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Un país en venta: Brazil for sale
Por Eric Nepomuceno, La Jornada - Sunday, Aug. 27, 2017 at 1:00 PM

27 de agosto de 2017 | Con aprobación de 5 por ciento de la opinión pública, Michel Temer, que ocupa la presidencia de Brasil gracias a un golpe institucional consumado hace año y medio, decidió atender de manera radical a la demanda insistente de su único respaldo efectivo, los dueños del dinero: privatizar todo lo que se considere privatizable. Es decir, el patrimonio del país. Por Eric Nepomuceno | La Jornada.

Un país en venta: Br...
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Por estos días anunció un programa de privatizaciones sin antecedentes, siquiera en los tiempos de neoliberalismo de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), que al menos podía argumentar ser un presidente legítimo, electo dos veces por sufragio universal. Temer carece de cualquier vestigio de legitimidad. Basta con ver cómo el país está absolutamente aislado en el escenario global para comprobarlo.

Pese a todo aislamiento –rechazado internamente por 95 por ciento de los brasileños, ignorado externamente– su gobierno impone un neoliberalismo fundamentalista. Resultado: las medidas anunciadas provocaron euforia en el mercado financiero y profundo rechazo en la misma opinión pública que lo desprecia.

Serán privatizados puertos, aeropuertos, autopistas, terminales marítimas, loterías y hasta la mismísima Casa de la Moneda, creada en 1694, tiempos coloniales, responsable por la emisión de dinero, estampillas postales y pasaportes.

De los 14 aeropuertos que serán privatizados se destaca el de Congonhas, en plena región urbana de San Pablo. Tiene el segundo mayor tráfico aéreo del país y deja beneficios de mil 700 millones de dólares anuales a las arcas federales.

También se anunció, por estos días, que nuevas áreas del presal, los yacimientos de petróleo en aguas ultraprofundas, serán llevadas a subasta. Empresas de todo el mundo podrán participar y, a diferencia de lo que determinaba la legislación anterior, sin estar obligatoriamente asociadas a la estatal Petrobras.

Las inversiones de miles de millones de dólares necesarias para que se llegara a la tecnología más desarrollada del mundo en operaciones en aguas ultraprofundas fueron realizadas por el Estado brasileño. El éxito de todo ese trabajo será ahora disfrutado por empresas multinacionales.

De todo lo que se reveló, dos medidas fueron especialmente impactantes.

Una ha sido la decisión de privatizar la Eletrobras, que controla 47 plantas generadoras hidroeléctricas, 144 termoeléctricas y 69 eólicas, responsables por 47 mil megavatios (MW), es decir, 32 por ciento de toda la energía generada en Brasil. Se trata de una de las mayores generadoras del planeta, y controla 47 por ciento del sistema de distribución en el país.

En total, el gobierno espera recaudar alrededor de 45 mil millones de reales, unos 15 mil millones de dólares. De ese monto, unos 20 mil millones de reales (6 mil 800 millones de dólares) vendrán de la venta de Eletrobras. Como muestra del absurdo de la iniciativa de Temer, especialistas recuerdan que en los últimos 10 años las inversiones de recursos públicos en la estatal han sumaron casi 20 veces más.

La otra medida considerada un escándalo sin parámetro ha sido la puesta en venta de un área de selva amazónica cuya dimensión supera a la superficie de Dinamarca. Se anula una ley de hace más de 30 años que determinaba tratarse de una "reserva ambiental", para que se permita la apertura de minas de oro y otros metales.

El gobierno dice que ya existen cuatro empresas extranjeras interesadas en adquirir esas tierras, que serán desmatadas. Vale repetir: un área equivalente a Dinamarca.

Son tierras vecinas a reservas indígenas. La explotación de minas de oro y otros metales significará, inevitablemente, la contaminación de los ríos de la región.

