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Rita Segato: “Estamos todavía dentro de la prehistoria patriarcal”
Por ANRed - Friday, Nov. 17, 2017 at 4:23 PM

16 de noviembre de 2017 | A sala llena, el lunes 14 de noviembre la reconocida antropóloga Rita Segato brindó la conferencia magistral “Violencia de género y femicidio: pensando las nuevas formas de violencia” en la Asociación de Abogados de Buenos Aires. ANRed reproduce algunos de los conceptos fundamentales volcados por la autora de Las estructuras elementales de la violencia. Por ANRed | Foto: Colectivo Manifiesto.

Rita Segato: “Esta...
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() Llego a conclusiones escuchando con un grupo grande de estudiantes a violadores en la crcel de Brasilia y tambin sobre la crcel en s () Salgo de all con la idea de que la solucin que tenemos para el crimen es peor el remedio que la enfermedad. Las personas tienden a volverse ms agresivas, las agresividades ms letales y sobre todo el tema de la violacin, del acceso forzado al cuerpo del otro en la crcel, es una pedagoga, es decir, una manera de existir dentro de la crcel. Cuando termin esos dos perodos trabajando en la penitenciara, pas a estudiar pluralismo jurdico: cmo otros pueblos y otras sociedades entienden el delito, el crimen y el conflicto y piensan la solucin. Me encuentro con un mundo de una gran riqueza que es mucho ms interesante que la solucin occidental. ()

Tenemos una fe cvica que yo no comparto ms. La fe en este Estado como un conjunto de instituciones capaces de dar soluciones y proteger a las personas no la comparto. Creo en todo, en todos los espritus, los Jess, en Mahoma pero en el Estado no creo, en la ciudadana no creo. Eso es una consecuencia de ese largo perodo viendo la crcel. Las feministas cuando pasamos una ley, creamos polticas pblicas e instituciones, nos vamos a casa tranquilas, pensando que hemos cumplido. Pero no podemos pensar soluciones para los problemas sin pensar ms, sin entender el problema, solamente quedndonos en la superficie en el sentido comn, sin proponer modelos explicativos que permitan dar sentido de lo que es ininteligible, porque si van a pensar la violencia letal contra las mujeres es algo difcil de entender.

La violacin como damnificacin

En relacin a la violacin, una de las primeras perplejidades con que me encuentro en la crcel, como algo que se repite, es que estos abusadores, violadores ya presos con prontuarios cerrados sin poder apelar ms, ellos vean su crimen como algo ininteligible, difcil de creer. Esto hay que creerlo: no es un crimen como quera un objeto y me lo apropie. Eso es fcil de entender. Ahora, la agresin de gnero no es as. Cuando se trata de una violacin de calle estamos casi frente a un crimen opaco. El propio perpetrador, cuando uno va a conversar con l (en condiciones excelentes como hicimos la investigacin) nos encontramos con la opacidad de ese acto. Una respuesta es esa: el acto me atraves. Y no es una respuesta para evitar la responsabilidad. ()

El acto de la violacin tiene que ver, para nosotros, con el acceso carnal como damnificacin, como dao. Esto no es universal: el acceso sexual como damnificacin (muerte moral, dao moral, asesinato moral) del cuerpo accedido carnalmente sin su voluntad y participacin es una visin occidental de la sexualidad y est muy lejos de ser universal.

La agresin sexual es un crimen no instrumental, no sirve para nada de lo que imaginamos en el sentido comn y lo que los medios de comunicacin nos dicen. No es para la satisfaccin sexual. Estoy cada vez ms convencida de eso despus de estar en Ciudad Jurez, en Guatemala, las visitas de trabajo a Amrica Central (). Ese sentido comn es un absurdo: quin va a buscar la satisfaccin sexual en una situacin de terror, de miedo? () Es una violencia expresiva en el sentido que dice algo, algo que est dicho al mundo a travs de este gesto. Uso tambin una categora de Lacan que es la de passage a lacte (pasaje al acto), porque muchos de los presos hablan de un momento de desintegracin en el acto. El sujeto tiene una pulsin hacia ese acto, quiere realizarlo, pero se desmembra, se desmonta, se desintegra, muere un poco en ese acto. ()

