Relato y fotos desde el Chapare (1/3) : Argentina Indymedia (( i ))

Si toda Bolivia es mágica, Chapare es la máxima expresión de esa magia. Camino a Cochabamba, luego de varias horas de rutas sinuosas y peligrosas a las que nunca nos acostumbramos, recordamos el asfalto. Con un poco mas de tranquilidad, el camino al Trópico también es de cemento.

El paisaje y el clima van cambiando, y mientras mas nos acercamos, el calor, la humedad y la vegetación aumentan, hasta estar directamente viajando a través de una selva cortada por rios torrentosos o secos según la ocasión.

La entrada al Chapare es todo un símbolo; camiones, micros y autos particulares frenan frente a un cartel que dice "estamos luchando contra el narcotráfico" y todos se someten a una revisión por parte de soldados del ejército. El chofer nos pide amablemente que bajemos dejando los bolsos y, como buenos desconfiados, nosotros optamos por bajar las cámaras y dejar para la requisa los elementos que pueden hacer pasar como turistas; las bolsas de dormir, el repelente para mosquitos y un par de paquetes de cigarrillos que decidimos cargar.

Perdidos en la oscuridad, zafamos la requiza sin ningún problema, y seguimos viaje, ahora atravesando pequeños pueblos durante más de dos horas, hasta llegar al lugar señalado; Shinaota, el lugar que los campesinos nos recomendaron y al que un agente espotaneo de turismo nos rogó no ir por estar, según sus palabras, demasiado convulsionado.

Son la 1 de la madrugada, y conseguimos un alojamiento barato, de colchones duros, baños coma partidos y un inmenso patio arbolado con un loro gigante que no duda en comenzar a hablar desde la madrugada.

El calor y los mosquitos son terribles, y no tardamos en advertir que mucha gente anda con una toalla al cuello solamente para secarse la transpiración.

Por la mañana vamos a Federaciones Unidas, a media cuadra de donde estamos durmiendo, y nos reciben decenas de campesinos haciendo una vigilia contra la banquina y otros tanto armando y pesando bolsas de coca en el galpón donde funciona la federación.

El trato al principio es cordial pero distante, y sólo lograremos entablar un diálogo mas abierto, cuando algunos dirigentes de base nos lleven a visitar algunas de las varias vigilias que se realizan en toda la región.

En Chimoré es donde nos terminamos de compenetrar con el lugar. Visitamos tres Federaciones, donde nos reciben con asambleas, relatos de la situación que están viviendo y muchísima fraternidad, como se puede ver en algunos de los audios que publicamos hoy.

En cada lugar donde llegamos, se repite el mismo ritual; alguien tira una manta sobre el piso, que se llena de coca. Otra persona nos ofrece que agarremos un poco -no nos podemos negar- y en medio del pijceo se produce la conversación, el equivalente a la ronda de mate que a veces hacemos en Argentina.

Confirmamos, si quedaban dudas, que estamos frente a un movimiento profundo; una señora de 78 años, de profesión "comedera" nos explica sus razones para oponerse al ALCA. En las asambleas, los discursos -la mayoría de ellos destinados a darnos la bienvenida- explican con pasión los problemas que estan viviendo, la crudeza de la represión y la convicción de que es en la lucha donde conquistan su dignidad. Algunos hablan en Quechua, como en casi todas las asambleas donde vamos, aunque nuestra presencia los anima a hablar un poco más en castellano.

El sábado a la noche dormimos emocionados; nos sentimos que recién estamos llegando a Bolivia, mezclándonos con la base de los movimientos y sintiéndonos en nuestro elemento. No es muy diferente la base de los movimientos campesinos de aquí a los que estamos acostumbrados a ver en Argentina con nuestros movimientos de desocupados o fábricas tomadas; son hombres y mujeres que han sido empujados a la lucha como única posiblidad de supervivencia, y hablan y luchan con todo su corazón.

El domingo vamos al Ampliado, que es la reunión de todas las federaciones del Trópico. La reunión comienza en la ruta con un acto masivo en frente de una de las federaciones. Todo el pueblo parece estar plegado al movimiento; los oradores se ubican en la terraza de un taller mécanico, y en el acto participan comerciantes de las zona, vendedores ambulantes y hasta los alcaldes locales responden al movimiento.

En la reunión ampliada participan alrededor de 300 delegados, y la mayoría del tiempo son los dirigentes nacionales lo que hablan. Cuando llega el turno de las diferentes federaciones, que una a una van hablando sobre el mandato de sus bases, el ambiente cambia. Las frases que nos quedan grabadas son "contestar bala con bala", "darle tiempo al gobierno hasta el martes y si no dan respuesta volver a bloquear". Es un ambiente efusivo y hasta en los discursos en Quechua o Aymara, idiomas que todavía no manejamos, dejan entrever los sentimientos de una base que no se siente contenida con las mesas de dialogo.

Finalmente, cuando se vota una semana más de vigilias, hasta el nuevo ampliado del domingo que viene, la reunión termina entre consignas, saludos y un mensaje para la prensa.

Nosotros volvemos, con el corazón agitado, en una camioneta que manejan dos compañeros de Chimore. En el camino nos detiene durante un hora una lluvia torrencial que impide cualquier intento de ver por donde se va manejando. Paramos a tomar una gaseosa en una casa en el camino, y allí nos cuentan los compañeros que hace 30 años que viven en el pueblo. Y quizás por eso, manejan en la ruta casi sin necesidad de mirar por donde vamos.

El resto, se puede ver y en las fotos, los otros artículos y fotos que estamos publicando ahora, y completaremos, con suerte, en el día de mañana.

Da gusto que además de los comentarios también vayan adentrandose en la situación del pueblo de Bolivia. Digo comentarios, no en forma peyorativa, es interesante e ilustra describir el sentimiento como testigos y no como fríos y alejados periodistas; pero, centrar o sobredimensionar el aspecto indígena por su magia, cosmovisión, modus vivendus, tiende tanto a sobrevalorar como a reproducir una mirada de lástima, de dejo. De europeos fascinados con antiguas civilizaciones; que reconocen lo que han luchado dignamente por mantener sus culturas, pero no se pueden desprender de la "magia del huipil".

Con respeto y porque la admiración hacia lo distinto siga sorprendiendonos pero vaya más profundo.
Isabel

Soberbio todo, la crónica y, sobre todo, las fotografías.

No entiendo por que Mari pone soberbio, si desarrolla seria mejor y por ahi entienda que quiere decir.
Por otro lado, los relatos me parecen super, me llevan alla, no me tiran un monton de info encima, lo contextualiza.
La lucha de l@s compañer@s bolivian@s, es asi, con esas particularidades que describen los cronistas, con esos ojos que nos muestran desde las fotos.
No es solo relato, tambien es vivencia y aprendizaje. Es un encuentro entre culturas diversas, y asi se lee y asi se ve
Gracias por sus esfuerzos y trabajos a los cronistas

perro
Por hans - Thursday, May. 12, 2005 at 3:31 AM
rydyerry 87468688 maed

el pais es una mierda

Porqué coca y no marihuana, que es más sana , mejor y aca esta mas cara?

En esta pagina que abri desgraciadamente no se puede ver ninguna imagen ....quiero agregar que realmente el Chapare es un lugar paradisiaco.
La coca no es cocaina, el pijcheo como el matear para ustedes es una costumbre ancestral....que haya demanda de cocaina por otros paises, no es problema de Bolivia.....ya saben...la oferta y demanda.

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