Ambientalistas de todo el mundo protestaron con violencia, pero en vano: Temer hace lo que quiere el mercado, y si vender el país es parte de las órdenes que recibe, pues cumple y ya.

Las privatizaciones tendrán de ser aprobadas por el Congreso. La extinción de la reserva ambiental, no: es suficiente el decreto-ley bajado por Temer.

Ya surgieron brotes de resistencia en el Congreso, principalmente con relación a la privatización de Eletrobras. No se trata, sin embargo, de conciencia cívica: es que muchos diputados y senadores tienen ahijados instalados en puestos de decisión en las empresas que integran la compañía.

En la actual legislatura, la de peor nivel -en todos los sentidos: ético, moral, político- desde la retomada de la democracia, "conciencia cívica" es algo tan difícil de encontrar como una heladería en el Sahara.

Todo, en el Congreso, tiene un precio, y Michel Temer y su bando son expertos negociadores. Supieron neutralizar una contundente denuncia del fiscal general que pedía la apertura de investigación contra el presidente, por crimen de corrupción. El pedido estaba amparado por un océano de pruebas e indicios sólidos. Temer supo comprar los votos necesarios para que fuese rehusado.

Se sabe que al menos dos denuncias más están en camino. Dando muestras de estar convencido de su inmunidad, Michel Temer emite señales de cariño a los verdaderos dueños del poder. Lo hace vendiendo el país.

Y lo más asombroso es que nadie parece capaz de impedir esa tragedia.

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Lula reúne adhesiones en el nordeste mientras aceleran las causas en su contra
Por Alberto López Girondo, Tiempo - Sunday, Aug. 27, 2017 at 1:02 PM

Lula reúne adhesione...
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Sábado 26 de Agosto de 2017 | El expresidente inició una gira por los estados donde es más popular.

En Brasil se desató una carrera contra el tiempo y a esta hora es difícil prever quién cruzará primero la bandera a cuadros. O incluso quienes llegarán. Por lo pronto, el ex presidente Lula da Silva inició una gira para darse un baño de pueblo por el Nordeste en una Caravana que lo llevará de Bahía a Maranhao. Mientras tanto, el poder judicial, normalmente reacio a los apurones, esta vez batió un récord al abrir un expediente de segunda instancia en apenas 42 días. Cuando el juez Sergio Moro lo condenó a nueve años y medio de prisión por la presunta compra irregular de un departamento en Guarujá, se especuló con que no daban los tiempos para tener una sentencia firme que impediría su candidatura en 2018. Pero la justicia brasileña parece también interesada en no dejar que avance la incertidumbre en vista de que Lula sigue cosechando el fervor de sus votantes en los rincones más empobrecidos de Brasil. Simultáneamente, el presidente de facto Michel Temer también puso sexta velocidad en su proyecto privatizador neoliberal (ver aparte), cosa de que si no hay forma de evitar el regreso de Lula al Planalto, tenga las manos atadas para volver a políticas populistas.

En su recorrida por el territorio amigo del Nordeste, su tierra de nacimiento, Lula tuvo algunas frases destacadas que merecen recordarse. Como esa con que calificó a Temer de "marido que no trabaja y vende las cosas de la casa". Quizás fue que su llegada a Pernambuco, el estado al que pertenece el pueblo de Caetés, donde nació hace casi 72 años, le haya traído remembranzas de su propia niñez: séptimo hijo de un matrimonio de labradores, su padre se fue de la casa cuando él era un bebé y no lo conoció sino a sus cinco años. Su madre crió a los siete niños prácticamente sola y emprendió con ellos una caravana desesperada hacia San Pablo para salir de la miseria. En esto, Lula es un fiel representante de un drama que cotidianamente viven millones de personas en el mundo y quienes lo escuchan en los actos que viene realizando en esa región lo saben, por eso esperan su vuelta a la presidencia. Por eso despierta el rechazo de las élites políticas, judiciales y hasta mediáticas.

