Julio López
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G8: LOS MÁS RICOS CELEBRAN CON UN BANQUETE LA CRISIS ALIMENTARIA
Por reenvío rebelión.org - Wednesday, Jul. 09, 2008 at 8:46 AM

Los presidentes de los países más ricos del mundo celebraron las conclusiones sobre la crisis alimentaria con un banquete




Agencias/Público




Los jefes de Estado y de Gobierno del G-8 no se privaron de nada en la cena que, junto a sus cónyuges, celebraron en la noche del lunes en el hotel Windsor de la isla de Hokkaido. Sus anfitriones japoneses, aún menos, y por eso reclutaron a 25 chefs para ofrecer manjares dignos de los paladares más exquisitos, precisamente en la cumbre que debía dar una respuesta a la crisis de los alimentos que aqueja a los países más pobres del planeta.

No es extraño que hasta dos periódicos británicos compararan el refrigerio con la famosa frase que se atribuye a Maria Antonieta: si (los campesinos) se mueren de hambre, que les dejen comer pasteles. El banquete daba una imagen no muy edificante en estos tiempos de déficit alimentario.

La lista casi interminable de platos llamó la atención a las organizaciones que piensan que los países occidentales deberían hacer más por aliviar el impacto de la crisis. Es profundamente hipócrita que hayan servido todos estos platos a los líderes mundiales cuando existe una crisis alimentaria y millones de personas no pueden permitirse una comida decente, dijo Dominic Nutt, de la organización Save the Children.

Paradoja inexistente
Los protagonistas de la cumbre prefirieron obviar la paradoja y se limitaron en su comunicado final a expresar su preocupación por la gravedad del problema (lo que ya han hecho en otras ocasiones), y a reiterar que los países que exportan alimentos deben eliminar las restricciones a esas exportaciones.

El aumento de los precios de los alimentos añade presiones inflacionistas y genera desequilibrios macroeconómicos, en especial para algunos países de bajos ingresos, dice el comunicado final firmado por los mandatarios de EEUU, Japón, Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Rusia.

Los países ricos se comprometen a trabajar en colaboración con las instituciones internacionales para solucionar el problema, así como a mantener las promesas que hicieron en la cumbre de Gleneagles en 2005.

Entonces, prometieron aumentar los niveles de ayuda a África hasta los 50.000 millones de dólares para el 2010. Un informe reciente de un comité organizado para hacer un seguimiento de los resultados de esa cumbre revela que al ritmo actual de gasto los países del G-8, se quedarán cortos en 40.000 millones cuando llegue la fecha límite.

El comunicado final hará poco por tranquilizar a las organizaciones que presionaron en Gleneagles por un aumento de la ayuda. El hecho es que las cifras son tan pequeñas que las ocho economías más ricas del planeta pueden cumplir sus compromisos con gran facilidad, dijo el cantante Bob Geldof. ¿Cuánto más se gastan para salvar bancos en crisis o para financiar expediciones militares, entre otros ejemplos? Lo que cuenta no es el dinero, sino la voluntad.

El G-8 recordó a los mayores exportadores de alimentos muchos de los cuales se encuentran en Asia sus obligaciones: no deben reducir sus ventas con la excusa de tener que atender en primer lugar las necesidades de sus propias poblaciones. Sin embargo, norteamericanos y europeos no aceptan que sus prácticas proteccionistas en forma de millonarias subvenciones a su industria agropecuaria están también en el origen del problema.

Se lo recordaron los países que forman el G-5: México, Brasil, China, India y Suráfrica. Estos señalaron que la crisis alimentaria no es un problema causado por los países en desarrollo.

Los subsidios agrícolas de miles de millones de dólares que se aplican en los países desarrollados distorsionando el comercio han obstaculizado el desarrollo de la capacidad de producción de alimentos en los países en desarrollo, reduciendo críticamente sus posibilidades de reacción frente a la crisis actual, denunciaron las economías emergentes, que representan al 45% de la población mundial.

Nadie parece dispuesto a reconocer su contribución al problema y el dinero comprometido es insuficiente. Las tres agencias de la ONU que sí tienen como prioridad la lucha contra el hambre recordaron ayer que en los últimos 30 años el porcentaje de la ayuda al desarrollo dedicado a la agricultura cayó del 17% al 3%.



