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Poemas de Tilo Wenner y el tiempo injusto - Perpetua al genocida Patti
Por Signos del Topo y otros - Sunday, Sep. 26, 2010 at 5:55 PM
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Signos del Topo creaciones / críticas / culturas www.signosdeltopo.com.ar Creaciones y libertades en la lucha por un mundo que merezca ser vivido.

Poemas de Tilo Wenne...
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(envío especial setiembre 2010)



EN ESTE ENVÍO:

1) Comienza el juicio a Patti y otros genocidas

2) Dos poemas de Tilo Wenner

3) Una nota de hace 26 años: “El tiempo injusto”

4) Enlaces a otras notas sobre los crímenes de Patti

5) “Tilo Wenner, el poeta aparecido” (nota de Página 12, novienbre 2009)



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1)

COMIENZA EL JUICIO A LUIS A. PATTI Y OTROS GENOCIDAS



Algunos de estos materiales, y otros más en preparación, formarán parte de las páginas web de Signos del Topo de próxima aparición. Son, en primer lugar, la presencia de Tilo Wenner entre nosotros a través de sus poemas, sus luchas. En segundo lugar, constituyen una contribución actual (de primer orden) a la infatigable lucha por el castigo a genocidas tales como Luis Abelardo Patti, quien mañana lunes 27 de setiembre de 2010 comenzará a ser juzgado (junto a otros tres) por el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín (prov. de Buenos Aires) –las audiencias se realizarán los lunes y jueves, a partir de las 8:30 hs., en el “Auditorio Hugo del Carril”, en la localidad de José León Suárez (a escasos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires). Justicia YA! y otros querellantes en la causa, invitan a asistir y participar de las audiencias.



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2)

DOS POEMAS DE TILO WENNER











Un día nos reuniremos





Un día nos reuniremos gran suma de minúsculas despiertas y conmovidas

Entonces derribaremos las puertas del tiempo injusto

Y no habrá nadie entre nosotros que llore por la causa de los ídolos mimosos

Nadie entre nosotros que nos delate con su canto de sirena a los señores de la infecundidad

porque habremos cerrado tanto nuestras filas que toda la ternura será nuestra

Entonces no habrá nadie entre nosotros con empacho divino

Los curanderos se comerán sus yerbas y se ahorcarán con sus cintas de medir

Nadie rebelará nuestro poder porque seremos todo el poder

No volveremos nuestros rostros cuando los niños nos sonrían

iremos de nuevo a la escuela con ellos

Entonces no habrá entre nosotros ningún indeciso

Los reclutadores se quedarán sin sueños en el infierno

Que les dejaremos por herencia

No nos sentaremos a medianoche en la cama a preguntarnos

¿sueño o estoy despierto?

Los mesías del valle no podrán ir a las montañas

porque ellas también serán libres

No dejaremos crecer las alas de ningún pichón de águila

Destetaremos los terneros mañosos

Un día nos reuniremos y romperemos todos los contratos de la providencia

siempre oportuna en desviar el agua y el aire de nosotros

No habrá invitados especiales entre nosotros

Decidiremos el mundo entre todos



***



Viviremos nuestros sueños



Los nuevos vendrán subrepticiamente.

Vendrán de la oscuridad de los tiempos.

Traerán un nuevo sentido de la vida.

Destruirán todas las acechanzas contra la vida.

Las madres y los niños se mirarán sonriendo.

Serán hombres aguerridos y cálidos.

Los ancianos en las puertas de sus casas y en las plazas interrumpirán por un momento sus conversaciones para hacer un signo de asentimiento.

Serán hombres de la tierra.

Vendrán de los cuatro puntos cardinales.

Banderas de todas las naciones flamearán unidas.

Las lenguas se fundirán en una sola voz clara.

Destruirán las máquinas infernales.

Los niños ya no morirán sin comprender.

Con los nuevos vendrán días claros y sin violencia.

