Julio López
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una mexicana en puente pueyrredón
Por reenvío - Tuesday, Jul. 02, 2002 at 11:14 AM

relato de una cumpa mexicana de la represión en avellaneda

¡Corre compañera que nos cargan!

Todo se movía tan rápido y los heridos y las mujeres asfixiandose con el gas lacrimogeno y yo que perdí la noción por tanto gas y que me regresó cuando los disparos se oyeron tan cerca.
Llevabamos 20 minutos intentando salir del plano principal donde reprimian CON BALAS DE PLOMO, a desocupados que salieron a la calle para pedir planes de trabajo.
Corrimos por entre las calles, la policía argentina es cosa brava, te pezca por la espalda y te golpea con una saña que no se explica. Pero la suerte estaba de nuestro lado, de quienes salimos de esa ratonera sin un rasguño en la piel pero si con una profunda indignación que se transformó en rabia.
Justo la noche anterior hablabamos de la suerte, Andrés, uno de los voceros del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano, me dijo que no cree en la suerte, pero esta mañana ella parece estar de su lado, aunque una bala le abrio una herida por arriba del ojo izquierdo y lleva una camisa ensangrentanda que delata su afiliación a quienes reclaman trabajo y pan, la policía no lo ve en el transcurso de la cacería de brujas que tiene lugar en todos los barrios aledaños al puente Pueyerredón, en Avellaneda, la frotnera entre Capital Federal y la Gran Buenos Aires.
Suerte tuvimos de no ser detenidos, de no recibir impactos de bala, de no intoxicarnos, de no perder la calma, de llegar a Solano a las 3 de la tarde luego de caminar hora y media escondiendonos de la policía que rodeaba todo la zona.
¿Cómo empezo todo esto?, lo último que escuche fue la tonadita esta de "Piqueteros carajo, piqueteros", que cantan los y las jóvenes de los barrios marginales de la capital argentina.
Dos contingentes se encontraron separados por una valla de policía. Alguién dio un paso en falso y listo, el espectaculo que los medios esperaban se desató:
Gases, balas de goma, golpisas que le rompieron los huesos a más de una piquetera o piquetero. En el suelo está Angela, la chica de 19 años que antes de comenzar a avanzar me contestó a la pregunta de por qué era piquetera con una frase sencilla: "por el futuro". Tiene los ojos llenos de llanto y no se sabe si es por la rabia, por el gas o por la rodilla que no le responde para seguir corriendo.
Todos se paran y la sujetan y la apartan de lo inapartable, un operativo policíaco de dos mil efectivos con orden de reprimir todo intento de cierre de rutas.
Más adelante están tres viejos, dos mujeres y un hombre de algún barrio de los tanto que se agrupan con la Coordinadora Aníbal Verón. Una de las mujeres es sujetada por los otros dos viejos, el gas la está asfixiando y a mi tambíen, me lloran los ojos y tengo ganas de escupir los pulmones, tanto pinche cigarro no lleva a ningun lado.
Junto a mi, los 5 compañeros que habrán de ser el grupo con el que logre salir de allí con todo y pasaporte de mexicana metiche.
Jol, el "acompañante" que los compas piqueteros me designaron me toma del brazo y ya no me suelta sino hasta 4 horas después cuando le queda la certeza de que cumplió con su tarea, "proteger a la mexicana".
Otra chica lleva encima una cámara de video con la prueba de que esto no es un enfrentamiento entre piqueteros y policías, es una trampa que tendió la clase política a esta gente para que sirva de aviso y advertencia a toda forma de disidencia: tolerancia cero.
Y pasamos la zona nublada por los gases y el compañero Darío, un chico de 18 años que la noche anterior me platicó las estrategias generales de la comisión de seguridad con tantas ganas que parecía festivo, saca un cigarro y dice "para que pase el dolor, mire mi cola compañera, me la agujerearon", tiene un balazo en la entrepierna que sangra pero sigue corriendo... en un momento lo perdemos...
Yo también prendo un cigarro para que se calme mi miedo, que lo tenía y un chingo, la sangre y el sonido evidencian que las balas no son de goma.
Pasamos por una gasolinera y adelante por un colectivo prendido en llamas, hace 5 minutos dejamos de largo la estación de tren de Avellaneda, si esa donde los policías mataron a quemarropa a un piquetero de 21 años.
La gente va caminando, y yo con mi camarita patito que apenas podría definir el caos que reina mientras un estudiante de la escuela de filosofía de la UBA me pide de mi limón, ese fruto que aminorá el efecto de los gases lacrimogenos....
Y de pronto, todos a correr, a correr y la tira que se va cerrando el cerco y que "corra compa corra conmigo y no se detenga", corrimos por callecitas, por avenidas, entramos a un terreno que guarda los trenes viejos, ahi se me acabaron las fuerzas y la rodilla clamaba clemencia, le dije a Jol, "siguele tu" y el que no, que siguieramos juntos, y por abajo de los trenes y por encima de ellos y la policía a unos pasos, y, una bala rebotó en un vagón. Se me paso el cansancio y me senti atleta, a correr, a correr a correr.
Salimos de las vías y seguíamos siendo muchos, Andrés sangraba pero contestaba un celular que a cada rato anunciaba cosas peores: escondanse que andan cazando gente, ya mataron a dos piqueteros, hay 70 heridos, tu familia está bien y quiere saber de ti, le decían a Andrés.
Luego vino la experiencia mas dura, la gente cerró sus casas, sus negocios y les pediamos que nos escondieran para no ser detenidos y aventaban la puerta contra la frente de Andres herido y visiblemente mareado.
Al final, luego de hora y media que me parecieron 5 minutos, subimos a un colectivo para llegar hasta un barrio cercano. Ibamos bastante fuertes todavía, caminamos y caminamos en territorio propio, el de los piqueteros pues, las casas de madera estaban vacías, las que no tenían a una mujer enfrente esperando al hijo que es piquetero
Cuando llegamos al galpón esta gente ya había convocado a mi corazón, estaban todas y todos esperando con gasas al compa Andrés que es su referente.
La televisión mostraba imágenes que ojala hayan visto ustedes. La radio, la lista de gente perdida.
Y los chicos que me explicaron la filosofia piquetera la noche anterior, todos, EN CANA, en la carcel, en el hospital
piqueteros carajo, piqueteros
Hay muchas cosas que resaltar de ese puto día en el que el poder reprimió a los que dicen "nos tapamos con máscaras para que sepan que aca estamos".
La crónica más fría se la hago a Tania por obligación
me siento profundamente indignada, estos son compas que definen al trabajo como dignidad y a la autonomía como principio
Ayer aca en Buenos Aires murieron dos chicos, en otras provincias reprimieron, y cuando se ve de cerca los piqueteros no son una interesante expresión de la lucha de los marginados de América LAtina, somos los mismos, tenemos rostros diferentes pero somos los mismos
Hoy, jueves, una marcha con muchas organizaciones recorrió de ida y vuelta el camino de Plaza de Mayo a la Plaza de Congreso,, los piqueteros mientras tanto, velaron y lloraron la muerte de Dario, 21 años, del barrio de Lanus, que trabajaba como promotor comunitario y que sus amigos que ayer sacaron las garras para defender hasta donde pudieron a su gente a su familia a los MTD, hoy se doblan llorando como niños y se abrazan entre todos.
Aca se ha declarado una guerra y el saldo lo pagan los mas jodidos, los pobres, los piqueteros, carajo

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