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El G8 da la espalda a África, planta tres arbolitos y se cita para...2050
Por reenvío rebelión.org - Wednesday, Jul. 09, 2008 at 8:49 AM




Gara




Los ocho países más industrializados del mundo se mostraron ayer satisfechos por haber podido firmar un acuerdo en torno al calentamiento global, pese a que el objetivo que asumieron para reducir las emisiones de CO2 a la mitad se fijó la fecha de 2050 y no incluyó ninguna meta concreta a medio plazo, como demandaron los países emergentes. Igual de vago fue su planteamiento en torno a la crisis alimentaria mundial, pese a los apremios de la ONU.

EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Estado francés, Italia, Canadá, Japón y Rusia anunciaron ayer en su cumbre de Hokkaido (Japón) un acuerdo contra el cambio climático que insta a a reducir a la mitad las emisiones de CO2 para 2050. Los líderes del G8 pidieron a los países emergentes, como China o India, que «consideren seriamente» ese objetivo, pero eludieron asumir metas concretas a medio plazo ni fecha de referencia para medir las emisiones.

El acuerdo fue calificado de «éxito» por Japón, la UE y EEUU, más por haber conseguido estampar sus firmas que por su contenido. En cambio, los países emergentes del G5 (Brasil, México, India, China y Sudáfrica) observaron la necesidad de una «responsabilidad compartida equitativa» contra el calentamiento global y que el G8 debe fijarse objetivos más cercanos, como recortar sus emisiones en 2020 entre un 25% y un 40% respecto a sus niveles de 1990.

Crisis alimentaria

La cumbre también debatió la ralentización económica. Los países ricos expresaron su «preocupación» por los elevados precios del crudo, que suponen «un serio reto para un crecimiento estable» pero destacaron su optimismo sobre la situación económica.

Sobre el alto precio de los alimentos que atenaza a millones de personas, el G8 tan sólo se mostró «dispuesto a explorar posibles opciones» para garantizar la seguridad alimentaria.

Los líderes del G5 señalaron que la crisis alimentaria «no es un problema causado por los países en desarrollo», por lo que exigieron a la comunidad internacional una solución rápida del problema, que achacaron en parte a los subsidios agrícolas que conceden los países ricos, que «distorsionan el comercio y han obstaculizado el desarrollo de la capacidad de producción de alimentos en los países en desarrollo, reduciendo críticamente sus posibilidades de reacción frente a la crisis».

Las tres agencias de la ONU relacionadas con la alimentación, la FAO, el PMA y el FIDA, exigieron al G8 «un impulso decisivo en la lucha contra el hambre y que se comprometan con «una nueva revolución verde que desarrolle la agricultura de los países pobres mediante «un fuerte aumento de la financiación pública». Recordaron que una de las principales causas de la actual crisis es el fuerte descenso de las inversiones agrícolas durante las tres décadas pasadas. Respecto a su compromiso con el desarrollo de África, el G8 se limitó a renovar objetivos ya acordados y que todavía no ha cumplido.

«En 2050 el mundo ya estará cocido y el G8, olvidado»
Las ONG medioambientales criticaron que el presidente de EEUU, George W. Bush, había bloqueado todo avance sobre calentamiento global con la ayuda de Canadá. Greenpeace afirmó que el G8 tiene una actitud de «escasa responsabilidad» frente al reto del cambio climático, y que los acuerdos alcanzados al respecto evidencian que esos países dan «la espalda al mundo una vez más». Estimó que los pactos de la cumbre son sólo «palabras huecas y no acuerdos reales para luchar contra el cambio climático. Mientras el Ártico desaparece, estos ocho países posponen cualquier actuación», y recordó que incluso el objetivo de 2050 ya se había consensuado en la cumbre de 2007. WWF Internacional indicó que para implicar a EEUU habrá que esperar al sucesor de Bush. Oxfam Internacional señaló que «con el ritmo actual el mundo estará cocido en 2050 y el G8 habrá sido olvidado hace tiempo».

Cientos de personas se volvieron a manifestar ayer en contra del G8 en Sapporo y en varias marchas iniciadas desde los tres campamentos que albergan a los activistas, que recorrieron unos 17 kilómetros con mensajes en los que clamaban que es «antidemocrático» que tan sólo los líderes de los ocho países más ricos del mundo decidan sobre lo que afecta a todos. Una de las manifestaciones fue disuelta y todas transcurrieron rodeadas por un apabullante contingente de policía, parte de los 20.000 agentes desplegados, que han extendido el miedo entre los activistas. «Un interrogatorio constante con intimidaciones durante 23 días es algo difícil de superar«, indico Lisa Suzuta, una de las participantes.

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