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La necesidad de un proyecto politico de las asambleas
Por asambleista de Pque Chacabuco - Saturday, Sep. 27, 2003 at 3:40 PM

Algunos reflexiones sobre porque es necesario tener un proyecto politico propio de las asambleas

nacimiento de las asambleas

Las asambleas nacen de un hecho político: el argentinazo del 19 y 20 de diciembre de 2001, que reflejó (aunque sea transitoriamente) la profunda desconfianza de la población en la casta de políticos del sistema.

Las asambleas son organizaciones políticas surgidas de esa lucha. Mientras el fascista diario La Nación advertia a su buen lector que las asambleas eran gérmenes de soviets, muchas personas hacían su primera experiencia política, tenian su primer acercamiento con la izquierda, y hasta su primer acercamiento con el vecino.

Qué nos pasó en el 2002

Obviamente hemos tenido un reflujo en cuanto a la cantidad de integrantes y además no hemos logrado articularnos como movimiento. Por supuesto que han influído otros factores, pero se puede decir que las dos fallas principales de las asambleas fueron: la falta de organización y la carencia de un objetivo politico.

¿Se piensa acaso que los que volvieron a sus casas lo hicieron por la politización extrema de las asambleas? Si bien no puede descontarse el papel nocivo que tuvo la falta de unidad de la izquierda y sus consecuentes peleas por espacios de poder, el elemento fundamental que influyó para el desánimo fué que la posibilidad de unidad tras un objetivo político propio (que debía partir del “que se vayan todos”) se tornó cada vez más lejana, y que la inexperiencia de los militantes asamblearios conspiró contra la posibilidad de frenar en debates democráticos los manijazos y los oportunismos.

Para qué tener una definición política

Por dos razones. Primero para tener una coherencia hacia el exterior (el resto de la sociedad) y saber hacia donde queremos llegar. Algunos compañeros dirán que el camino ya está más o menos marcado por nuestras propias acciones (apoyo a los piqueteros, a las fábricas recuperadas, a los cartoneros, a los trabajadores de la salud, manifestaciones contra la guerra, contra los tarifazos, contra el ALCA, etc.). Eso es en parte verdad. Pero eso no basta. Para tener la certeza del camino que estamos recorriendo se deben establecer como mínimo dos puntos: el de partida y el de llegada. El de partida ya lo tenemos mas o menos claro, pero ¿a dónde queremos llegar? ¿Dejaremos siempre librado a la espontaneidad el camino a recorrer, o es mejor planificarlo y adecuarlo según la coyuntura? ¿Dejaremos que se repita la pregunta del “despues qué” del QSVT?

La segunda razón para tener un proyecto politico propio es para partir desde una posición de fortaleza en nuestra articulación con otras fuerzas del campo popular. La no conformación de un proyecto político propio es lo que no termina de conformar la identidad política de las asambleas, lo cual no es una virtud, sino una debilidad que puede ser (fue) explotada por el sistema y por algunos grupos de izquierda.

La desventaja de carecer de un objetivo común

Por no tener nosotros definiciones políticas, se las dejamos a los que sí las tienen. De esta manera, les hacemos el juego porque a ellos no les conviene que tengamos nuestras propias definiciones políticas, así imponen las de ellos. Si las tuviéramos, les resultaría mucho más difícil incidir en nuestras políticas para su propio beneficio. Fue justamente nuestra falta de experiencia organizativa y política lo que facilitó las intervenciones mezquinas de otras fuerzas en nuestro movimiento.

El programa de la primera Interbarrial Nacional es una muestra de que cuando nosotros no logramos definiciones propias, tomamos (o nos son impuestas) las definiciones de otros. El programa de la 1ª IB Nacional contiene varias consignas que ni siquiera fueron discutidas en las asambleas. Esas consignas fueron, obviamente, introducidas por grupos que sí tenían definiciones políticas y se aprovecharon de que nosotros no las teníamos.

Mas allá de si se coincide o no con la nacionalización de la banca (por poner un ejemplo), si esta consigna no fue discutida y aprobada conscientemente por las asambleas (y eso no quiere decir una hora de discusión y resolverlo votando a mano alzada), entonces no tendrá un sustento real en las asambleas.

Y de hecho no lo tuvo, la realidad lo ha comprobado. ¿Cuántas asambleas se han pronunciado específicamente a favor de la nacionalización de la banca? ¿Cuántas asambleas han hecho un trabajo consecuente por la nacionalización de la banca? Seguramente un número mucho menor que las que concurrieron a la IB Nacional y votaron la consigna a mano alzada.

