En los últimos días, en capital federal y en el conurbano bonaerense, se han efectuado una serie de protestas de alto grado de confrontación física con las fuerzas represivas. En su mayor parte han sido desencadenadas por asesinatos a manos de policías, de personajes cercanos a la policía, o cuanto menos en un marco de connivencia policial.

El monopolio mediático -ocho grupos económicos manejan el 90% de los medios de la Argentina- han caracterizado en algunos casos un clima que denominan enrarecido, en otros una situación de anarquía o preanarquía, llamando -más o menos abiertamente- a la represión. Intentan instalar la idea de "país violento", evitando mencionar como posible motivo de tal violencia la situación de miseria en la que se encuentra la mitad de la población del país, y en un marco de la peor distribución de ingresos de los últimos treinta años según indicó un estudio oficial.

En el día martes, el Banco Mundial aprobó un nuevo préstamo a nuestro país que suma 700 millones de dólares. 500 millones tienen por objetivo financiar las llamadas reformas estructurales. Esto es, según un comunicado del BM difundido en Washington, "completar los pagos a bancos como compensación por la pesificación asimétrica"; los 200 millones restantes irán a parar al financiamiento del programa de mantenimiento de las redes viales (denominado CREMA) y a solventar proyectos de inversión de interrelación de rutas del Mercosur. Rutas que -de no cambiar la situación de miseria del pueblo- habrán de ser cortadas una y otra vez.

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