La tierra que guarda a los que han muerto en lucha contra los malvados producirá brotes potentes.

Para siempre será mellada la espada de la injusticia.

Hermoso proyectos varias veces milenarios se sustentarán orgullosos sobre sus bases.

Se abrirán grandes espacios llenos de oxígeno.

Se inventarán nuevas reglas de juego.

La esperanza llegará a su plenitud y dará frutos sabrosos.

El esqueleto del pasado será sepultado en una sencilla ceremonia a la que asistirá todo el mundo.

Viviremos nuestros sueños.



(De su libro “Límite real”, Ed. KA BA, 1972.)





Tilo Wenner











3)

UNA NOTA DE HACE 26 AÑOS: “EL TIEMPO INJUSTO”



Cambiando lo que se deba cambiar y contextualizando lo que se deba contextualizar, la siguiente nota “El tiempo injusto” (especialmente lo referido a “crimen de lesa humanidad” –hoy sabemos bien que el terrorismo de Estado cometió un genocidio a cuenta de los concretos intereses capitalistas y sectoriales– y otras referencias que merecen ser relacionadas con la situación en 1984) publicada hace veintiséis años conserva el sentido original de su cometido: oponer la vida poética y la lucha (es decir: vida y libertad) al crimen de la clase Propietaria, a los bárbaros del Kapital, disfrazados casi siempre de “demócratas” y “justicialistas”. (Alberto a., setiembre 2010)





El tiempo injusto (Recordando a Tilo wenner)





«Entonces derribaremos las puertas del tiempo injusto». Así dice en su poema Un día nos reuniremos.

Hace ocho años y siete meses Tilo Wenner, poeta y periodista, ‘‘desaparecía’’ bajo la garra criminal del ‘‘proceso’’ antinacional que se iniciaba secuestrando y matando. Un poeta, un gran poeta que no había elegido el camino de la absurda ‘‘carrera literaria’’ sino el de la verdadera poesía, casi silenciosa y siempre elocuente, la poesía existiendo.

Miles de hombres, mujeres y niños, de todas las edades, caerían bajo la misma garra, engrosarían las mismas listas, compartirían tormentos y celdas. Hace casi nueve años de esto y sin embargo (a pesar de los evidentes logros de la lucha popular de Madres, Familiares, Abuelas y los organismos de apoyo), Tilo Wenner sigue desaparecido, decenas de miles siguen desaparecidos, las listas, documentos y pruebas irrefutables del crimen de lesa humanidad (es una forma de decir, ya que el Parlamento no ha querido todavía declarar la desaparición forzada de personas como ‘‘crimen de lesa humanidad’’), siguen guardados y custodiados vaya uno a saber cuán cerca de las instituciones que no se aprestan a tomar en sus manos la imprescindible tarea: la reparación verdadera, por el camino del encarcelamiento, la investigación, el juicio y el castigo a los instigadores, directores, cómplices y ejecutores de semejante horror.



***



‘‘El 25 de marzo de 1976 mi esposo fue requerido por el capitán del Ejército Argentino, Francisco Stigliano (autoridad militar que se hizo cargo de la comisaría de la ciudad de Escobar, provincia de Buenos Aires). El día 26 van al periódico El Actual –de Escobar– del cual mi esposo era el director, tres militares –uno de civil–, y lo llevan consigo. Horas después voy a la comisaría y me dicen que a Wenner lo requerían de Superintendencia de Seguridad Federal. Allí fui, y me dijeron que no figuraba en lista alguna y que no sabían nada de él. Nunca más lo vi’’.

Así podemos resumir el testimonio claro, rotundo, de la esposa de Tilo Wenner, madre de sus dos hijas (a quienes está dedicado el poema Dos ángeles familiares, que reproducimos).