La corporacin masculina

El psiquiatra estadounidense Menachem Amir se dio cuenta que, contrariamente a lo que los medios nos dicen de que el violador es un ser anmalo, raro o solitario, la mayor parte de las violaciones son hechas en grupos. () La violacin es un acto en sociedad, un acto en el que se comparten nociones que son sociales. La persona que tiene un problema psiquitrico acta sola, sus cdigos son cdigos privados. ()

Ms del 50% de las violaciones son cometidas por grupos de personas, sobre todo de jvenes. A partir de ah comienzo a escuchar con quin comparte y por qu comparte, es decir, qu es lo que se est compartiendo ah. De all viene la idea que hoy llam de manera ms clara que en las Las estructuras elementales de la violencia como cofrada masculina, la fratria masculina, la hermandad masculina y ahora hablo del mandato de masculinidad. Llego ahora a una conclusin que es la corporacin masculina: la masculinidad tiene una estructura corporativa, como el ejrcito, como la mafia. Estas entidades tienen estructuras anlogas. La primera lealtad es a la corporacin, no existe ningn valor capaz de desafiar el valor mximo de la lealtad corporativa. ()

En estas corporaciones (masculina, mafiosa, militar) la cerrazn es mxima. Hay un valor que no se puede infringir, la lealtad corporativa. Yo puedo incurrir en una cantidad de delitos, de infracciones morales, ticas y legales, pero en nombre de la corporacin. Creo que la poltica tambin se est volviendo as. Lo que me interesa es resaltar ahora la correspondencia entre la corporacin masculina y la mafia. Tienen exactamente la misma estructura. No solamente ese primer valor que es la lealtad, que no se puede infringir porque es causal de muerte; una segunda caracterstica es que la corporacin es internamente jerrquica. Dentro de la corporacin hay jerarquas, pero sin embargo es ms interesante adaptarse a ellas para seguir perteneciendo que infringirla. Esa es la madre del borrego, la razn de los muchos males. Hasta no quebrar eso, hasta no desmontar el mandato de masculinidad y su espritu corporativo como valor que no puede ser desobedecido, no vamos a poder resolver el problema de la violencia contra las mujeres.

Hay una escucha de muchos presos hablar de cmo de alguna forma se encontraban en el acto o acompaados efectivamente por otros hombres o en su paisaje mental, en su horizonte de presencias se encontraban en compaa. El acto que cometieron les viene de una inyuncin, de un mandato, de una necesidad de probar algo, de espectacularizar una capacidad de control sobre el cuerpo de una mujer que es indispensable para ser parte de la corporacin masculina. Ah me apart un poco de las interpretaciones feministas, aunque recupero el decir que no es un hecho anmalo, sino que es parte de la normalidad del mundo la agresin a las mujeres. Es social y un contenido compartido socialmente el hecho de que los hombres pueden y en ciertos casos deben apropiarse del cuerpo femenino o agredirlo.

El ojo del poder

En ese eje de la relacin victimario/victima y agresor/agredida, que lo considero vertical, hay un dialogo y lo que llam una relacin disciplinadota. El agresor disciplina: la, est poniendo a la victima en su lugar, feminizando. Nosotras mujeres somos personas para nosotras mismas. Ese hecho de la naturalidad de ser persona es un hecho que, aunque no nos damos cuenta (el poder no puede ser conocido, no se puede observar), es visto por el patriarcado como un desacato, porque nosotras no somos plenamente personas, mucho menos ciudadanas. No somos slo personas y no lo somos plenamente: somos seres obedientes a la persona plena que es el sujeto masculino. Cualquier persona que acta en la esfera pblica encuentra constantemente este problema. Cmo, como mujer, voy a un tribunal y me hago escuchar? Voy a tener que hacer una serie de adaptaciones de mi misma para poder convencer a ese tribunal de que soy persona y soy ciudadano. Unas maniobras de gran esfuerzo performtico que el hombre no tiene que atravesar, porque sobre nosotras pesa la desconfianza moral. ()

