Por Nicolás Siadis | nsiadis@redaccion351.com
Fotografía: gentileza Irma Montiel
El primer testigo de la jornada fue Fidel Castro, militante del Partido Comunista (PC) y de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. Esta última trabajaba por los derechos de los desaparecidos.
El 21 de septiembre de 1978, un grupo de tareas irrumpió en la casa de Castro y, luego de golpearlo y maltratarlo, lo introdujo en un Ford Falcon color crema y lo llevó a La Perla.
“Por las luces de la calle supe que íbamos por la Fuerza Aérea y que llegamos a La Perla. Con posterioridad reconocí el lugar a través de la visita de la Conadep”, recordó.
Al llegar a La Perla fue dejado en “la cuadra”. Ahí le sacaron la capucha para vendarle los ojos y pudo ver a muchos secuestrados alojados ahí.
“A mi lado había una mujer. Sentí que la manoseaban y le hacían propuestas en forma muy sórdida. En un momento me sacaron las vendas para repartir la comida y vi que tenía todos los pezones quemados con cigarrillos y con una máquina de soldar estaño”, expresó.
“Al haber mancillado el uniforme de San Martín y deshonrado el ejército de Belgrano, estos tipos han cometido crímenes de lesa patria. Son traidores a la patria”.
Castro contó que los torturadores llegaban a La Perla a las 8 de la mañana y se iban a las 7 de la tarde. El resto del día estaban custodiados por Gendarmería.
En su relato describió el supuesto juicio que le hicieron estando secuestrado. “Un día me sacan, me llevan a una habitación y me hacen una especie de juicio. El que dirigía el interrogatorio tenía una voz media aporteñada. Ellos concluyeron que yo no debía estar vivo, a la mañana siguiente me sacan al patio y me empiezan a gatillar en la cabeza. Yo les dije que era probable que me maten, pero mi partido iba a salir a denunciar este crimen”, relató.
Luego del simulacro le quitaron la venda y comenzaron a burlarse de él. A los pocos días, Fidel Castro fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Nº1. En ese lugar el testigo logró reunirse con su hermano, que curiosamente también se llama Fidel Castro.
A finales de octubre de 1978 los hermanos Castro fueron trasladados a la cárcel de La Plata, en donde permanecieron privados de la libertad hasta el 12 de enero de 1982. Fidel quedó bajo el régimen de libertad vigilada y comentó que debía concurrir alDepartamento de Informaciones D2 tres veces por semana para firmar una planilla. Luego de un tiempo, se dirigió cada 15 días al D2, hasta recuperar completamente su libertad.
Jorge Saad
Entre los años 1975 y 1976, los Saad arrendaban campos en las inmediaciones de La Perla. “Mi padre arrendaba el durazno, en la parte de atrás del edificio. Conocíamos la existencia del edificio ya que se hizo junto con la autopista. Sabíamos que ahí traían gente que parecían detenidos”, recordó Jorge. En una época, los Saad trabajaron junto a Solanille, el testigo que narró los fusilamientos en el predio de La Perla.
Jorge comentó que solamente los militares tenían acceso al edificio, pero la gente del lugar sabía que pasaba algo raro. “A nosotros nos detuvieron porque mi papá habló con gente en una subasta de hacienda. Él comentó que había malos olores atrás del campo”, expresó,
El 23 de agosto de 1976 llegó una comisión del Ejército a la casa de los Saad, en barrio Observatorio. En ese momento los llevaron detenidos a Jorge y a su padre.
Ambos fueron trasladados a lo que el testigo reconoció como una “imprenta clandestina” en la calle Achaval Rodriguez. Este lugar era conocido como la imprenta del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
“De la imprenta nos llevaron de nuevo al barrio en un camión y les pidieron a los vecinos que certifiquen que estábamos en buen estado. Ahí nos trasladaron a Campo de la Ribera”, recordó.
Durante su cautiverio en La Ribera, el testigo reconoció que había mucha gente, que dormían en camas de paja y que a ellos en particular no los golpearon. “Nos llevaron varias veces a hablar con los interrogadores. Nos preguntaban qué cosas sabíamos de La Perla, de lo que pasaba adentro y qué trabajo hacíamos en el campo”, comentó.
Los Saad estuvieron secuestrados en La Ribera durante 15 días y fueron liberados en elParque Sarmiento el 5 de septiembre de 1979.