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Porqué Inglaterra puede haber hundido al submarino San Juan y el macrismo entregó Malvinas
Por Fuerteyacare - Monday, Apr. 02, 2018 at 4:02 PM

El gobierno anterior, mostraba una conducta al menos paradójica frente a Malvinas. Hablaba de soberanía mientras entregaba al extranjero partes significativas de los recursos naturales estratégicos del país, como en megaminería e hidrocarburos. No es casual que aquel gobierno considerara a los recursos naturales dentro del área de 'Protección' Nacional, y no de Defensa Nacional. Aunque para el actual gobierno conservador liberal de Macri, los recursos naturales están claramente dentro del área de 'Entrega' Nacional.

Para beneplácito de los ingleses, en la doctrina militar de los gobiernos de Kirchner, no había hipótesis de conflicto. Se consideraba que los recursos naturales estaban incluidos dentro de la "protección" nacional, no de la defensa, de modo que asumían que no había amenazas hostiles que habiliten acción militar alguna. Es decir, aún si elementos foráneos saquean recursos naturales y energéticos que se consideran como propios utilizando medios pacíficos no son vistos como enemigo externo, sino que dentro del Derecho Internacional solo se debería reclamar su propiedad o negociar. Se adoptaba una actitud pseudo-pragmática que supone que con los 'grandes' lo único que se puede hacer es reclamar o negociar, sin perturbar significativamente los flujos del gran capital internacional y menos desafiar la dinámica del orden mundial establecido. Pero todavía se conservaba algo de dignidad en cuanto a cierta independencia.

Mucho peor sucede con el actual gobierno de Cambiemos, cuyo pensamiento colonizado demuestra una posición nauseabunda de servil-entreguismo, y de negociados a favor de las elites de poder y en contra de los intereses de la mayoría de los argentinos. Si las máximas autoridades de los gobiernos consideraran a las Malvinas como argentinas con una planificación estratégica de proyección macro-histórica y no solo en un plano coyuntural político de micro-historia, las actividades de Inglaterra constituirían de por sí una hipótesis de conflicto por la brutal exacción neocolonial de nuestros recursos nacionales.

Para entender lo que pudo haber pasado con el submarino, hay que tener una visión del porqué se ha llegado a la situación actual, poco conocida por la mayoría por la acción del oligopolio de multimedios de desinformación conservadores, lavadores de cerebros desde el siglo XIX.

Hacia finales de los 60's cuando aún no se conocían los potenciales recursos energéticos en la región del Atlántico Sur, un sector del gobierno británico comenzó a tratar discretamente con autoridades argentinas el traspaso de soberanía de Malvinas. La predisposición para negociar fue rápidamente entorpecida por sectores conservadores con negocios en el archipiélago.
A principios de los '70, Londres propuso al gobierno del general Perón el condominio de las islas. Sin embargo, en 1976 poco tiempo antes del derrocamiento, el gobierno de Isabel Perón había expulsado al embajador de Inglaterra por la intromisión del buque RRS Shackleton enviado para prospección petrolera, que exactamente a los 143 años de la expulsión de los argentinos (3 de enero de 1833) arribaba a las islas con el hijo del explorador antártico Sir Ernest Shackleton a bordo, y que fue obligado por la fuerza naval argentina a replegarse a Puerto Argentino.

Sin embargo, la misión británica fue completada luego del golpe cívico-militar, interviniendo British Petrolleum (BP) y empresas estadounidenses como Western Geophysical y Geophysical Services Inc. Como resultado, el geógrafo y político Lord Edward Shackleton publicó un informe económico que tuvo impacto en la política exterior británica en la región y marcó un punto de inflexión, al plantear la probable existencia de significativos yacimientos de hidrocarburos en los alrededores de las islas, con una futura rentabilidad según sea su precio internacional : '...Una riqueza enorme, compuesta de proteínas, gas natural y petróleo podría ocultarse en la zona que rodea a las Islas Falkland (Malvinas)... Se obtuvieron suficientes pruebas geológicas como para asegurar que habrá gran interés en la exploración del petróleo frente a sus costas, así como del gas que allí se encuentra.'

