Julio López
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Continúa jucio La Ribera II
Por Movimiento DD.HH. Córdoba - Wednesday, Dec. 13, 2017 at 8:44 AM
manuelpoggi2010@gmail.com SANTA FE 11, CORDOBA

CONTINUA JUZGANDOSE A MENENDEZ y SUS COMPLICES

Lesa Humanidad: declaran hoy otros cinco testigos
13/12/2017
El martes 12 de DICIEMBRE testimoniaron tres sobrevivientes del operativo realizado en el Hospital Santa María de Punilla. Ortiz narró su fuga y Tazzioli la articulación policial en el interior.
Tres testimonios se escucharon el martes y hoy miércoles se prevén cinco más en un nuevo juicio por los delitos de Lesa Humanidad.
En la sala del Tribunal Oral Federal N°1 (TOF1) conformado por Julián Falcucci (presidente) y los vocales, Jaime Díaz Gavier, Juan Carlos Reynaga y José Camilo Quiroga Uriburu (juez sustituto), continúa el juicio de lesa humanidad, en el marco del cual el martes declararon Luis Alberto Nogues, Carlos Albornoz, y Carlos Alberto Brandalise (Causa González Navarro y otros; y Jorge Omar Tazzioli y Carlos Ortiz (causa Vergez y otros).

Los crimenes de lesa humanidad que se juzgan en este juicio ocurrieron entre mayo de 1976 y mayo 1978 en el Centro de detención clandestina Campo de la Ribera (causa González Navarro) y desde febrero de 1975 a febrero de 1976 en el D2 (expediente Vergez). Los imputados son 20 y las víctimas 61.

Los testimonios escuchados dieron cuenta de los secuestros y tormentos vividos en el campo de concentración La Ribera (LR) llamado eufemísticamente "lugar de reunión para presos". Los sobrevivientes denunciaron haber estado detenidos en condiciones infrahumanas: permanecieron "Vendados, atados y tirados en el piso" por varios días y sin posibilidades de asearse o de comer.

Luego del secuestro el circuito del terror”menendez” incluía el D2, el campo LR, la penitenciaría de barrio San Martín,La Perla y otras prisiones como Rawson ,Sierra Chica y La Plata.

Los hermanos Nogués, militantes del Partido Comunista

"Yo estaba con mi tío en el taller de reparaciones y negocio de artefactos del hogar. Viene mi padre y le dice: ‘ Gaspar, nos vienen a buscar. Acompañame. Se van. Yo tardo unos minutos para cerrar y me entero que personal policial y militar los había llevado", relató , Luis Alberto Nogués, hijo de Adalberto Carmelo Nogués. Los hermanos fueron detenidos, enviados a la comisaría de Cosquín, donde los encapucharon y llevaron al hospital Santa María. De ahí pasaron al campo de la Ribera y a la UP1.

Refirió que en aquel momento "en todo ese proceso yo tuve un conflicto familiar porque el 13 de marzo me había casado con la hija del comisario de La Falda y ciertas cosas no me las contaban", le explicó al tribunal.

Manifestó que su padre era un gran gestor cultural, muy activo, que creó el teatro independiente en Cosquín, organizaba conciertos, y junto a su tío militaban en el Partido Comunista. Estuvieron presos menos de dos meses. Ambos ya fallecieron.

"Mi padre me contó que su padre les contaba películas en la cárcel y que así se entretenían y pasaba el tiempo...", le dijo al fiscal Maximiliano Hairabedián antes que se iniciara la ronda de preguntas.



"Perseguian a los comunistas"



Albornoz fue el último en declarar. Era miembro de la comisión directiva de ATE. Aquella mañana se encontraba cocinando cuando se enteró del operativo que se llevaba a cabo en el centro de salud mental. Había trabajado la noche anterior.

De inmediato se fue al hospital a buscar a su mujer y a su hermana que trabajaban ahí. Lo detuvieron y llevaron al pabellón C1 de la cárcel UP 1, donde había unas 40 personas. A la noche lo trasladaron al campo de la Ribera, donde contó que estuvo atado, vendado, y tirado en el piso, varios días. Allí se enteró que su hermana –delegada del área costura-, estaba en el mismo lugar. "Me llamaron para que la calmara", contó. Le comentaron que lloraba mucho y que quería saber de él. "Tenemos que sobrevivir. Si le dan mierda, coma mierda", le había dicho.

Después, la pasaron a la cárcel del Buen Pastor. En la Ribera, dijo que estuvo dos veces. La segunda vez, en noviembre. "Buscaban comunistas. Me llevaron para preguntarme eso", explicó.

Quedó en libertad el 24 de diciembre. "Cuando salgo, nunca más pude ser enfermero. Me tuve que ir de Santa María", evocó, con tristeza. Había sido cesanteado mientras estaba preso a disposición del Área 311 del Tercer Cuerpo de Ejercito que comandaba Luciano Benjamin Menendez . Lo legalizaron en octubre y puesto a disposición del PEN.



"Practicaban la tortura psicológica"

"Me detuvieron en mi casa el día que se intervino el Hospital Santa María", afirmó el enfermero Carlos Alberto Brandalesi. Recordó que un móvil del ejército lo llevó de la casa a la comisaría y luego al pabellón C1 donde estuvo con toda la comisión directiva de ATE. Entre ellos, Maidana, López, Dinardo, Carlos Albornoz, Acosta, Fontana, Policero, Nora Sendra, Marta Fontán y los delegados Albornoz y García.