Luego, el peregrinar por todo tipo de dependencias oficiales, los numerosos habeas corpus, las cartas pidiendo información. Y luego aun, la lucha ya no solamente por Tilo Wenner sino por todos aquellos que sólo fueron ‘‘culpables’’ de asumir la vida real de una sociedad empecinada entaparse los ojos, los oídos y en cerrar la boca. Las falsas promesas y las justicias que no llegan consiguen que se mantenga incólume la conciencia que desde su inicio sostuvo nuestra lucha: la conciencia de que sólo la movilización, la organización y la solidaridad real podrán conseguir el objetivo: aparición con vida, juicio y castigo, y que nunca más se permita semejante crimen.

¿Algo más probatorio del camino cómplice elegido por quienes ‘‘gobiernan’’, que los 17 presos políticos ‘‘juzgados’’ por los militares y que llevan años de confinamiento, hoy en el límite precario –que puede arrancarles la vida– de su huelga de hambre iniciada hace más de un mes y silenciada escandalosamente por quienes dicen ‘‘defender’’ la democracia?

Presentar los poemas de Tilo Wenner, poeta y periodista desaparecido, nos impone la necesidad de denunciar el estado de cosas que, sabemos, lleva a que el día de mañana otra vez la muerte o la cárcel caigan sobre los auténticos demócratas, los que luchan por cambiar las condiciones de la vida y lograr la libertad de los oprimidos. Así, denunciamos que mientras los criminales mantienen su impunidad (ya han aterrorizado a dos poderes del Estado: atentados en el Parlamento y robos en Tribunales, entre decenas de otros atentados de suma gravedad), mientras eso pasa, decimos, se ha permitido que los presos politicos de la dictadura mantengan en el ‘‘estado de derecho’’ igual condición. Hacia un lado se cierran las puertas, hacia el otro lado se dan garantías de seguridad (Videla, Massera, etcétera).

Siendo actuales, siendo ‘‘contemporáneos de nuestras vidas’’ es como mejor podemos presentar unos poemas y recordar a quien los escribió, Tilo Wenner, poeta de primera línea de fuego poético. Tilo Wenner también es 30.000 desaparecidos. La poesía también es el combate por una vida nueva, una vida solidaria, no hipócrita ni criminal.

Y los poemas que siguen son una rotunda acusación contra quienes creen que podrán apropiarse para siempre nuestra libertad, nuestros derechos y obligaciones. En tanto que aspiración irrenunciable, esa libertad sólo pertenece a los oprimidos y a los que luchan por cambiar su condición. Y los poetas están para grabarlo en la memoria colectiva.



(octubre de 1984)

Alberto a. Arias



La nota precedente fue publicada en Buenos Aires, el martes 23 de octubre de 1984, en el periódico La Voz, bajo el título (y volanta): "Mientras los poetas siguen desaparecidos los criminales gozan de toda libertad – Recordando a Tilo wenner".

La acompañan allí los poemas de Tilo Wenner ‘‘Dos ángeles familiares’’, ‘‘Un día nos reuniremos’’ y ‘‘Las copas volcadas’’, junto con un dibujo de Ricardo Carpani.

La publicación incluye una breve noticia biográfica que dice: ‘‘Tilo Wenner nació en Gral. Galarza, Entre Ríos, en 1931. Abandonó la carrera de Medicina para viajar por América y Europa. Dirigió varias revistas literarias de vanguardia y de intención experimental: Serpentina, Pamela (1959), Medidodía (1963), Arte y Crítica (1964); en ese año comienza a publicar en Escobar el periódico El Actual, que se ocupa de los sucesos locales. Su poesía es una ejemplar muestra de libertad sobre el lenguaje y de riqueza de pensamiento poético e imaginativo, por lo cual se lo puede relacionar profundamente con la poesía surrealista. Sus libros: Cantos a mi amiga loca, Magnético, Uhr, Algunas máquinas imperfectas, Faz de Cordi, El libro de vidrio, etc. Desaparecido desde el 26 de junio* de 1976’’. [*: Esta última es una errata: la fecha es: 26 de marzo de 1976.]

