Coca Cola FEMSA es un grupo empresario que compró la concesión del embotellado de Coca Cola en Argentina en la década del 90. Es la segunda embotelladora de Coca Cola más grande en el mundo, representando cerca del 10% de las ventas globales de Coca Cola, y la embotelladora más grande de latinoamérica, distribuyendo aproximadamente 1,8 billones de cajas al año, equivalentes a casi el 40% del volumen de ventas de Coca Cola en la región. El 45.7% de su capital es propiedad de Fomento Económico Mexicano, S.A. <(FEMSA), el 39.6% es propiedad de subsidiarias de The Coca-Cola Company, y el 14.7% es propiedad de inversionistas públicos.

Omar Rombolá tiene 15 años de antigüedad en la "Planta Alcorta" de Coca Cola FEMSA, en el barrio porteño de Pompeya. Durante esos 15 años no hubo organización sindical de base, ni cuerpo de delegados, ni comisión interna. La empresa prohibió que haya organización sindical de base con la complicidad del sindicato SUTIAGA (Sindicato Unido de Industria de Aguas Gaseosas),

"A mediados del año pasado un compañero se presentó en la puerta de la planta para pelear su reincorporación. Aunque no lo conseguimos se empezaron a generar algunos cambios dentro de la planta porque los compañeros empezaron a ver que era posible pelearla. Vencer el miedo de años y años de una situación opresiva. Podríamos decir que es como un campo de concentración, con cámaras en todas partes». En lo que es la forma de trabajo al interior de la planta, la cultura de la empresa es que «hay que correr, que hay que hacer las cosas rápido, con una presión permanente sobre los compañeros. El operador de máquina, opera la máquina y también la tiene que reparar. Si hay una falla siente una presión terrible de sus superiores".

Los trabajadores de Coca Cola FEMSA vienen realizando varias denuncias frente al avasallamiento de sus derechos. Ya en junio de 2005 el Ministerio de Trabajo solicitó explicaciones a la empresa sobre el respeto a la legislación laboral y los derechos de los trabajadores que vienen siendo cercenados desde la década del 90, cuando la empresa exigió a todos los trabajadores de la Planta Alcorta la desafiliación a su sindicato.

Coca Cola, no obstante estas denuncias, profundizó su práctica antisindical trasladando y despidiendo a los trabajadores que vienen peleando por el respeto a sus derechos. Ese fue el caso de Carlos Zerrizuela, despedido previo trasladado a otro lugar de trabajo por intentar participar en elecciones a Delegado en la Planta de Loma Hermosa. En la Planta Alcorta, Ariel Castello también fue despedido luego de haber impulsado petitorios de reclamos y asambleas en solidaridad y apoyo a sus compañeros despedidos, acusándolo de haber dejado abierta una válvula de soda cáustica, cuestión que nunca fue probada por la empresa.

Omar explica: "Hicimos un petitorio con más de 200 firmas. En la planta trabajan 500 trabajadores en cuatro turnos. Reclamamos al sindicato la convocatoria inmediata a elección de delegados y que se restituyan derechos que se nos habían negado, como el pago de antigüedad, adicionales nocturnos, el pago de títulos, día por familiar enfermo, una serie de derechos que el sindicato entregó en la década del ´90. También reclamamos que se nos afilie a todos al sindicato, porque estábamos todos desafiliados, producto de las políticas de la empresa, ya que cualquier compañero que se quería afiliar quedaba despedido".

Pero el caso que más ha trascendido es el de Omar, trabajador elegido como delegado por sus compañeros, quien fue trasladado por la empresa a una fábrica en Quilmes, en la provincia de Bs.As., con el objetivo de aislarlo de los otros trabajadores de la Planta Alcorta. El sindicato llamó a una nueva elección de comisión, diciendo que los trabajadores habían actuado fuera del marco orgánico, que era ilegal lo que habían hecho y que ellos le iban a dar un marco legal a esa elección. "A mí y a varios compañeros no nos permitieron participar de la elección, eligiendo o siendo elegidos, y una semana antes de la elección me trasladan a kilómetros de la planta, a una empresa de botellas de vidrio. El sindicato ni siquiera revistió de legalidad a esta nueva comisión, sin presentarla ante el Ministerio de Trabajo", agrega Omar.

A pesar de que la Jueza Silvia Sayago determinó la reinstalación de Omar al lugar habitual de trabajo, Coca Cola FEMSA desoyó también esta orden judicial. Por último, una madrugada, una patota de entre cuatro y cinco individuos atacó brutalmente a Omar al grito de "no vengas más a la planta".Los trabajadores afirman que Coca Cola desprecia la Constitución Nacional, la ley 23592 antidiscriminatoria, la Ley de Contrato de Trabajo, la Ley de Asociaciones Sindicales y todo Tratado Internacional de Derechos Humanos, ya sea a favor de los trabajadores como de cualquier ser humano, persiguiendo a su personal cuando intenta ejercer derechos gremiales e individuales o es elegido por sus compañeros.

