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Macri hasta 2023 y después Vidal?
Por LRC - Thursday, Nov. 02, 2017 at 10:58 PM

En la actual situación el régimen neoliberal conservador de Cambiemos parece iniciar un ciclo en el largo plazo, es probable que el peronismo se disgregue así como sucedió con el radicalismo. La hipótesis de la implosión del régimen macrista puede ocurrir, pero sería subestimarlo, porque en no pocos países del mundo (como España, México, Colombia, etc) se aplican estas políticas neoliberales desde hace décadas, sin estallidos. Macri dijo que podemos cambiar 'para siempre', pero se equivoca, nada es para siempre. También en los '90 durante el ciclo menemista, Domingo Cavallo afirmaba con absoluta seguridad 'la convertibilidad va a durar por seis décadas'. Sin embargo el camino no es corto y sin duda van a ocurrir múltiples imprevistos.


La mochila cultural que nos han implantado está activada

Por generaciones de argentinos la gran burguesía capitalista, el poder económico y político, utilizó la cultura, la educación y sus medios de información masiva para que la población naturalice como propios, valores absolutos y pseudoverdades de fe que preservan los intereses de los grupos dominantes. Esta carga psicológica subliminal en cada individuo que se activa sutilmente en contra de sus propios intereses, existe y no es para nada insignificante como para no tenerla demasiado en cuenta en los análisis. Con el agravante que, actualmente el acelerado desarrollo de las tecnologías en comunicaciones permite que los grupos opresores puedan manipular claramente a su favor, las conductas de colectivos sociales significativos.

Sin perder generalidad, groseramente se puede revelar el efecto colectivo de esta 'mochila cultural' individual, observando las elecciones en Argentina. Sistemáticamente un 90 % de los electores asumen como natural la explotación capitalista, del cual no menos de un 40% apoya una concepción liberal conservadora, autoritaria y pro-imperialista.

Solo un 10% de electores argentinos rechaza el sistema capitalista. Es obvio que la izquierda no podrá frenar al neoliberalismo con unos pocos diputados, y para lograr una organización social significativa tiene como enorme desafío cambiar el orden capitalista implantado en las mentes de las mayorías. Ante cualquier atisbo de cambio hacia un anticapitalismo, el capitalismo activa sus anticuerpos, por eso las elecciones no son un cambio profundo y quienes acceden al gobierno con esa intensión, la izquierda por ejemplo, pronto encuentran los límites y muros de la democracia burguesa. El poder económico lucha a muerte por su poder, no hay medias tintas, es a matar o morir. Por eso un cambio a un sistema político, económico y social realmente opuesto al capitalismo, difícilmente pueda ocurrir sin violencia, salvo que se trate de reformismo. Los intentos para salir del capitalismo desde su propio seno e inmerso en un universo internacional capitalista, no han tenido éxito hasta ahora.

Una estrategia de propagación de la derecha neocolonial

Para su propagación la derecha impulsa el miedo y la confusión social y luego se muestra como solución, con una figura paternal esperanzadora que promete mejoras y protección. Para ello necesita un nivel de polarización en la sociedad, fabricar un enemigo al que hay que odiar. Es una estrategia que no es nueva en sí, salvo por las innovaciones tecnológicas.
Frente a la imagen de corrupción del que llaman populismo kirchnerista 'que se robaron todo', oponen las imágenes 'paternalistas' de un Macri, Vidal, etc (no importa si robó y hoy roba con la 'ley' en mano y más que el kirchnerismo) pero son ellos los que están limpiando la corrupción, y traen esperanza y confianza de que el país va a mejorar con un ajuste (para la mayoría), que ellos mismos 'deben' aplicar porque el único culpable es el gobierno anterior. Del padre no se duda, aunque se sepa que miente es para tu bien, el padre te protegerá como un hijo, no es necesario pensar ni razonar mas, hay que tener fe, confiar es mucho mas fácil. Así una masa crítica de las sociedad argentina les cree y tiene esperanza de que todo vá a mejorar, que el ajuste y sacrificio es necesario y hay que exculpar al macrismo. El sentido común construido como verdad, es que la culpa es de los otros que robaron y no de los que están hoy que hacen, lo demás no importa.
Pero la política económica macrista de empobrecimiento todavía no ha alcanzado a una mayoría de la población, y Cambiemos se ocupa de que esto vaya ocurriendo gradualmente y en distintos sectores, mientras hay otros, como los 'del campo' que se ven ampliamente beneficiados. Pero activar esto masivamente en las mentes, no es posible sin una férrea dictadura mediática sobre la población.

El lavado de cerebro, la alienación y la posición de indefensión mental que el macrismo y el poder económico han inducido en una masa crítica de la población, se puede hacer por la concentración de medios de comunicación que son parte del poder económico que habita en el gobierno, que constituyen mas del 95% de los medios, mientras un 5% restante no es sometido porque es utilizado como argumento para justificar que en Argentina 'hay libertad de prensa y expresión'. Pero en realidad no la hay, en cuanto no existe paridad con los medios que puedan expresar disidencias, además para muestra basta ver como asigna el gobierno a los medios las pautas oficiales. Cuando Macri volteó de un plumazo por decreto la Ley de Medios aprobada por mayoría en el Congreso, desató la dictadura mediática salvaje que hoy rige en el país liderada por Clarín/Magnetto y La Nación. .
En el bombardeo marketinero actúan conjuntamente los grandes multimedios hegemónicos e Internet con las redes sociales, de forma tal que se realimenta un ambiente de incertidumbre y degradación, una suerte de cloaca comunicacional, propicia para inducir el miedo que necesita la derecha para su bombardeo psicológico, el llamado shitstorm.

