Julio López
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Exigen prohibir construcciones en humedal del conurbano norte
Por Conurbaires - Friday, Dec. 12, 2014 at 6:36 PM

Movimientos sociales, políticos, culturales y ambientalistas de Escobar, Tigre, Pilar y Campana se movilizaron para entregar un proyecto en la Municipalidad de Escobar.

La última gran inundación de noviembre permitió verificar en la práctica, y dolorosamente a miles de familias, que la presunción de que la proliferación de barrios cerrados que ocupaban tierras con humedales, tras la elevación artificial de sus cotas, iba a terminar provocando desastres, porque el agua que antes se asentaba y era absorbida por el humedal, ahora corría hacia otros lados, que por falta de obras complementarias (¿Qué quiere, señora? ¡Son muy caras! Nos tiran abajo la rentabilidad, dicen los desarrolladores Eidico, Constantini, Urruti, Sofitel, etc) terminando inundando barrios populares, casas que en 70 años no sufrieron un solo anegamiento y en el último año contaron tres o cuatro.

Una asamblea realizada en la recuperada Sociedad de Fomento de Villa Vallier fue la punta de lanza de un proceso que recién comienza, y su irrupción pública fue una marcha realizada ayer, viernes 11-12-14, donde una importante cantidad de entidades procedió a entregar en el Palacio municipal un proyecto de ordenanza donde se solicita la prohibición de construcción de cualquier edificación en humedales (para los viejos habitantes del valle del río Luján, el bañado).

En la previa a la marcha, en la plaza Latinoamérica, discutía la militancia acerca del famoso ¿cómo seguir? Como hacer que este reclamo, sobre un hecho que provoca gran cantidad de víctimas, los que se inundan, ciudadanos de distinta condición social, le den también masividad a la lucha.

Hay un antecedente.

En el año 2.000, una vez terminada la obra de Sofitel La Reserva Cardales, junto al arroyo Pescado, Panamericana por medio con la Reserva Estricta de Otamendi, única zona protegida por Parques Nacionales en el territorio de la provincia de Buenos Aires. Uno de los argumentos para realizar la gigantesca inversión, cuya construcción se llevo puestos varios sitios arqueológicos, fue justamente, y desde el nombre, la cercanía con la Reserva, pero la voracidad capitalista centró su mirada en dicha zona, y con la ayuda de esta Justicia para ricos, se pretendió cortar la Reserva en dos con un camino que acortara las distancias entre la capital y unos barrios privados que se construirían en la Ribera del Paraná, al norte de los límites de la Reserva. El juez Faggionatto Márquez les dio la mano, pero ante el repudio generalizado, y la coordinación de la respuesta popular entre los trabajadores de Parques Nacionales y los Movimientos Sociales, tuvo que recular.

Cada tanto vuelven a intentar avanzar, pero la verdad es que han pasado 15 años, la Reserva está intacta, y quien quiera ir al “paraje Los Ciervos” deberá hacer un largo rodeo, para el bien del humedal, los 19 humedales que hay en el marco de la Reserva.

Según los estudiosos de la hidráulica e hidrología, si este camino se hubiera construido, las consecuencia en los barrios de las cercanías, pero la enseñanza es que la lucha unificada, plural entre distintos sectores involucrados, y con la opinión pública enterada de causas y consecuencias, puede triunfar.

La prohibición de construcciones es una medida imprescindible, pero también es necesaria la remediación, para corregir los efectos de los countrys y empresas ya construidas sobre los barrios preexistentes, y que esas obras que corrijan las penurias actuales las paguen los culpables, no nosotros.

El espacio geográfico siempre fue la representación real de las injusticias y desigualdades sociales, pero antes eso ocurría entre clases antagónicas, ahora el barrio privado introduce esa desigualdad en el seno de la clase media.

El que vive en un barrio privado, está privado de compartir el espacio geográfico con sus semejantes. El que vive en un barrio libre, no es libre de atravesarlo, debe rodear al country para tomar el bondi.

¡Loco mal el capitalismo!

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