Los prejuicios son una debilidad

Algunos asambleístas temen a la uniformidad del pensamiento, a la jerarquización de las discusiones, a la imposición de las ideas “desde arriba”. Yo les pregunto: ¿cuál es el arriba del movimiento asambleario? ¿Hay un arriba, hay un abajo? ¿Desde cuando el movimiento asambleario renunció a la democracia directa como método de funcionamiento? Si logramos un proyecto político propio y mantenemos la democracia directa, de ninguna manera podrán imponerse ideas que no sean realmente comprendidas y deseadas por la mayoría.

Algunos asambleístas siguen temiendo a los aparateos y de alguna manera asumen que los que tienen ideas marxistas utilizan los mismos métodos de la izquierda partidaria. Ese prejuicio también se extienden a los asambleístas que mencionan la importancia de coordinar y tener un objetivo político propio. Esos prejuicios que, supuestamente, protegen contra los aparateos, no hacen más que debilitar a las asambleas. Acostumbrarse a los prejuicios es acostumbrarse a no hacer un análisis objetivo de la realidad.

Los prejuicios son una forma de debilidad intelectual, pues remplazan la fortaleza y la responsabilidad de un razonamiento objetivo por meros actos reflejos gatillados por ciertas palabras o actitudes. Una de las palabras claves para activar los prejuicios sn “anticapitalismo”, “trabajadores”, “tomar el poder”, “organización”, “clase dominante”, “burguesía”, “imperialismo”, “programa”. Entonces, en base a los prejuicios, se suele reaccionar irracionalmente. Pareciera que esas palabras y/o la ideología marxista son propiedad exclusiva de los partidos de izquierda, por lo tanto, deben ser rechazadas para mantenernos “puros” y “seguros contra el aparateo”. Tal es el pensamiento de algunos compañeros, y ese pensamiento los lleva a posiciones reaccionarias.

El deber de los asambleístas que siguen activos es superar críticamente las experiencias anteriores. Si a las malas experiencias se las estigmatiza y se las convierte en “cucos” permanentes (“Parque Centenario”, “los partidos”), no se las supera, lo que se hace es perpetuar el malestar, profundizar los rencores, dividir, desmovilizar y, por lo tanto, hacerle un gran servicio a la clase dominante.

La defensa de nuestro movimiento no pasa por identificar a las posiciones que vengan “del exterior” y aislar o romper para que esas posiciones “no ganen”. La defensa de nuestro movimiento pasa por plasmar nuestra política en un proyecto al que podamos defender consecuentemente frente a cualquiera. Y, más importante, ofrecer ese proyecto a toda la población, para que se dé cuenta de que un cambio es posible, no sólo necesario. Y, por supuesto, ese proyecto no sera monolítico ni eterno, sino que se irá contrastando con la realidad y con el aporte y la confrontación de ideas. El primer debate sobre ese proyecto debe darse en las mismas asambleas (respetando sus tiempos), no en un grupo de asambleístas “iluminados”.

Si en el día de mañana las asambleas vuelven a convertirse en factores referentes para la gente en general y nosotros no hemos llegado algunas definiciones políticas, es muy probable que los vecinos armen nuevas asambleas al lado de las nuestras, o quizás reeditaremos los problemas que tuvimos en el 2002 con otras organizaciones.

De ahora en adelante

De lo que estamos hablando, a fin de cuentas, es de la unidad. Pero unidad verdadera, ni uniformidad impuesta ni exaltación del individuo.

No es suficiente juntarnos para temas puntuales. No es suficiente la solidaridad espontánea. Para constituír un movimiento (que no es lo mismo que un partido) debemos alcanzar la unidad política. La situación defensiva en la que estamos no durará para siempre. Las asambleas se fortalecerán, o se extinguirán. De no formar un proyecto político propio nuestra extinción es segura. Si no coordinamos AHORA para defender lo alcanzado, también. Debemos saber combinar el esfuerzo militante en articularnos para la defensa y para nuestro crecimiento en los barrios, pero también prepararnos organizativa y políticamente para el ataque a las cuestiones nacionales y tener un objetivo político.

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BIP BIP DETECTOR DE SERVICIOS Friday, Jan. 02, 2004 at 11:32 AM
No se dan cuenta? es como coger con una momia. Friday, Jan. 02, 2004 at 11:01 AM
es muy facil para vos un forista Friday, Jan. 02, 2004 at 8:57 AM
esto no vale la pena Tom Tuesday, Dec. 30, 2003 at 6:49 PM
respondiendo un forista Thursday, Dec. 25, 2003 at 6:38 PM
Preguntas para los sabios Tom Wednesday, Dec. 24, 2003 at 4:27 PM
Tom un forista Tuesday, Dec. 23, 2003 at 9:52 PM
ah si? Tom Tuesday, Dec. 23, 2003 at 7:55 PM
muy de acuerdo Nicolás Tuesday, Sep. 30, 2003 at 7:42 AM
Completamente de acuerdo asambleista de Pque Chacabuco Monday, Sep. 29, 2003 at 4:18 PM