Pasó por el campo de La Ribera y la UP1.Quedó en libertad el 14 de enero de 1977. Lo llevaron por averiguación de antecedentes y luego estuvo a disposición del PEN.

En La Ribera sufrió tortura psicológica como simulacros de fusilamiento. "Recuerdo muy bien que uno de ellos dijo: a todos éstos los hemos traído al pedo", dijo, y evocó que esa frase "me trajo alivio, porque nos trataban de subversivos y éramos todos laburantes".



De Bell Ville a la Ribera

Jorge Omar Tazzioli le dijo al Tribunal que el 5 de septiembre de 1977 se encontraba en un negocio en Bell Ville haciendo compras cuando le avisaron que lo buscaba la policía. Por eso se volvió, un grupo de civil lo esperaba en su domicilio. Y según dijo, portaba armas largas.

De la casa fue directo a la comisaría donde le aplicaron tormentos. Mientras lo golpeaban, le preguntaban por su hermano que era militante de izquierda y había logrado salir del país. Luego le hicieron firmar una declaración. Tras cartón, fue llevado a la cárcel de Villa María y luego al campo de la Ribera. Recuperó la libertad en noviembre de 1980, luego de 3 años de prisionero político.



Secuestro, tortura, y fuga



Carlos Arturo Ortiz, exmilitante de izquierda , narró por su parte, el periplo que le tocó vivir cuando el 15 de marzo 1975 se dirigía junto a Pancho Figueroa, trabajador de Perkins, a una reunión "con compañeros de distintas fábricas, unos 10 en total, en la casa de Pipo Romero". Al llegar al barrio Ituzaingó "nos esperaba una ratonera", aseguró. Los detuvo "un hombre alto, de pelo ondulado que podría ser "Damonte, Yabour, o Magnasco", refirió.

Contó que al ingresar a la vivienda los esperaban los policías Flores y Buceta. Que los esposaron y dejaron solos. "Al rato, nos llevaron en un Falcon verde con una persona que tenía una Itaka lista para disparar si nos escapábamos", le explicó al Tribunal.

Los llevaron al D2, donde le retiraron el documento, el sueldo que había cobrado en el Pizurno y un reloj de oro que era de su padre. "En el D2, me golpearon con violencia y me torturaron con mojarra" previo a un careo con Pipo Romero, afirmó.

Más adelante, señaló que fue Héctor Pedro Vergez quien le tomó los datos en la alcaidía y que lo reconoció cuando lo vio años después por televisión.

Durante el extenso relato aportó los nombres de varias personas detenidas en el D2 y la presencia de dos embarazadas.

A los días le informaron que estaba libre y le hacen entrega de las pertenencias. Como sentía desconfianza le pidió a un policía que lo acompañe hasta la plaza. Pero ahí mismo, tras firmar, fue apresado y llevado con armas largas "por orden del subcomisario Choux".

Precisó que lo subieron a una furgoneta que conducían Buceta y Flores. Lo esposaron a los parlantes y cargaron nafta en la estación de servicio de la avenida Maipú. "En el mercado de Abasto viejo, me tiraron una capucha. Viajamos unos 20 minutos y llegamos a un lugar en el medio del campo, donde había árboles grandes, eucaliptus, pinos y olmos...".

Al bajarlo del auto, le retiraron las esposas y entró sin capucha. En una habitación donde "había dos camas de hierro" lo sometieron a torturas.



Pudo fugarse salvando su vida

Por la noche, lo metieron en el baúl del Falcon y arrancaron por un camino sinuoso, rumbo a Copina, pasando por Cuesta Blanca. Pensó en arrojarse, dijo, cuando el auto disminuyera la velocidad.

Cuando de pronto, el coche se detuvo y lo bajaron. "Les di dos codazos, me saco la capucha, y empecé a correr", sostuvo. Fue ahí que empezó la balacera desde dos autos. En la oscuridad, agrega, iba zigzagueando y a metros de cruzar la calle perdió los zapatos. Se escondió entre los arbustos y escuchó que alguien dijo "basta” y dejaron de tirar.

Caminó unos tres días hasta que cesó la lluvia y divisó "un tractor con remolque de cuatro ruedas de una mina de cuarzo" y les pidió que lo lleven a un lugar para comer algo porque se encontraba "desmejorado y no podía correr".

La gente lo ayudó. Le dieron ropa y calzado. El ingeniero accedió a llevarlo hasta Córdoba pero se bajó en Cuesta Blanca porque cuando pasaban por la ruta observó que un móvil policial estaba al costado de la ruta. En el pueblo se dirigió a una casa de veraneo que alquilaban militantes de diferentes espacios como "Campbell de la CGT y el matrimonio Vera". Estuvo un mes en la casa y aseguró que pudo ver a las hijas de Gorriarán Merlo. "Después anduve deambulando por todo el país y seguí militando un tiempo en Rosario", afirmó.

Cabe recordar que para este miércoles 13 de Diciembre se espera el testimonio de otros cinco testigos.
Las condenas se darán en marzo de 2018.
MOVIMIENTO DDHH de CORDOBA
13-12-2017.-

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