Lula tuvo otras definiciones en su recorrida, que ya lo llevó por 15 ciudades pero espera completar el 5 de septiembre en Sao Luis, estado de Maranhao, luego de visitar 28 ciudades de nueve estados. No es la primera vez que el ex tornero mecánico sale a las rutas para darse "un baño de pueblo". Entre 1993 y 1996, en sus primeros intentos por ser presidente, recorrió con sus "Caravanas de la Ciudadanía" 359 ciudades brasileñas.
Mientras, tanto, el 4º Tribunal Regional Federal, con sede en Porto Alegre, inició el miércoles la tramitación del recurso de segunda instancia en el proceso por corrupción por la presunta transferencia de un dúplex en Guarujá. El 12 de julio, el juez de Paraná Sergio Moro había condenado a Lula pero no lo mandó tras las rejas porque le dio la oportunidad de defenderse en libertad. Los abogados y el mismo ex mandatario insisten en que no le mostraron pruebas del supuesto delito, que hay una persecución judicial y que el magistrado solo se guió por indicios.

Si Lula es encontrado también culpable por este tribunal, se complica su posibilidad de presentarse como candidato a una nueva ronda presidencial en octubre de 2018. Señalan los expertos en estos trámites leguleyos que en ese mismo distrito judicial el promedio en casos similares es de 96 días pero que la resolución llega normalmente no antes de los 182 días. Todo indica que esta vez la intención es terminar con el caso cuanto antes y según la interpretación del entorno del ex dirigente gremial, lo quieren sacar del medio porque es el único que puede impedir que se consume el proyecto neoliberal que se impuso desde la destitución de Dilma Rousseff, su sucesora, hace justo un año.

Desde esas tribunas populares y populosas, el fundador del Partido de los Trabajadores (PT), insiste en que si gana en 2018 -y las encuestas no dudan de esa posibilidad hoy día- va a anular las reformas de Temer. Entre ellas la nueva ley laboral que echa atrás con leyes instauradas por Getulio Vargas hace tres cuartos de siglo.

Pero no todas fueron rosas, y Da Silva tuvo que enfrentar no pocas críticas cuando enPenedo, en el estado de Alagoas, luego de reunirse con pobladores indígenas, y campesinos de las principales comunidades locales, se abrazó con el senador RenánCalheiros, del Partido del Movimiento DemocráticoBrasileño (PMDB), agrupación con la que se alió para llegar al gobierno en 2003 pero que finalmente tumbó a Dilma en 2016. De hecho, Temer es el presidente del PMDB y Calheiros fue clave para el golpe institucional, hasta que cayó en desgracia por la investigación de la causa Lava Jato.

Es cierto que el hombre es senador por el estado que visitaba y el hijo, Renán Junior es el gobernador. Pero Lula fue más lejos que esa cuestión meramente protocolar. "Renan puede tener todos los defectos, pero Renan me ayudó a gobernar este país; yo soy de la opinión de que todo el mundo es inocente hasta que se pruebe lo contrario", dijo a radio Universitaria de Pernambuco, para rematar: "Lo que quiero para mí lo tengo que querer para los otros también, (y además) cuando un partido como el PT busca esas alianzas es porque ve con claridad que solo no gana las elecciones, y si las gana no puede gobernar si no tiene mayoría en el Congreso". En resumen, que "la hipótesis más soñada" es que la izquierda tenga votos suficientes para no tener que ponerse un broche en la nariz antes de ir a las urnas. "pero esa no es la realidad del Brasil de hoy".

El PT no es el único que mira el 2018 con ansiedad y en el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) ya mueven sus fichas el alcalde de San Pablo, Joao Doria, quien asumió el cargo el 1 de enero pasado, y el gobernador estadual Geraldo Alckmin. Doria es presentado como el paladín de la nueva política, es empresario y recuerda a Donald Trump. Incluso condujo en la televisión paulista el programa El Aprendiz, que catapultó a la fama al actual presidente estadounidense.

