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Una década K: “es la economía, estúpido”
Por Francisco J. Cantamutto (Marcha) -
Friday, May. 31, 2013 at 1:59 AM
Por Francisco J. Cantamutto. Una década de kirchnerismo ofrece buenas razones para una evaluación de conjunto. ¿Qué nos deja este período? ¿Hay una dirección clara del "modelo nacional y popular"?
La forma del pensamiento humano para aprehender es intentar clasificar, ordenar. Utilizar dcadas para ubicar perodos econmicos no obedece a ninguna ley, pero parece funcionar para entender: la dcada prdida de los ochenta, la dcada neoliberal de la Convertibilidad, y ahora, la dcada del kirchnerismo. Los sectores afines al gobierno han promovido la idea de una dcada ganada, a lo que la oposicin patronal pretende responder, aunque sin lograr un eslogan de igual impacto. Se puede analizar qu dej este perodo? Hacia dnde va el modelo?
Resulta casi imposible dar cuenta de esta etapa sin omitir algn aspecto relevante, por lo que la interpretacin de conjunto es relevante por dems. La dcada, por ser un corte arbitrario, conjuga procesos de diverso alcance y duracin. As, segn se quiera, se resaltan aspectos coyunturales, cclicos o estructurales, que indican informaciones diferentes.
El gran cuco neoliberal
La estrategia central del gobierno es diferenciar sus resultados con el desempeo de la Convertibilidad: el contraste entre aquel perodo y ste mostraran la reversin del neoliberalismo. Esta no es una eleccin al azar. La cada de la Convertibilidad, aunque con un fuerte trasfondo econmico, fue impulsada por las protestas que impugnaban el neoliberalismo como forma de organizacin social. El gobierno, para obtener alguna legitimidad, necesit siempre mostrarse como contracara de aquel proyecto que, debemos resaltar, no se restringe a la Convertibilidad.
As, se multiplican los indicadores que muestran la magnfica recuperacin posterior a la crisis: el crecimiento del empleo, de los salarios, de la industria y la construccin, etc. Hay aqu dos problemas soslayados. En primer lugar, la comparacin respecto de los psimos valores de la crisis es vlida para evaluar el ciclo econmico, pero no es apropiada para distinguir respecto de procesos de crecimiento anteriores. As, por ejemplo, si comparamos el salario promedio real con el momento peor de la crisis, a mediados de 2002, podremos observar un importante crecimiento, pero si lo referimos a la expansin de la Convertibilidad, resulta que sus niveles son iguales! Si lo referimos a 1974, antes de la dictadura, el salario actual persiste a un 30% por debajo.
En segundo lugar, el kirchnerismo escatima el peso que tuvieron en la recuperacin el default reconocido por Rodrguez Sa, y la devaluacin y la pesificacin de Duhalde: sin estos, no habra recuperacin alguna. Aceptar esta filiacin es un problema poltico complejo para el kirchnerismo. Por un lado, por la deuda poltica que implica con esos sectores partidarios. Por otro lado, porque indica quines fueron los sectores sociales que dominaron la salida de la crisis. Aunque poco se hable hoy da, el programa default-devaluacin-pesificacin fue articulado y propuesto por el Grupo Productivo, un agrupamiento comandado por la Unin Industrial Argentina, que reuna a la Cmara Argentina de la Construccin, a Confederaciones Rurales Argentinas, y ms tardamente a Asociacin de Bancos pblicos y privados de la Repblica de Argentina.
Es decir, sectores relevantes de la gran burguesa fueron artfices del programa econmico post-Convertibilidad. Ms all de algunos coqueteos polticos de Moyano y el oportunismo de Daer, ningn sector de los trabajadores influy en la definicin de este programa, y ste es un dato central para caracterizar la dcada emergente. Y quizs hasta ms importante an, al sealar esta alianza fuerte con sectores del capital, a menudo olvidados por los defensores radicales del gobierno, indica tambin una pauta de grandes ganadores en la nueva gestin econmica.
En lo estructural
La recuperacin de la tasa de ganancia industrial alcanz niveles rcord para la historia nacional. Con ese impulso, basado en una brutal licuacin de los salarios, no result difcil para el empresariado iniciar un proceso de expansin de la actividad. He all el misterio del crecimiento al que remiten los alabadores de esa fase inicial. La lenta recuperacin salarial se detuvo a partir de 2007, momento en que la economa comienza a transfigurar su fisonoma. Desde ese ao para esta parte, el crecimiento del sector industrial se ha ralentizado, pasando a liderar la expansin el sector financiero, aquel que se deca atacar. El desempleo, por ello mismo, dej de descender. El sector externo muestra una dinmica semejante: luego del supervit logrado en los primeros aos, la propia expansin ha desgastado el saldo corriente, corrodo a su vez por las remisiones de utilidades al exterior y, desde 2005, los pagos de deuda externa.
Estos procesos no son una eventualidad, sino la expresin del desgaste del impulso original. Durante esa fase, la clase trabajadora se fortaleci, y el gobierno que tambin impuls de este proceso a travs de las negociaciones colectivas- no puede simplemente volver a la solucin de 2002. Esto pondra en entredicho su legitimidad social. Lo que ha hecho desde entonces, no sin xito, es arbitrar un equilibrio entre sectores sociales aliados: no resuelve ni por la va de radicalizacin ni por la va de ajuste, y requiere de la permanente actividad de mediacin poltica.
Este es un dato no menor, tanto en la evaluacin econmica como en la poltica: el gobierno de alguna forma respeta su sesgo, sin mejorar estructuralmente la situacin de la clase trabajadora, pero sin tampoco atacarla abiertamente. Muchas de las polticas econmicas ms interesantes responden a este escenario de mediacin inestable. La estatizacin de las AFJP sirvi para subsidiar a la industria y a los servicios pblicos, tanto como para solventar la Asignacin Universal por Hijo. La compra de participacin en YPF es un intento por resolver las necesidades del capital industrial en materia energtica, que podra permitir una ulterior expansin de la actividad y el empleo. Cada medida es un intento por sostener este equilibrio entre intereses encontrados: la visible presencia del Estado en la economa obedece a esta lgica, no a un estrafalario deseo estatalista.
Mediacin permanente, sin cuestionar
Mientras el salario y el desempleo se mantienen estables desde hace un lustro, la concentracin de la produccin, la extranjerizacin y la dependencia de las ramas primarias se ha profundizado. No ha habido un proceso de cambio estructural, ni de industrializacin, aunque se ha logrado sostener lo obtenido en la fase expansiva pre-crisis mundial.
ste es el modelo: profundizarlo es sostener este inestable equilibrio, que no implica cuestionar privilegios estructurales del gran capital ni revertir lo ms severo del neoliberalismo histrico. Su superacin requiere el cuestionamiento de la alianza econmica-poltica que sostiene el kirchnerismo desde hace una dcada.