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Resumen Audiencia causa Díaz Bessone 14/12: Declaración de testigos
Por Daniel Aristizabal - Tuesday, Dec. 14, 2010 at 5:16 PM

JUICIO A LOS REPRESORES DE LA ULTIMA DICTADURA MILITAR

CAUSA: DIAZ BESSONE

La audiencia

En el dìa de hoy -Martes 14- continuaron los testimonios de testigos en la causa Diaz Bessone que se tramita en el tribunal Oral federal Nro 1 de los Tribunales Federales de Rosario. La primer declaración fue de Ana María Moro. Antes de relatar su detención, aclaró que en ese momento su hermana gemela Miriam Susana Moro ya había sido secuestrada junto con Antonio López en septiembre de 1976 y permanecían desaparecidos. También había desaparecido el compañero de Miriam, Roberto De Vicenzo.

El 21 de mayo de 1977 Ana fue secuestrada, estando embarazada de 5 meses, junto a su esposo Juan Carlos Cheroni por un operativo de la patota en el que participaban Darío Fermoselle y el “Sargento” Vergara, entre otros. Fueron llevados al Servicio de Informaciones.

Allí escuchó cómo torturaban a un chico que era de Córdoba y que uno de los torturadores le dice a ese muchacho “hablá hijo de puta que te voy a reventar el ojo con la birome”. “Esos gritos me persiguieron durante mucho tiempo. Siguieron horas y horas torturándolo. En un momento sentimos que arrastran algo, un cuerpo. La persona que amenazaba con reventarle el ojo era el Cady Chomicki.”

Durante su cautiverio se reencontró con su esposo Juan Carlos Cheroni, su cuñado Hugo Cheroni y la mujer de éste Stella Maris Porotto que también estaba embarazada. También mencionó entre sus compañeras a Mirta Castellini, terriblemente torturada.

Relató que el Pollo Baravalle le dijo en el servicio de Informaciones que no pregunte más por su hermana y su cuñado porque los habían matado a los dos. Sobre su hermana Miriam contó que “en el año 84 tengo que reconocer las fotos de mi hermana muerta tirada en un zanjón. Me devolvieron la ropa llena de sangre y de agujeros de bala, once balazos en la espalda, amordazada como un perro, así la mataron. Ella tenía muchos sueños, tenía dos hijos, Darío y Gustavo que tomaba la teta. Tenía 24 años, estaba embarazada, tenía sueños de cambiar el mundo. Pido justicia señores jueces.”

Con respecto a su cuñado, Roberto De Vicenzo, a principios de este año fue identificado por el Equipo de Antropología Fortense. “Baravalle me dijo que a Roberto lo tuvieron ahí, que lo torturaron mucho, que lo sacaron y lo fusilaron. Le pregunté si lo habían tirado al río y me dijo que no. Le pregunté por qué el sabía que lo enterraron en un cementerio, me dijo que a él lo sacaban a enterrar gente. A Roberto lo fusilaron en camino Barrancas, estuvo sepultado estos años como NN junto con Furtiaga.”

Luego fue el turno de su esposo Juan Carlos Cheroni. Relató en igual sentido el secuestro de ambos y que cuando llegaron al Servicio de informaciones escucharon la tortura del muchacho cordobés y agregó: “Se abre la puerta y sentimos como que arrastraban una bolsa de papa, un peso muerto, esa misma voz (que la que torturaba) dice en tono burlón “acaba de salir un féretro”, refiriéndose a Chomicki. En otro tramo de su declaración precisó “Chomicki se comportaba como un policía, como un verdugo, no se comportaba como detenido, tenía la libertad absoluta de moverse y verduguear a sus compañeros y así lo hacía.”

Escuchó cómo lo torturaban a su hermano. Ante una pregunta del fiscal de la causa Dr. Gonzalo Stara sobre las torturas señaló: “Todos decían que las comandaba Lofiego, que tenía conocimiento de medicina. En particular mi hermano me dijo que a él lo torturó Lofiego y Chomicki. Era vox populi que Chomicki participaba en las sesiones de tortura y en los interrogatorios, al conocer a los compañeros sabía qué preguntar, su participación en los interrogatorios era indudable, más allá de que aplique picana o no. De Marcote también era conocida su participación en la tortura.”