A partir de aquí el gobierno británico tomó una posición rígida, que como resultado neto empantanaba sistemáticamente toda negociación sobre soberanía con Argentina. Malvinas pasó a ser mucho más que un archipiélago geoestratégico, es otra punta del iceberg en la lucha de las grandes potencias por ocupar y controlar los últimos espacios no explotados del planeta con alto potencial económico.

Una alternativa considerada por el gobierno militar de facto con Galtieri y su quinta columna liberal, a la que pertenecía su ministro de economía Roberto Alemann representante de los bancos suizos, era que como corolario de una breve ocupación a las islas se negociara una soberanía compartida, recurriendo a la mediación de Estados Unidos.
Sin embargo, la confianza de la dictadura en Washington basada por la amistad por los favores hechos (como para la triangulación de armas del gobierno de Reagan para los 'contras' de Nicaragua), mostró la falta de Inteligencia estratégica y la comprensión colonial de la historia en la relación entre Inglaterra y EE.UU., de los militares de la dictadura.
De manera similar a la confianza de Macri en Donald Trump. Es que las potencias imperialistas no tienen amigos, solo intereses propios permanentes.

Así en 1982, como respuesta a la "confianza" del gobierno argentino a Estados Unidos, el Pentágono envió a Gran Bretaña 200 misiles aire-aire Sidewinder que mataron a la mayoría de los pilotos argentinos, 150 Harriers repintados en isla Ascensión, misiles antibarcos Harpoon, sistemas de cañones de defensa aérea Vulcan Phalanx, 8 sistemas antiaéreos Stinger, parque de munición de 40 mm de alto poder, parque de munición para morteros de 60 mm trazadores, parque de munición variado, antiparras para visión nocturna, sistemas Snake de radar de rastreo de misiles aire-tierra, más de 12 millones de galones de gasolina para aviones; también facilitó el uso de satélites y aeronaves de reconocimiento U-2 y SR-71; puso en órbita un satélite Big Bird, equipado con una cámara fotográfica con poder de resolución del orden de 10 centímetros, y a disposición de Londres el portaviones Forrestal.
Al punto tal que John Lehman, secretario de Marina de Estados Unidos en 1982 y principal colaborador de Caspar Weinberger (secretario de Defensa de Estados Unidos, condecorado por Londres en 1988 con el título de 'caballero' por su apoyo incondicional y asistencia durante la Guerra de Malvinas), expresó años más tarde: '...Sin la asistencia militar norteamericana, Gran Bretaña no hubiera podido reconquistar las Islas Malvinas durante la guerra con Argentina en 1982. Gran Bretaña debería haberse retirado de las Islas, si el gobierno de Ronald Reagan le hubiera negado respaldo. El resultado hubiera sido muy diferente de no ser por el flujo de datos de Inteligencia, ayuda logística, respaldo técnico, comunicaciones, y elementos como el SideWinder, suministrado por los Estados Unidos'.

Un comentario, para entender para qué sirven los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos, en vísperas de la guerra el ex jefe del Estado Mayor de Defensa de Gran Bretaña, Lord Lewin, solicitó a su colega de la Marina estadounidense, John Lehman, un cálculo de la eficiencia operacional de las fuerzas argentinas, sabiendo que ambos realizaban maniobras conjuntas de manera regular. Lewin declaró: '...como respuesta me envió prácticamente un libro, que fue extremadamente útil, particularmente acerca de las tácticas argentinas de guerra submarina'.

En 1986, los ingleses que controlaban militarmente 12 millas náuticas alrededor de Malvinas decidieron extender unilateralmente su jurisdicción a 200 millas, para explotar el potencial pesquero. El gobierno de Alfonsín, con el canciller Caputo, opuso tibias protestas formales en la ONU que fueron ignoradas por Inglaterra, lo que consolidó la maniobra ilegal.