En su concepción ideológica liberal, neocolonial, tiránica, y para mostrarse como paladines contra la corrupción y salvadores, el régimen macrista debe escarmentar muy duro, perseguir y suprimir a los etiquetados de 'corruptos', que incluye a los que piensen distinto y lo expresen. Así la renuncia por coerción de la procuradora general de la Nación, Gils Carbó, marca el fin del Estado de Derecho en Argentina. Para esto el régimen de Macri ya ha puesto a parte corrupta del poder judicial a su entero servicio, consecuencia de lo cual son presos políticos, una desaparición forzada agravada por muerte aunque el gobierno la tape, detenciones y presiones sobre ciudadanos y opositores con chicanas de dudosa legalidad, etc. La falta de Estado de Derecho también le permitirá al régimen intensificar la represión social salvaje, para aplicar las medidas neoliberales y del FMI contra las movilizaciones del pueblo y los trabajadores.

Se manejan con una masa crítica de votantes

Ya no existe el clásico chacarero como tal sino que hay una interacción entre el mediano y pequeño productor agropecuario, con la tecnología y la industria, las metrópolis, las finanzas y con los grandes multimedios y nuevas tecnologías de comunicación. Este grupo rural se ha transformado en un colectivo híbrido rural-urbano, que se hizo visible en 2008 con el conflicto con el campo que sostuvo el gobierno kirchnerista, que no fue como otrora el de terratenientes y oligarquía vs. pueblo y peones. Este nuevo colectivo rechaza las políticas sociales porque toma como prioritarios sus intereses, y no les importa la pobreza urbana. Es más, la derecha conservadora fue activando el odio de clase latente en cada individuo del colectivo rural-urbano, de modo que sectores significativos empezaron a ver mal al gobierno anterior y las clases carenciadas que beneficiaría, arrebatándoles lo que reclaman como propio solo para ellos. Este hecho fue captado claramente por la derecha liberal concentrada, que con sus medios de comunicación masivos hegemónicos fueron amplificando el nivel de odio. A la que se le suma la llamada oligarquía 'con olor a bosta' que ocupa y lidera hoy el ministerio de Agroindustria. Ese bloque social 'del campo' fue una parte del que llevó a Macri al gobierno y lo seguirá votando, ya que es beneficiado por su modelo extractivista de las ventajas comparativas que prioriza el agro y la minería. No es casual que el mapa de la soja (en orden decreciente Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco, Salta, Este de La Pampa, San Luis, Tucumán) coincida en buena medida con los territorios en que gana Macri.

Una batalla cultural perdida

Si un gobierno impulsa una cultura en que predomina el consumismo para toda la sociedad, genera un individualismo basado en valores mercantiles, que conduce a la desmovilización, despolitización, y desorganización característica de una sociedad articulada por el consumo como valor, lo que debilita y confunde la conciencia de clase y la lucha de clases, que es reemplazada por el 'ascenso de clase' con sus respectivas exigencias. Es entonces una sociedad manipulable por el marketing, pero que sigue infectada por los valores culturales subliminales individuales que la derecha ha implantado por décadas como se mencionó al principio. Cuando la derecha, activa masivamente y en condiciones apropiadas esta carga cultural, penetra en el tejido social, como está sucediendo.
En estas condiciones, la masa crítica total de votantes que seguirá apoyando a Cambiemos esta en un 40%.

Las oposiciones

Otra de las fortalezas del régimen conservador de derecha es la división de la oposición. Un cálculo casi trivial. Los liberales conservadores y las oligarquías capitalistas tienen una base de un 15% del electorado, a los que se suman la derecha liberal radical y peronista, las clases medias del campo y otras componentes con un 25%, de modo que el macrismo neoliberal tiene y tendrá un piso de un 40% que actúa en forma monolítica, como se mencionó. El resto que no apoya el régimen se presenta en forma fragmentada y no se vislumbra hasta ahora que pueda configurar alguna interacción significativa coherente de oposición contra la derecha liberal conservadora macrista. Su accionar en el Congreso no logró como es obvio, frenar la embestida neoliberal del régimen, una pseudo-oposición, los opo-oficialistas prudentes y responsables apoyando al régimen corrupto mientras públicamente afirmaban exactamente lo contrario, los gobernadores panqueque manejados por presiones y conveniencias. Mas allá los jerarcas sindicalistas carneros, defendiendo sus intereses particulares como en los '90.

Siguiendo así, cocinándose en su propia cerrazón individualista ninguna fuerza de la oposición ganará. El ciclo del macrismo neocolonial ha comenzado y su final está abierto.

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