiso, en todo caso, hoy está fundado en la conveniencia, en el provecho; tiene que ver con el empleo y con la certeza de una tranquilidad absoluta. No hay voces impares que suenen en alguna parte de los medios de comunicación que toman partido, a toda hora, por una u otra parte. Porque hay dos partes. Una tiene la verdad absoluta, y al que no esté de acuerdo con esa verdad, ni bola, ni empleo, ni jota. Y la otra mitad, también. Articulo Completo

El periodismo en la era de la vociferación (II)

Es un guante, es un soquete, es una piedra, acaso una serpentina; es el puño de una camisa que a veces, según la conveniencia, abotonan o dejan suelto. Es, la palabra, la elección de la palabra, un artificio que usan para dejar entrever otras palabras que no se atreven a decir de modo directo, o para ocultar otras palabras que no se atreven a eliminar de modo directo. El periodismo ya no excita ideas, debates, perplejidad, deliberaciones internas. Genera rechazo o aprobación. Un ejercicio incesante de la opacidad. Articulo Completo

El periodismo en la era de la vociferación (III)

Los diarios y las revistas son artefactos literarios escritos a cien manos. Tienen que sujetarse, como todo buen cuento o novela, a la verosimilitud de lo que refieren. Mejor dicho: al lector le debe resultar verosímil lo que lee en un diario o en una revista. Porque, de lo contrario, es papel destinado al fracaso comercial. Ni para envolver los huevos de ayer sirve. Un papel que tanto puede envolver como desenvolver. Si acordamos que la noticia se ha convertido en una mercancía, y ese fenómeno no es de ahora, sino de un par de décadas atrás, cabe preguntarse qué tipo de mercancía es y quién, quiénes la fabrican. Articulo Completo


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