Sus restos fueron encontrados en agosto de 1996 en el cementerio de la ciudad de Escobar y el Equipo de Antropología Forense constató su identidad en el mes de abril de 2009.



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4)

ENLACES A OTRAS NOTAS SOBRE LOS CRÍMENES DE PATTI





LAS SIGUIENTES SON SÓLO ALGUNAS DE LAS NOTAS

VINCULADAS CON EL TEMA DE LOS CRÍMENES DE LUIS A. PATTI Y SU ENJUICIAMIENTO ACTUAL

(a setiembre 2010)



• viernes 24 setiembre 2010

Organizaciones de derechos humanos marcharán –

El lunes comienza el juicio contra Patti

http://www.pilardetodos.com.ar/20100925/pattinota.html



• miércoles 22 setiembre 2010

Patti en el banquillo, por primera vez

http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/subnotas/153603-49356-2010-09-22.html



• domingo 15 de noviembre de 2009

Tilo Wenner, el poeta aparecido

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-135299-2009-11-15.html



• Viernes 23 julio 2010

Patti recusó al Tribunal Oral

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-150017-2010-07-23.html



• viernes 25 abril 2008

Otra oportunidad de justicia – El represor Luis Patti volvió a prisión...

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-103062-2008-04-25.html



• domingo 21 enero 2007

El caso de Ricardo Giménez – El primer desaparecido de Escobar

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-79372-2007-01-21.html



• miércoles 23 abril 2008

La carrera de Luis Patti – EL PASADO DE UN PESADO

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/102918-32427-2008-04-23.html



• Lunes 14 abril 2008

“PATTI ME DIJO QUE NO INVESTIGARA MÁS”

LA MUJER QUE EVITO EL ENCUBRIMIENTO DEL HALLAZGO DE CIEN CADAVERES NN EN EL CEMENTERIO DE ESCOBAR

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-102415-2008-04-14.html



• Miércoles 9 abril 2008

El repudio de las víctimas – “¿VA A JURAR EN LA CÁRCEL?”

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/102112-32205-2008-04-09.html



• Miércoles 19 abril 2006

Más testigos acusan al ex subcomisario de secuestros y desapariciones –

“PATTI FUE EL RESPONSABLE”

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-65762-2006-04-19.html





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5)



http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-135299-2009-11-15.html



Tilo Wenner, el poeta aparecido







Final del formulario

Por Marta Dillon

Federico acuna a su hermano en brazos. Acuna lo que dejaron de su hermano 33 años de ausencia, la misma cantidad de impunidad, dos disparos de marca indeleble y el temor del asesino en el negro carbón de los huesos. Todo eso pesa 800 gramos. Menos que un niño recién nacido, menos que el pan que se compra por día. Federico Wenner tiene 64 años, casi dos metros, unas manos grandes como su pena y una ligera curva en la espalda. El mismo, dice, pesa 80 kilos. El, hermano menor de Tilo Wenner; ese nombre que se anota en la urna y que intenta reparar en ese acto la brutalidad de haber ocultado los cuerpos de los masacrados, de haberlos dejado a la intemperie del amor de los suyos y de sus homenajes aunque no de la memoria; él pesa ahora cien veces más que eso que queda de su hermano. Y sin embargo, estos pocos huesos son un hombre. Estos pocos huesos son también la historia de un hombre, pueden decir con su ínfimo peso, con su humana presencia que ese hombre, poeta, narrador, periodista, imprentero, agricultor en su infancia, autodidacta siempre, ascensorista en la juventud, espíritu libertario todavía ahora; ese hombre fue muerto antes de que se cumplieran diez días de iniciada la dictadura militar argentina más sangrienta de la historia. Que su cuerpo fue arrojado a 300 metros del río Luján, sobre un camino isleño junto al de su amigo Gastón Roberto José Goncalvez, que los dos, junto a otro compañero y otra compañera que aun esperan recuperar su nombre, fueron cubiertos con neumáticos y carbonizados. Encontrados más tarde por bomberos, enterrados después sin nombre en una fosa, anotados con un número por la burocracia del cementerio de Escobar. Tapados con tierra pero no con olvido.

