El fin de verano significó, para algunas asambleas, sufrir el incremento de prácticas parapoliciales de balazos, golpes a asambleístas y amenazas. Ya sea por parte de grupos fascistas (en el caso de la asamblea 20 de diciembre de Parque Avellaneda), de patotas del puntero local, en el caso de Merlo o por anónimos a través del teléfono y de Internet, como es el caso de la Asamblea de la Plaza Rodríguez Peña. Todos estos hechos recibieron el apoyo o la complicidad de la institución policial, siguiéndose con la política de impunidad que busca instalar el miedo. En el caso de la Asambea 20 de diciembre de Parque Avellaneda, el aparato represivo del barrio (la comisaría 40)no titubeò en atacar sorpresivamente con un garrote a un asembleista pocos días después de que fuera baleado el local de la asamblea, atentado por el que, casualmente, los vecinos miran a la comisaría en cuestión.

En este escenario, varias asamblas y movimientos piqueteros se reunieron el pasado viernes para repudiar las políticas que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires ejecuta . Consideran que ¨las reivindicaiones por las que nacieron tras las jornadas del 19 y 20 de diciembre no han sido satisfechas y que los agravios contra el pueblo se han acentuado desde entonces¨, por lo que salieron a la calle con reclamos específicos en relacion con varios temas del cotidiano donde se materializa concretamente la política del Frepaso: viviendas, salud, educacion, desocupacion...asuntos que las asambleas tomaron en sus manos. El gobierno de la ciudad se negó a recibir la delegación hasta que cortaron el acceso al estacionamiento de los funcionarios públicos.

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