Lo que inferioriza, racializa, feminiza es el ojo del poder, que lo pone a una en su lugar, que lo pone al negro en su lugar Esos son fenmenos interactivos, relacionales y hay un ojo (blanco, masculino), ese sujeto en comando de la situacin, que va a mandar a cada uno al lugar al que pertenece. Eso es del mundo del estatus social, como dice una autora imprescindible como Carole Pateman, autora de El contrato sexual. Ella va a decir que ese mundo relacional de los estatus relativos (estatus es relacin jerrquica, asimtrica) no ha sido jams deshecho por la ley. El discurso de la igualdad nunca logro tocar la otra normativa que es de estatus, jerrquica, que usa la raza, la clase, el gnero, la geografa. () Todas esas relaciones son atribuidas en un diferencial de estatus. El violador coloca a la mujer en la posicin en la que l cree que pertenece: la feminiza. La reduce de persona a mujer. ()

La prehistoria patriarcal

Para m, desde principios de la especie, desde el sapiens sapiens hasta hoy, estamos todava dentro de la prehistoria patriarcal. Ese rgimen es un rgimen poltico y por eso no uso la idea de crmenes de odio porque me parece que despolitizan el crimen de gnero y la agresin sexual. Claro que puede haber odio y emocin violenta, pero opto por el anlisis poltico de esa agresin como una relacin de desigualdad de poder, donde el sujeto en poder enva a la victima a la posicin que les corresponde. Tanto los crmenes misginos como los homofbicos y transfbicos los analiz como castigos a los desacatos al patriarcado. ()

Esa cofrada masculina enva constemente al sujeto ese mandato de masculinididad: si quieres pertenecer a este estatus, titularte hombre, tienes que exhibir tu potencia. Es indispensable la espectacularizacin de la capacidad de control sobre la vida, los cuerpos, los territorios. () La violacin viene de este fenmeno que es plenamente social, socialmente compartido del hombre, que ve su humanidad disminuida si no consigue mostrarse hombre. Hay una serie de creencias que llevan a las situaciones que encontramos. () Est sobre todo la necesidad de mostrarlo a otros hombres para cualificarse y formar parte de esa corporacin. ()

El mandato de masculinidad

Lo que tenemos en nuestro continente hoy es que se est inflando una esfera paraestatal de control de la vida. En algunos lugares se ve ms, en otros menos. En Argentina, se ve claro en Rosario, en suburbios de Crdoba, en la provincia de Buenos Aires. Son verdaderos ejrcitos (los llam corporaciones armadas) y la forma de paraestatalidad son varias. Algunas son poltico-represivas y otras son mafiosas. Podemos decir que la poltica se volvi mafiosa y que de la mafia salen recursos importantes para la poltica. Son dos esferas de la vida social que se han ido interpenetrando.

Por detrs, estas formas de violencia arraigan en el mandato de masculinidad que lo vemos en el violador comn. () Creo que la libido ah est puesta en la propia masculinidad, en el grupo, la agrupacin de pares, en la pertenencia a ese grupo est puesto el deseo. Casi es un acto homo-social, por medio de una corporacin se reproduce mediante esta victima sacrificial. ()

Masculinidad es potencia. El predicado fundamental de la masculinidad es potencia. Son varias formas, no solamente la sexual, hay otras que la sustituyen: la blica, poltica, la econmica, la moral. La potencia moral del hombre que es el juez o el legislador, aunque puede llegar a ser una mujer la que asuma el papel, pero el paradigma, el imaginario siempre disear una figura masculina o una mujer actuando masculinamente en el papel de juez, legislador El sujeto masculino es un sujeto dotado de potencia y esa potencia tiene que ser siempre mostrada a los otros para existir. No existe sin demostracin, hace falta un espectculo de potencia donde ese sujeto es calificado como hombre.

Dentro de la corporacin masculina, hay grados de masculinidad. Est el nio frgil, el hombre sensible que va sufrir y va tener dos salidas: adaptarse a la corporacin e intentar de ah adentro mediante alguna de esas potencias; o va a deslizarse hacia fuera, que es lo que estn intentando hacer cada vez ms hombres, buscando una salida, porque es una presin extraordinaria.

