La principal atención estuvo centrada en Rosario, donde Nuevo Alberdi fue el barrio más afectado debido al desborde de las aguas del canal Ibarlucea, y en la ciudad de Santa Fe, donde el oeste sigue inundado y sin luz. El domingo, 59 localidades permanecían anegadas en la provincia de Santa Fe y muchas más enfrentan pérdidas y secuelas de todo tipo. También fue afectada fuertemente la provincia de Entre Ríos, cuya localidad de Gualeguay llegó a estar cubierta en una tercera parte, y en menor medida, las provincias de Buenos Aires y Córdoba. Desde el miércoles en adelante y apenas paraba un poco la lluvia, los vecinos de los barrios afectados en Rosario y Santa Fe capital salieron a realizar piquetes y exigir ayuda. Luego de una interminable semana de lluvias, el lunes amaneció despejado. Se descomprime la situación climática, pero el sol ilumina las consecuencias sociales. Sin duda que se trató de un temporal inédito, de la misma forma que fue inédito el granizo que hace sólo cinco meses golpeó a Rosario. Pero hay cosas que no son culpa del clima. Una rápida cuenta nos permite enumerar el estado de abandono de escuelas, hospitales y otros edificios públicos, la - por llamarla así - deficiente previsión estatal que se evidenció en la falta de bombas en Santa Fe, una ciudad que sufrió una gravísima inundación en fecha tan lejana como 2003, o la no ejecución de las obras del canal Ibarlucea, con las cuales se habría salvado Nuevo Alberdi, la pobrísima canalización de numerosos barrios populares que causa su inmediato anegamiento - herencia de largos años de la empresa de Aguas privatizada por el partido gobernante -, las numerosas quejas por el maltrato a los evacuados en los centros oficiales, las numerosas quejas por el maltrato a quienes solicitan asistencia social, la pobreza y el desamparo de tanta de nuestra gente que es la razón por la que terminan viviendo precariamente en terrenos inundables o en una barranca, como vivía la familia cuyo rancho se desmoronó en la bajada Moreno, sumándole víctimas fatales a los daños del temporal. Donde sí estuvieron hechas las obras públicas, como en el caso de la contención del Arroyo Ludueña o en las cloacas de parte del Barrio Ludueña, por poner dos ejemplos, se evitaron tragedias. Esos logros, que permitieron resguardar la integridad y la dignidad de muchas familias, desnudan por contraste lo que no hay. Luego del granizo, las organizaciones de la Multisectorial presentaron una propuesta de viviendas sociales a ser construídas por trabajadores desocupados. Pero la entrega de ayuda empezó y se acabó con el stock de chapas. ¿Cuáles son entonces las soluciones de fondo para la abyecta miseria? ¿Deberemos resignarnos a esperar la próxima tormenta? ¿Serán los próximos meses sólo una cuenta regresiva hasta el siguiente desastre, donde volveremos a hundirnos en el barro, ver los niños descalzos en el agua sucia, los rostros golpeados por el dolor de sus padres? |
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ROSARIO | |
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SANTA FE | |
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COMUNICADOS | |
La
crisis movilizó a numerosísimas organizaciones. Aquí,
las voces de algunas de ellas. |