En 1990 fue firmada una declaración conjunta con Inglaterra por el gobierno de Menem, con Cavallo (entre los peores cipayos entreguistas, junto con el macrismo), en que la Argentina pasó a ser un neocolonia cuasi protectorado británico. En realidad fue un tratado de rendición encubierto, ya que Argentina debía pagar a Londres el costo de la guerra, llamado tratado de Madrid pero cuya denominación oficial es 'Declaración conjunta de las delegaciones de la República Argentina y el gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte', suscripta en Madrid el 15 de febrero de 1990. Llamada 'Declaración' para que no pase en su momento por el Congreso Nacional, aunque tiene carácter de Tratado. La declaración/tratado sigue vigente y no casualmente es casi desconocida por la opinión pública.

Al suscribir esta declaración quedó sin efecto la Zona de Protección alrededor de las islas y Gran Bretaña obtuvo supremacía total sobre el territorio de las islas Malvinas. Además Londres adquirió el derecho de controlar acciones, adquisiciones y desplazamientos de las unidades de las Fuerzas Aéreas, de la Armada y del Ejército Argentino. Dice Julio González (Los Tratados de Paz por la Guerra de Malvinas; 2004). Las Fuerzas Armadas argentinas quedaron supeditadas a las Fuerzas Armadas británicas y Londres estableció su hegemonía en el Atlántico Sur, ya que los buques y aeronaves argentinos que se desplazan por la plataforma continental argentina están subordinados al control británico debiendo informar movimientos militares (con al menos un mes de anticipación) en el área que tiene como vértices las coordenadas (63W, 46S), (63 W, 60S), (20W, 60S), (20W, 46S). Este área incluye Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. El meridiano 63W, esta a casi 390 kilómetros de Comodoro Rivadavia y unos 220 del extremo occidental de Malvinas.

También, el Reino Unido restringe la instalación de radares militares argentinos en la Patagonia dejando prácticamente a ciegas a las Fuerzas Armadas de Argentina. Sin embargo ya en 2012, Inglaterra tenía en operaciones un radar en la isla occidental, Gran Malvina, a unos 700 kilómetros del continente, situado sobre uno de sus montes más elevados como el monte Adam de unos 700 metros sobre el nivel del mar, que podía detectar, una aeronave en vuelo rasante a unos 100 kilómetros de distancia como máximo, debido a la curvatura de la Tierra. Pero si el radar se transportara en una plataforma aérea (como un AWACS; Airborne Warning And Control System) a unos 9.000 metros de altura su horizonte aumentará a unos 350 kilómetros. De manera que una aeronave tipo AWACS con trayectoria de vuelo sobre el perímetro Oeste de la zona económica exclusiva británica, puede monitorear la actividad aérea a muy baja altura sobre la costa continental argentina y el estrecho de Magallanes.

Pero hoy día la base aeronaval de los ingleses en Malvinas puede estar dotada de radares OTH (Over-the-horizon radar) que es un sistema que utilizando las reflexiones electromagnéticas en la ionósfera, permite detectar blancos a miles de kilómetros, un rango mucho mayor que el alcance de un radar convencional. De hecho han sido reportadas construcciones de sistemas de antenas típicos de estos radares. Sin embargo, no le serían necesarios con las negociaciones que esta realizando el gobierno entreguista de Cambiemos para la instalación de bases militares encubiertas del Comando Sur de EE.UU. en Tierra del Fuego y la Patagonia.

Por otro lado, Londres suscribió al Tratado Antártico que congela para los países, hasta 2048 la explotación minera y la militarización de aquellos territorios insulares y continentales al sur del paralelo 60S, pero sin que implique la renuncia de la soberanías reclamadas que permanecen congeladas, sin embargo hay presiones muy fuertes por parte de las corporaciones y sus gobiernos para liberar antes de esa fecha los recursos del continente, y algunas naciones podrían renunciar al Tratado antes de tiempo.

De modo que la situación real actual en el Atlántico Sur es que aquellas islas situadas al NORTE del PARALELO 60S, no están sujetas al Tratado Antártico y en la actualidad ESTAN BAJO CONTROL MILITAR INGLES (con el apoyo del Comando Sur de EE.UU. y la OTAN).

