Después de dos años de Gobierno Pro, mientras la propaganda oficial se jacta de extraordinarias obras “en dos años hicimos más que en los últimos diez”, la infraestructura de una ciudad de dimensiones inhumanas, continúa su crecimiento desaforado al ritmo de la especulación inmobiliaria, impulsada por el capitalismo financiero global.

Este diseño urbano, necesita del control exhaustivo del espacio público y de las personas. Sin embargo ésta lógica a la que adscribe este gobierno en forma desembozada, no hizo más que profundizar lo iniciado en gestiones anteriores.

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