La Coca Cola y el Agua

Los conflictos con Coca Cola no terminan en Buenos Aires. En México existen conflictos comunitarios por el acceso al agua en los municipios indígenas de Chamula, Zinacantán y Tenejapa, entre otros muchos, en el año 2002 Coca Cola Femsa abrió otra línea de producción y aumentó su consumo de agua. Por si fuera poco el gobierno aleja el agua de las tierras indígenas una vez que los ejidatarios privatizan sus tierras por medio del Programa de Certificación de Derechos Ejidales (PROCEDE). Así, el agua de los ríos ya no forma parte de sus tierras o simplemente se les aumentan los impuestos.

En el 2004 en el municipio de Zinacantán, indígenas simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se enfrentaron con indígenas bases de apoyo del EZLN en la disputa por el acceso al agua. Mientras tanto, en el mismo cerro en San Cristóbal de Las Casas, la cantidad de agua consumida tan sólo en la producción de botellas de Coca Cola de 2.5 litros con 2 turnos en ambas líneas de la planta es de 823,500 litros de agua, que equivale al consumo que tienen 223 familias de la ciudad. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que de toda el agua que consume la planta, sólo el 60% de ella es usada para la fabricación de los productos de Coca Cola y el 40% para otros usos como limpieza de la infraestructura y equipos, por lo que el equivalente al consumo de casas habitación habría que incluirle un 40% más.

El consumo de agua (litros) según la producción proyectada en la Línea 1 en la Planta de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, para el año 2004, fue de 107,332,390.98 litros de agua que equivalen al consumo de aproximado de 203,666.78 casas habitación.

Para calcular el uso de agua se usa el indicador litros de agua/ litros de bebida. El número óptimo, o la meta, es 2.1; aunque normalmente tiene valores diarios y mensuales de 2.2 a 2.4. Este número nos indica los litros de agua que se extraen de los pozos por cada litro de bebida producido. Si el valor es 2.1, nos indica que se extrajeron 2.1 litros de agua por cada litro de bebida que se embotelló (o sea el doble). (Fuente: Coca Cola: Agua, Contaminación y Pobreza Por Gustavo Castro Soto )

La guerra sucia de Coca Cola

Coca Cola y su filial en Colombia, Panamerican Beverages-Panamco S.A. participan en la guerra sucia contra el movimiento sindical que se está desarrollando en Colombia, país que se ha constituido en modelo de uso extremo de la violencia para imponer la mundialización neoliberal y donde toda forma de organización social que resiste está siendo exterminada. En este sentido, la transnacional Coca Cola es uno de los peores ejemplos de la globalización neoliberal: mientras sus ganancias ascienden cada día, las situaciones de sus trabajadores es cada vez más precaria.

"Estamos enfrentando el verdadero genocidio laboral, social y cultural que la transnacional y sus embotelladoras hacen en contra de los trabajadores, nuestros hijos y nuestras esposas" denuncia el sindicato colombiano SINALTRAINAL que representa los trabajadores de las industrias de alimentos y desde muchos años lucha contra las políticas discriminatorias de la mayor transnacional de gaseosas y la Panamco, su más importante impresa embotelladora en América Latina.

En los últimos años han sido despedidos en Colombia más de 10.000 trabajadores de Coca Cola y han sido remplazados por mano de obra temporal. Por medio de los contratos temporales, outsorcing y la contratación de servicios, la transnacional evita los costos que significan la estabilidad laboral y la seguridad social para los trabajadores. Por otra parte, la transnacional y las empresas que funcionan bajo su franquicia, han progresivamente desmontado las garantías conquistadas por los trabajadores y consagradas en las convenciones colectivas de trabajo. En el año 1995 la Coca Cola ha llegado a quitar el servicio médico a los familiares de los trabajadores negándolos el derecho fundamental a la salud.

Frente a esta situación, los trabajadores de las plantas de Coca Cola se han organizado y movilizado para defender sus derechos pero la respuesta de la transnacional ha sido la sistematización del terror y la represión. En los últimos 12 años, en Colombia, han sido asesinado 8 trabajadores de Coca Cola, 4 de ellos en plena negociación de pliego de peticiones. Por las continuas violencias de los grupos paramilitares, 48 son los trabajadores que han sido desplazados y 2 se han exiliado en el exterior. «Entre de esta situación -denuncia el secretario general de SINALTRAINAL Javier Correa- hay 67 compañeros amenazados de muerte. También se han presentado numerosas detenciones injustas de dirigentes; las movilizaciones y protestas obreras han sido militarizadas y en muchos casos los escoltas personales de los gerentes y los cuerpos de seguridad de Coca Cola han sido utilizado para agredir la organización sindical». (Fuente: Crimenes y Delitos de Coca Cola de Antonio Mazzeo)

Es muy preocupante todas las denuncias que pesan sobre esta empresa. Por ejemplo, dice Omar desde Buenos Aires, «estamos al tanto por internet de las denuncias del Sindicato de la Alimentación de Colombia, el SINALTRAINAL, denuncias muy preocupantes, tienen varios muertos. Nosotros lo que decimos es que la fórmula secreta de Coca Cola es discriminación, persecución y despidos». Lo que queda claro es que todos los trabajadores de Coca Cola se toman la vida muy en serio.