En los últimos días se sucedieron una serie de nefastos hechos que ameritan que se den a conocer.

A algunos integrantes de la Asamblea, les han dejado mensajes en teléfonos celulares y particulares. Dichos mensajes eran conversaciones cotidianas grabadas entre el dueño del teléfono y diferentes personas, todas ellas en distintos momentos. También se ha dado la persecución física de alguno de ellos. Así como se han encontrado hackeadas varias cuentas de correo electrónico.

Está de más decir que para realizar este tipo de operaciones, hay que tener los medios suficientes, como por ejemplo, para intervenir una línea telefónica, fácil tarea para algunos oscuros sectores que todavía gustan de realizar este tipo prácticas. Vale aclarar que, aunque históricamente estos sectores actúan con aparente autonomía, es el Estado el responsable de que estas lamentables prácticas ocurran no solo a nuestros compañeros de la asamblea, sino que se apliquen sistemáticamente a muchas personas pertenecientes a diversos colectivos sociales, artísticos y culturales a lo largo del país.

Los hechos configuran un claro mensaje para nosotros: existe la voluntad de pisotear la libertad de expresión y la democracia, pretenden intimidarnos, aplacarnos, callar nuestro reclamo y nuestra visión de la realidad. ¿Por qué y a quiénes les resulta tan peligrosa nuestra defensa de la cultura? ¿No es la diversidad cultural un verdadero signo de democracia? ¿Deberíamos acostumbrarnos a este tipo de persecuciones por la lucha que ejercemos? ¿Es necesario perseguir a ciudadanos que pelean por lo que les corresponde? ¿Molestamos intereses políticos o económicos?

La AMI está formada por músicos, artistas y gente vinculada al arte. Desde sus comienzos, en marzo de este año, la Asamblea ha difundido y promovido las distintas corrientes artísticas populares de nuestra ciudad, desarrollando recitales y jornadas informativas para recuperar espacios públicos y culturales, libres para tod@s, concibiendo la cultura como el terreno de la imaginación, de las emociones reveladoras, de la creatividad en términos de liberación y de la transformación desde la memoria. Pero parece que no hay lugar para la multiplicidad de voces y la pluralidad de miradas en nuestra ciudad. La libertad de expresión es algo a lo que no están dispuestos estos sectores, que aún se encuentran ocupando espacios de gobierno, reproduciendo prácticas rancias que sólo persiguen la censura de aquellas opiniones que contradicen y perjudican la comodidad de sus sillones…

Por que creemos que la cultura la construimos entre tod@s.

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