Hoy se cumplieron dos meses desde el 9 de septiembre, cuando murieron en
sus puestos de trabajo David Ramallo, de la Línea 60 de colectivos, Diego
Soraire, trabajador del INTA, y Richard Alcaráz, obrero de la construcción.
Tres fallecimientos unidos por la misma lógica que prioriza la ganancia
por sobre cualquier consideración por la salud y la vida de los trabajadores.
En horas de la mañana se realizó una movilización, que partió desde la sede
del INTA en Rivadavia al 1400, en el centro porteño, en dirección a los
Tribunales, exigiendo justicia por estos casos en particular pero con la
perspectiva de afianzar un espacio organizativo para visibilizar los mal
llamados accidentes laborales y luchar para frenar las muertes
obreras.
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