Con la estructura capitalista de consumo exponencial, la lucha feroz por el Atlántico Sur y la Antártida es un hecho. A diferencia de los Estados menores, las grandes potencias no planifican en términos de micro-historia, sino de macro-procesos históricos es decir, la geoestrategia para las próximas décadas.
Su estrategia es para ocupar espacios en cuanto al reparto de áreas de influencia en el proceso de multipolaridad global y el surgimiento de nuevas potencias en la estratificación jerárquica internacional. Por lo tanto Gran Bretaña se despliega en el corredor oceánico Isla Ascensión- Malvinas -Georgias del Sur- Antártida y fortifica la base aeronaval Malvinas que controla el Cabo de Hornos, paso vital si fuera bloqueado el canal de Panamá, y sirve de apoyo para la ruta Atlántico-Indico sobre la costa africana y el Cabo de Buena Esperanza, junto con las islas Tristán da Cunha y Santa Helena (hoy parte de los territorios ingleses de ultramar), que serían claves si fuera obstruido el canal de Suez. Mientras tanto, su socio histórico Estados Unidos, hace lo propio con presencia continental del Comando Sur (USSOUTHCOM) y la IV flota.

En el Atlántico Sur, el USSOUTHCOM desplegó la IV Flota Naval que opera en las bases aeronavales de uso práctico conjunto, como Ascensión y Malvinas (ya que los intereses estadounidenses también participan en el negocio petrolero en este área), avanzando en la ocupación del propio continente antártico con asentamientos de la Guardia Costera, la proyección de su poder aéreo, y hasta una base en actividad permanente (Amundsen-Scott, hasta ahora catalogada como estación científica) situada casi sobre el mismo eje de rotación terrestre: el Polo Sur geográfico.

Respecto de Inglaterra, una causa para militarizar del Atlántico Sur como lo ha hecho, se debe a que desde 2000 la producción de hidrocarburos en el Mar del Norte está decreciendo. Sus principales compañías petroleras como BP y Shell (que ha plantado su caballo de Troya cipayo como ministro de Energía y Minería del gobierno anglófilo de ocupación de Mauricio Macri), están abandonando el Mar del Norte, buscando yacimientos mas rentables en Irak, Oriente Medio, Asia Central y en Africa (Libia) y el Atlántico Sur. El Reino Unido está pasando de exportar a importar gas. Está previsto el paulatino cierre y desmantelamiento de las plataformas petroleras del Mar del Norte hasta el 2035. Los potenciales hidrocarburos en el mar malvinense podrían sustituirlos, pero además junto con la pesca, constituyen el vértice de la proyección de los derechos que pretende Gran Bretaña para la exploración y explotación energética del Atlántico Sur y del océano y continente antártico. En este continente helado, futura fuente mundial de agua dulce, se han detectado también yacimientos de hidrocarburos y minerales (en especial abundante carbón justamente en la región central del Polo Sur, donde EE.UU. tiene su base 'científica' con presencia permanente).

El reparto geográfico por las grandes potencias occidentales para la explotación por sus multinacionales y el control del espacio estratégico de las futuras rutas y corredores económicos conlleva necesariamente, a la militarización de la región por parte de aquellas. La militarización del Atlántico Sur ya es un hecho. Londres anunció que las bases militares de Malvinas, Gibraltar, Chipre y Diego García con capacidad operativa conjunta con otros países '... Permiten que nosotros y nuestros aliados tengamos un amplio alcance geográfico y son plataformas de apoyo logístico para fuerzas desplegadas ...y seguirán siendo esenciales en nuestra capacidad para desplegar fuerza militar en el mundo y responder a circunstancias estratégicas cambiantes'.