Por la derecha más retrógrada tiene aspiraciones el ex militar Jair Bolsonaro. Además, el partido Laborista Nacional de Brasil ahora se hace llamar Podemos. Pero no porque adhieran al partido español sino porque se dicen seguidores de Barack Obama y de su latiguillo Yes, We Can. «

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Abriendo paso al neoliberalismo
Por Federica Zaccagnini - Sunday, Aug. 27, 2017 at 1:05 PM

Sábado 26 de Agosto de 2017

Opinión

Es asombroso ver cómo el Nuevo Plan Cóndor esté dando sus frutos en América Latina. No sólo donde ha ganado la derecha, como en el caso de Argentina, o donde hayan tenido éxito golpes blandos, véase Brasil, sino también donde los candidatos progresistas han sido victoriosos. Parte el alma ver cómo el Ecuador de la Revolución Ciudadana, donde grandes resultados se han alcanzado tanto en términos sociales como de transformación de la economía, es hoy rehén de la voluntad del actual presidente de romper con todo lo que hasta hoy, gracias a la “facilitación” de Rafael Correa, se ha alcanzado, dando prueba al mundo que sí se puede entrar en un proceso de socialismo del siglo XXI exitoso y eficiente.

El binomio Lenin Moreno-Jorge Glas parecía perfecto: el primero era el símbolo de la preocupación de la Revolución Ciudadana por los últimos, gracias al éxito con el cual llevó adelante el proyecto nacional para las discapacidades; el segundo era el símbolo del cambio económico-industrial del país. Glas, en efecto, ha impulsado una importante aceleración al cambio de matriz productiva, necesaria para recuperar el gran retraso nacional y seguir en la realización del plan nacional para el Buen Vivir.

Pero Moreno en sólo tres meses rompe con Correa: lo acusa de haber sido un caudillo y de controlar la justicia y, también, destituye a Glas justo mientras este está siendo acusado de corrupción.

Asimismo, inaugura la administración del “diálogo” cediendo importantes nombramientos a la oposición en la nueva comisión sobre la corrupción (que no había necesidad de crear ya que existe una subsecretaria anticorrupción en el gobierno); como gerentes de los medios públicos y en algunas empresas públicas. Actuando así, podría parecer más conciliador que el confrontativo Correa, adquirir más consensos, pero de hecho deslegitima parte de su gobierno y legitima aquella oposición de derecha que fue instrumento de ejecución del Consenso de Washington en el Ecuador.

Llegando a este punto, quizás sin darse cuenta, Moreno está incluso diseminando dos importantes mensajes que sentarían las bases para el retorno del neoliberalismo individualista.
Por un lado, está infundiendo en la conciencia de las personas la necesidad de emprender un plan de austeridad a causa de la supuesta mala gestión económica, del despilfarro y la corrupción del gobierno Correa. De esta manera viabiliza las políticas restrictivas, anunciadas para septiembre, las bajas de los impuestos a los grandes empresarios, la reducción de derechos laborales y la entrega de la moneda electrónica a los bancos privados.

Por otro lado con sus incesantes mensajes de mejoramientos individual, parece querer inculcar aquellos mismos preceptos individualistas estadounidenses, logrando posicionar el concepto individualista según el cual el ser humano es el único responsable de sus miserias y de sus éxitos, denigrando la intervención pública al mero asistencialismo, imponiendo las bases para terminar culpando al pobre por su pobreza, al enfermo de su enfermedad y a los países subdesarrollados por su ineptitud.

Nada de todo esto parece responder a los preceptos revolucionarios del socialismo del siglo XXI y de la Revolución Ciudadana que ha ganado en las urnas, más bien parece seguir ese antiguo consejo de Mussolini a Hitler (justo antes de la noche de los cuchillos largos): “No siempre debes de gobernar junto con quienes te han llevado al poder”.

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