Luego declaró su hermano Hugo Cheroni, quien fue secuestrado el 21 de mayo de 1977 y llevado al Servicio de Informaciones. Allí relata que “en un momento escuché la voz de mi cuñada Ana Moro. Me comuniqué y descubrí que estaba mi hermano Juan Carlos y mi esposa Estella Maris Porotto.”

Contó que al ser secuestrado era dirigente gremial. “Fui echado en una fábrica industrial de zona norte por actividad gremial, después tuve muchísimas dificultades para conseguir trabajo. La empresa dio mi dirección a la policía, la empresa era Saieva en el cordón industrial en San Lorenzo...Me enteré muchísimos años después, un compañero mío de la secundaria era ingeniero en Saieva, pensó que cuando me detuvieron me habían matado porque la policía fue luego de mi secuestro y dijo en la empresa que “ya habían liquidado el asunto del infiltrado acá adentro, del terrorista que tenían adentro.” El único detenido fui yo, por eso deduzco que la empresa dio mi domicilio.”

Luego su esposa, Stella Maris Porotto relató que aquel 21 de mayo de 1977 fue la patota a su departamento a buscar a su marido. Como éste no estaba se quedaron durante largas horas en donde la torturaron salvajemente y la violaron. Estaba embarazada de 5 meses en ese momento. “Desde las 10:30 de la mañana hasta las 16:30 estuvieron esperando, fui muy golpeada, violada, me ataron delante de la puerta porque pensaban que mi esposo venía armado, pensaron que si había un tiroteo yo iba a morir primero.”

Una vez que llega al Servicio de Informaciones, escucha cómo lo torturan a su marido “Pasó mi ex esposo, presenciamos su tortura, nunca habíamos visto semejante cosa. Los efectos luego son una persona que se arrastra sin poder contenerse durante buen tiempo, lo picanearon, lo torturaron.”

Al ser preguntada por el fiscal Stara sobre los miembros del grupo represivo, sindicó que el Cura Marcote, Lofiego, Chomicki “estaban tiempo completo. Creo que eran el elenco estable” y que la sorprendió Chomicki porque “estaba muy alegre, tomaba la tortura como patear un guijarro por la calle, nos pateaba, era un joven muy malvado.”

En otro tramo de su relato dijo: “El tema de las violaciones sólo se puede decir ahora, ahora la sociedad entiende. Antes decían `y ustedes eran estudiantes, estaban con la iglesia´….estábamos con culpa y mucha vergüenza. Nos costó mucho tiempo reconstruirnos, lo hemos hecho, seguimos apostando a lo mismo, a una vida mejor, que ninguna mujer la violen y digan que fue porque se portó mal, porque ayudaba a los pobres. Queremos justicia, aunque pasen 100 años. En algún lugar creo que sigo siendo esa joven entusiasta.”

El último testimonio fue el de Adriana Koatz. Era estudiante de ingeniería química y militaba en la juventud universitaria peronista al ser detenida el 21 de octubre de 1976 y llevada al Servicio de Informaciones. “A partir de ahí viene una seguidilla de golpes, torturas, vejaciones.” Mencionó a varios de los miembros de la patota: el Cura Marcote, Kuriaki, Tu Sam que era Carlos Brunato, Guzmán Alfaro y que compartió cautiverio en el sótano con Ester Fernández, Graciela Villarreal, Ana María Ferrari, Olga Cabrera Hansen, entre otras. Entre los varones recuerda a Pérez Risso y Píccolo.

Luego fue remitida a Devoto donde su padre le dio la noticia de que su hermana Graciela Koatz había sido asesinada junto a su novio Labrador.

La audiencia continua el próximo 21 de diciembre a las 9:30 hs.

Prensa

Daniel Aristizabal

0341-153200008

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