Refeudalizacin y precarizacin de la vida

Por qu ahora lleg a un nivel tan violento esa necesidad de mostrarse hombre y ser miembro de la corporacin masculina? Mi explicacin va en el sentido de la precarizacin de la vida. No podemos entender todo esto que est pasando hoy sin ponerlo en la historia, en un contexto mucho mayor, en un mundo que es un mundo de dueos. Hablar de desigualdad en el mundo contemporneo es poco. Lo que estructura el orden social, poltico y econmico es la dueidad. En ingls sera lordship: es como un mundo re-feudalizado.

Resulta fcil probarlo y lo hago por dos caminos. Uno es el grado de concentracin del capital. Hay una ONG mundial muy respetable que se llamo Oxfam y a partir de 2009 hace una investigacin. En 2010 da los primeros resultados sobre el nivel de concentracin de la riqueza en el mundo. () Algo que me dejo mucho ms espantada que los nmeros es la velocidad. En 2010, fueron 288 personas los dueos de una riqueza igual a la que tiene la mitad de la poblacin del mundo. Este ao 2017, el clculo de Oxfam es ocho personas. La velocidad con lo que eso est ocurriendo es lo que me da el dato del adueamiento, de la codicia con que se apropian de la riqueza, de los territorios. Todo aquello que denuncian los pueblos indgenas, el grito de que estn siendo despojados de sus territorios, los mapuche, los wichis. () Ese mundo de dueos lleva a una precarizacin de la vida, porque es imposible que una capacidad de compra tan grande no haga colapsar el control institucional. ()

El otro aspecto es el colapsa de la poltica. Si hasta un determinado momento no muy lejano, los polticos eran los representantes del pueblo, muy frecuentemente representes de los ricos; ahora yo no ms estamos frente a una poltica de representantes de intereses, sino frente a una poltica de los propios interesados. El propio empresario ya no tiene ms un intermediario como operador del Estado, sino que el mismo est ah, de Trump a Macri. Es tambin un fenmeno de adueamiento, donde papeles gestores se estn desdibujando. Es un cambio muy grande en el mundo, de re-feudalizacin, pero donde los espacios comunes han disminuido mucho. ()

La violencia masculina como un sntoma

En ese mundo de adueamiento tenemos que pensar la extrema violencia masculina como un sntoma de la precariedad de la vida, de las instituciones, de las leyes, de las normas, y una necesidad de un hombre cuya vida est totalmente precarizada y disminuida en su potencia. Su trabajo se volvi precario, su dignidad de hombre. Mi feminismo es pluralista. Entre tantas cosas que son necesarias en el mundo, tambin los hombres lo son [risas]. Mi sueo no es que las mujeres pasen a desear lo que los hombres tambin desean, pero entiendo que alguien lo quiera. Tenemos que aprender a ser pluralistas, que es muy difcil, especialmente en Argentina. Nuestro lado es el pluralista; el lado de nuestros antagonistas histricos es el monoplico. ()

Eso que era un hombre se encuentra hoy en una situacin deficitaria, de extrema precariedad. Eso tiene consecuencias, el resorte que eso dispara es uno de violencia extrema. Lo ltimo que le quedaba es el control del cuerpo de su compaera; lo ltimo que le quedaba es el control sobre el cuerpo / territorio de la joven que pasa por delante en una vereda y parece que se siente muy cmoda en el espacio pblico, andando por la calle de esa forma. Ser un hombre con lo poco que le queda a mano. Este espejo de conmiseracin al hombre que agrede porque se siente poco .Slo le resta agredir porque es poco hombre.

Eso es lo que pasa en las crceles. Una de las cosas que analic en Las estructuras elementales de la violencia es por qu el violador es violado en las crceles, en algunas ocasiones hasta morir. () En esa violacin del violador esta enunciado que el violador es el ms dbil de todos los hombres, el que tiene su masculinidad ms precaria. Con esa violacin del violador se dice que l no vale nada, es poco hombre. () Hay que deshacer eso de que el violador es un macho fuerte: es un macho dbil, por eso viola.

Otra razn es que la violacin est dirigida al hombre que se supone que se encuentra por detrs de ese cuerpo. La interlocucin ah no est dada solamente con la victima, como un enunciado de su disciplinamiento. Por detrs de esa hay otra interlocucin a los pares, demostrando que se est en ese lugar y al hombre antagonista que tendra que haber ejercido la proteccin de ese cuerpo, se lo est desafiando.

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