Veinte años después del entierro anónimo, las manos expertas del Equipo Argentino de Antropología Forense recuperaron esos cuatro cuerpos y le devolvieron la identidad a uno de ellos: Gastón José Goncalvez, padre de Gastón y de Manuel, que hasta ese mismo año había vivido sin saber que sus padres habían sido asesinados y desaparecidos por la dictadura. Cuando Gastón padre fue identificado, merced a un clavo quirúrgico en la pierna, Manuel todavía se llamaba Claudio Novoa pero la historia empezaba a desplegarse frente a sus ojos.

En aquel momento le tocó a Gastón hijo acunar la urna con los restos de padre, llevarla marchando unas cuadras bajo la bandera de la agrupación Hijos hasta su destino en el cementerio de Flores.

Federico Wenner no supo de aquella ceremonia. No supo tampoco que la reconstrucción de la historia señalaba que uno de esos cuerpos podía ser el de su hermano, el que había sido su contención y su ejemplo. Ese tipo “especial, libertario, honesto, intelectual, el único entre los once hermanos que fuimos”. Que a Tilo Wenner le faltara completo el brazo izquierdo desde los once años no era un dato suficiente; el fuego había hecho estragos en esos cuerpos aunque, curiosamente, habían sobrevivido los mocasines de Gastón Goncalvez, un detalle que a su hijo mayor le había devuelto la humanidad que los huesos por sí solos no llegaban a otorgarle.

Federico Wenner, entonces, padecía una profunda depresión que lo había alejado de sus afectos y hasta de la vida. No podía entender, como no puede entender todavía, que él haya sobrevivido y no su hermano Tilo, secuestrado la misma madrugada del 24 de marzo por un grupo de policías al mando de Luis Abelardo Patti, a quien los dos hermanos conocían de sobra, como conocía y temía cualquiera en el pueblo de Escobar. “A Tilo lo fueron a buscar un día antes del golpe, pero él, a pesar de que le faltaba el brazo, había logrado escaparse por el fondo de la imprenta donde hacíamos el periódico El Actual. Pero después volvió, pecó de ingenuo y hasta se presentó en la comisaría junto con mi cuñada para ver cuál era el cargo en su contra. Le dijeron que contra él no había nada, que se fuera tranquilo.” Tilo, fiel a su espíritu, imprimió la edición semanal de El Actual con la denuncia del allanamiento a la imprenta en la tapa y Federico lo distribuyó, como siempre, entre los 500 suscriptores de la zona. Fue la última edición. Horas después, el 26 de marzo, la patota volvió y se llevó al periodista, al autor de 13 libros de poesía hoy prácticamente inhallables aunque en algunas librerías especializadas los originales se venden como piezas preciosas a costos que el autor nunca habría imaginado: 3 mil dólares por un poemario.

“No habían pasado 20 minutos cuando mi cuñada, Eliana Naón, fue a buscarlo a la comisaría, que quedaba a 30 metros de la imprenta. Le dijeron que ya no estaba ahí, que lo había llevado Coordinación Federal. Años después supimos que a los detenidos los subían a un colectivo que estaba atrás del patio de la comisaría, sobre un baldío. Ese resultó el campo de concentración.” Un centro de exterminio que ya tenía en su ADN la noción de traslado que tenía la dictadura: la muerte.

