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Un santuario por Santiago: “Tu muerte no será en vano”
Por Liliana Giambelluca - Monday, Oct. 23, 2017 at 6:30 PM

Apoyados en la fe de la oración o en el activismo para “transformar el dolor en lucha”, tras la noticia de su trágica muerte el pueblo despide a Santiago Maldonado frente a la Morgue Judicial de la ciudad de Buenos Aires.

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Es sábado por la tarde y la procesión hacia la Morgue Judicial no cesa. La puerta de ingreso por la calle Junín y parte de la vereda se ha transformado en un santuario popular, respuesta de los dolientes ante una muerte trágica. La de Santiago Maldonado, el joven artesano comprometido con la lucha mapuche, encontrado sin vida hace una semana.

Impulsados por la liturgia o el activismo, cientos de mensajes anónimos se han colocado en las paredes grises del frente del edificio. Le dicen a Santi, al Brujo, al Lechu y a la Ardilla “Tu vida no fue en vano” y prometen “no parar hasta que se haga justicia”.

Otros mensajes dicen “Acompañamos el dolor de la familia. Sepan que una Nación entera sólo reclamará que los culpables sean castigados. Justicia y verdad”. También trasmiten “Fuerza familia Maldonado” y “Familia Maldonado, su dolor es el dolor del pueblo”. Asimismo responsabilizan al Estado y al poder político: “Macri, Bullrich y Noceti son responsables”. Tampoco faltó el repudio a Benetton, propietario de los territorios ancestrales en conflicto.

Hombres y mujeres de todas las edades llevan velas o encienden las que se han apagado. Iluminan innumerables fotos del joven muerto, estampitas, rosarios, flores, wenufoyes y wiphalas que ciudadanos conmovidos comenzaron a dejar en la víspera.

Muchas mujeres lloran en silencio. Algunas han ido solas, otras con sus hijos, y las que están con sus compañeros alivian el dolor con sus abrazos.

Una niña busca dónde colocar su carta escrita en una hoja de cuaderno. “Ponéla donde quieras”, le dice su madre mientras le acerca una cinta adhesiva para que el pensamiento de su pequeña hija forme parte del sentimiento colectivo.

Un joven dejó su casco negro de motociclista, que en letras blancas dice “¿Dónde está Santiago Maldonado?”. Ahora sabe que está allí, porque la noche anterior vio por la tele que su hermano Sergio dijo “Es Santiago”.

Lo informó en la puerta de la Morgue Judicial del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde se realizó la autopsia: “Pudimos mirar el cuerpo, lo que reconocimos fueron los tatuajes. Estamos convencidos que es Santiago”. Tres días antes, luego de un rastrillaje se halló su cuerpo en el río Chubut, tras dos meses y medio de búsqueda.

Pasado el mediodía llegó un grupo de jóvenes con instrumentos andinos. Provenientes de distintos puntos del país, denominaron al grupo musical “Indios sueltos”. Cantaron “Cinco siglos”, el himno de los pueblos amerindios de Buenos Aires: “Cinco siglos resistiendo, / cinco siglos de coraje, / manteniendo siempre la esencia. / Es tu esencia, es semilla, / está adentro nuestro / por siempre. / Se hace vida con el sol / y en la pachamama / florece”.

Luego exigieron justicia: “la muerte del ‘Brujo’ no tiene que quedar impune”, y repudiaron “el abuso de poder de las fuerzas de seguridad hacia la gente pobre para favorecer a los ricos”. También hablaron de la necesidad de que la Cámara de Diputados apruebe la prórroga de la Ley 26.160, que suspende los desalojos en territorios que habitan tradicionalmente las comunidades indígenas del país, y vence el 23 de noviembre.

Al grito de “marichiweu” y “jallalla”, con el aplauso de la gente se retiraron para participar de la movilización a Plaza de Mayo convocada por el Encuentro Memoria Verdad y Justicia. Espacio donde reinaría otra mística, aunque atravesada por el mismo dolor y reclamo: justicia y castigo a los culpables por la muerte de Santiago.

La tarde transcurrió en un ir y venir de gente. Necesitaban rendir homenaje al joven de 28 años de edad, oriundo de la ciudad de 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires. Artesano y tatuador, que residía en la localidad de El Bolsón y acompañaba luchas de trabajadores, ambientalistas y pueblos originarios de la zona.

El 1 de agosto pasado acompañó una protesta de mapuches de la comunidad en resistencia, del Departamento de Cushamen, en la ruta 40 de Esquel. Llegó la Gendarmería para despejar el camino. Hubo represión y los mapuche escaparon hacia el río Chubut con la intención de cruzarlo. Santiago los siguió pero no sabía nadar y varios gendarmes fueron por él.

El viernes último, al término de la autopsia realizada conforme al Protocolo de Minnesota en la morgue del Poder Judicial, el juez Gustavo Lleral informó que los peritos no encontraron lesiones en el cuerpo. Al día siguiente, en un comunicado la familia Maldonado sostuvo que la declaración del juez “no descarta que Santiago haya sido víctima de un accionar violento que desencadenó su muerte, por lo que debemos continuar esperando los resultados concluyentes de los peritos”.

Los mapuche dicen que el cuerpo de Santiago “se plantó” en el río. En consonancia con esa postura, Verónica Heredia, abogada de la familia, dijo: “Yo estuve ahí y no había nada. Se hicieron tres rastrillajes anteriormente en esa zona. Creemos que el cuerpo fue plantado”.

“Santi, tu ser solidario te ha convertido en el hijo de todos”, porque “diste tu vida por tus ideales” y “tu lucha será un ejemplo” son algunos de los tantos mensajes del pueblo que ha inspirado la corta vida de Santiago Maldonado.

Marcia Aguayo, de 85 años de edad, amorosamente enciende velas apagadas que la gente ha colocado en los vanos de la pared. Luego se detiene a mirar la foto de Santiago, apoya sus dedos y murmura. Dice que reza y pide justicia por él, porque fue “generoso con los mapuche que necesitan sus tierras”, y agrega que “el pueblo no debe estar triste porque por su generosidad, Santiago se ha salvado”.

Crónica y fotos: Liliana Giambelluca

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