Ni bien asumió el gobierno conservador liberal de Cambiemos, inició las relaciones carnales angloestadounidenses. El 13 de setiembre de 2016, llegó a Buenos Aires el representante de la corona británica, sir Duncan, y el gobierno de Macri firmó un comunicado conjunto (con estatus de acuerdo). Por Argentina firmó Foradori, un funcionario de la canciller entreguista Malcorra y hoy su continuidad Jorge Faurie. Es el 'acuerdo Foradori-Duncan', en que Argentina da a los kelpers (por generaciones) todas las facilidades que sean necesarias para su crecimiento y desarrollo económico en recursos naturales, pesca, hidrocarburos, comercio, navegación y demás. A cambio Argentina podrá volver a establecer su conexión aérea con las islas. Un enorme negociado para el corrupto régimen macrista, que ya inició con el vuelo privado que llevó a los familiares de los caídos en Malvinas. Soldados identificados no por acción ni favor de este gobierno ni de Inglaterra, sino que viene por la tarea previa iniciada en 2012 por el anterior, y porque la identificación de los soldados es un derecho que da el Derecho Internacional.

Así como la guerra muestra físicamente la maldad máxima del ser humano, paradójicamente pone en evidencia situaciones contrarias enormemente valiosas. Así por ejemplo, en la última batalla de monte London (noche del 11 de junio), la principal elevación dominante donde los ingleses querían situar su artillería y pretendían tomar a toda costa y en dos horas, el combate fue cuerpo a cuerpo. Monte London no cayó sino hasta largo el otro día por la ferocidad con que combatieron los soldados patriotas argentinos que defendieron con sus vidas ese territorio argentino. A partir de allí, los ingleses cambiaron su táctica y no lucharon mas cuerpo a cuerpo.

Hacia 1975, los entonces flamantes submarinos de ataque argentinos clase 209 comprados por la dictadura, realizaban campañas de 50 días en el mar en inmersión permanente sin ningún apoyo externo. Su área de operaciones frecuentemente era la bahía de Puerto Argentino (Puerto Stanley), internándose más allá del faro San Felipe (Cape Pembroke) a profundidad de periscopio para relevar fotográficamente los accesos. También permanecían posados en el lecho arenoso de Bahía de la Anunciación (Berkeley Sound), inmediatamente al norte de Puerto Argentino. Hoy día, los submarinos de ataque ingleses a propulsión nuclear como el HMS Sceptre, HMS Tireless, HMS Turbulent (que actuó en el último ataque de la OTAN a Libia) son los que operan impunemente dentro del mar Argentino, a pesar del Derecho Internacional.

El submarino ARA San Juan es uno de los tres submarinos de guerra argentinos adquiridos en Alemania. El ARA San Luis peleó en Malvinas y fue dado de baja en 1997. El ARA Salta no está en condiciones óptimas y el ARA Santa Cruz está en reparación. Con la desaparición del ARA San Juan, Argentina se quedó en los hechos sin submarinos y esto no es casual ni es una teoría conspirativa. En todo caso, en la realidad las teorías conspirativas simplemente ocurren.

No hay la menor espectativa de una mínima independencia con gobiernos conservadores liberales de ocupación, con pensamiento neocolonizado como el actual, que se consideran superiores y al país de su propiedad, que vienen gobernando desde fines del siglo XIX y que nunca habían logrado conformar un partido político de masas, por eso accedían al gobierno por fraude y golpes militares. Hoy por primera vez han conseguido formar un tal partido político, Cambiemos, que ha llegado al gobierno de manera fraudulenta y sucia por la manipulación de la opinión pública mediante los medios de comunicación dominantes, las redes sociales y la parte corrupta del poder judicial. Mientras el pueblo no identifiquemos que su enemigo está aquí adentro, y seamos convencidos de actuar en nuestra propia contra, así como la propaganda nos convence de comprar lo que no necesitamos, Malvinas nunca serán de Argentina y nuestra parte del Atlántico Sur y la Antártida seguirán siendo saqueadas.

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COBARDIA NACIONAL
Por Yo-B - Monday, Apr. 02, 2018 at 9:44 PM

¿Y recién ahora se dan cuenta de que los ingleses hundieron el ARA San Juan?

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