Ni Federico ni su cuñada dudaron nunca de que Patti estaba involucrado. Desde 1975 venía acosando a Tilo cada vez que una publicación polémica se distribuía por Escobar con su firma, en la tapa de El Actual. Ese periódico que se fundó en 1964 había resistido incluso los embates del Onganiato: en 1968 otra patota que se identificó como perteneciente a Coordinación Federal allanó y destruyó lo que pudo dentro de la imprenta de los Wenner, “nos dijeron que tenían denuncias de que nuestro periódico tenía ideas comunistas. Pero Tilo no era comunista, ni siquiera peronista. Sin embargo a la imprenta iban los muchachos de la JP y de otros partidos porque hablar con él era un placer. Tenía ideas marxistas, pero si yo tuviera que describirlo diría que era anarquista, no se cuadraba ante nada, su línea era la honestidad. Por eso se había involucrado desde el periódico con la huelga de trabajadores de la Ford en 1975, que también valió un allanamiento y hasta denunció al intendente que asumió en Escobar al mismo tiempo que Héctor Cámpora, por coimero.

Cuatro meses pasó Federico fuera de Escobar después de la desaparición de Tilo. Es que la imprenta se había convertido en un galpón lúgubre y sin sentido. Tampoco se sabía nada de quien Federico conocía como José, Gastón Goncalvez, desaparecido desde la misma mañana del golpe militar. “¿Viste la sensación que da comer tu postre favorito? Eso era lo que me producía cada vez que venían José y su mujer, Mariana (Ana María Granada, mamá de Manuel Goncalvez). Ellos eran como el sol.” A pesar de todo, finalmente Federico volvió a Escobar y fue entonces cuando se enfrentó cara a cara con Luis Abelardo Patti: “Me siguió con un Peugeot 504, se bajó con la 45 en la mano y me quiso hacer subir. Me resistí y le pegué de arrebato, el arma quedó en el piso, se armó un revuelo en la calle porque era pleno día”. La libertad de Federico, de todos modos, duró horas. Era febrero de 1977. Estuvo desaparecido dentro de la comisaría de Escobar durante diez días, los mismos diez días que duró la tortura que Patti presenció sistemáticamente. Después lo revisó un médico, le tomaron las huellas digitales y pasó a disposición del PEN. Cuatro meses después, lo liberaron. Pero haber sobrevivido, para él, fue otro modo de la muerte.

Federico Wenner, el último de los once hijos de un matrimonio de agricultores analfabetos, hijos de inmigrantes alemanes que a pesar de ser segunda generación apenas hablaban castellano, pasó más de dos décadas envuelto en una nube de alcohol y pena. Fue su corazón el que dijo basta: el pecho, literalmente, se le abrió en dos. Después de la operación cardíaca fue cuando pudo volver a asomarse a lo que más le dolía: la desaparición de su hermano. Fue un acercamiento gradual. Acompañado de una amiga que hoy es su esposa, Raquel Pik, Federico empezó a montar las piezas de su memoria. Primero se encontró con el rostro de quién él conocía como José en el Parque de la Memoria. Después, ya en 2007, se contactó con sus hijos, Gastón y Manuel, que ya se habían convertido en querellantes en el juicio que hoy mantiene detenido al ex comisario Luis Abelardo Patti. Más tarde llegó el momento de denunciar su propia desaparición en el Tribunal de San Martín y convertirse en actor en busca de justicia. Y también de dejar su muestra de sangre en el Equipo Argentino de Antropología Forense esperando que los restos de su hermano por fin se reúnan con su nombre.

La identificación de los restos de Tilo Wenner se concretó este año gracias al proyecto Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Desaparecidos. El esqueleto incompleto E 2, de la sepultura 4190, ahora tiene nombre y apellido y una placa en el cementerio de Chacarita que lo recuerda como quien fue: un poeta vanguardista, víctima de la dictadura, periodista y tipógrafo, autor de trece libros casi inhallables, aunque sus letras sobreviven en algunos sitios de Internet donde pueden leerse frases como ésta: Ahora mi amor es yo mismo volcado desde adentro. /No pudriré a nadie y no me dejaré pudrir. /Cortaré la manzana olorosa y la expondré a los cuatro puntos cardinales. /Mi libertad y ninguna otra cosa



********************** FIN


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