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Lanata y Carri贸 vs. la espiral de silencio y la Jaula de Hierro en la ciencia argentina
Por Eduardo R. Saguier -
Tuesday, Jul. 15, 2014 at 11:18 PM
saguiere@ssdnet.com.ar
Para Castoriadis, sin que se cuestione la realidad con un ajustado diagn贸stico es muy dif铆cil encontrar la cura 驴Porque motivo Lanata, Carri贸 y sus colegas no cuestionaron la espiral de miedo y silencio instalada en la ciencia y la educaci贸n superior a partir de los planes del Banco Mundial? 驴Acaso Lanata y Carri贸 desconocen el rol que ha tenido la dupla del Banco Mundial-BID y los gobiernos bonapartistas en esa espiral que deterior贸 la ciencia y la educaci贸n superior mucho m谩s intensamente que el default y la deuda externa? Cabe suponer en su descargo que Lanata y Carri贸 han evitado penetrar en ese perverso laberinto por carecer de un hilo de Ariadna que disperse las tinieblas de la ciencia argentina 驴Es posible meditar entonces si con esa pesada amnesia hist贸rica se pueda derrotar al Kirchnerismo?
LANATA y CARRI vs. la espiral de silencio y la Jaula de Hierro en la ciencia argentina
La creciente imposici髇 de una ola de miedo y silencio en los 醡bitos cient韋ico-educativos se acentu en Argentina hace un cuarto de siglo, durante el Menemismo, se intensific a posteriori durante el Kirchnerismo, y se derram desde ah hacia el resto del sistema en un largo proceso hist髍ico que ha sido teorizado recientemente por Noelle-Neumann (1995, 2010), y cuyo da駉 a la sociedad argentina medido en t閞minos monetarios supera largamente a la totalidad de la deuda externa.
Efectivamente, el miedo al aislamiento social en la convivencia con los colegas docentes y la necesidad de pertenecer a una camarilla se agrav en los 醡bitos acad閙icos a partir la ca韉a de Alfons韓 (1989). Seis a駉s despu閟, en 1995, este miedo se profundiz con la promulgaci髇 de la Ley de Educaci髇 Superior (LES), que admiti el arancelamiento y restringi la autonom韆 universitaria, y con la imposici髇 por decretos de necesidad y urgencia (1995-1996) de un arsenal burocr醫ico inspirado por el Banco Mundial, y atentatorio del principio de autonom韆 universitaria. Este principio, conocido como doctrina reformista, garantizaba la independencia del saber respecto del estado, y fue consagrado hace un siglo y medio en la Ley Avellaneda (1885). Dicha doctrina, aunque no logr acabar con deformaciones --como la endogamia docente y la departamentalizaci髇 postergada y con la valoraci髇 en los concursos de la antig黣dad en desmedro del m閞ito (Gaviola, 1931)-- fue violentamente interrumpido solo por dictaduras militares a partir de septiembre de 1930, y por regimenes bonapartistas a partir de junio de 1943.
Entre esas medidas burocratizantes y contra-reformistas introducidas por el Menemismo y nunca derogadas descoll la instauraci髇 en todas las universidades de la categor韆 del docente-investigador, que fragment la comunidad educativa en dos compartimentos falsamente disociados, los docentes que investigan por un lado y los que meramente repiten lo conocido por el otro, cuando en principio el docente universitario por el solo hecho de serlo debe estar moralmente obligado a investigar. Por ello, un docente no puede ni debe ser inducido a investigar mediante est韒ulos materiales previos a la real y efectiva producci髇 intelectual, pues en su lugar existen combinaciones de est韒ulos simb髄icos y materiales mucho m醩 exitosos, donde el esfuerzo realizado se premia con ulterioridad (Nobel, Cervantes, Konex, etc.).
La nueva categor韆 del docente-investigador burocratiz la conciencia moral e intelectual de nuestros docentes, pues vino a aceitar la producci髇 acad閙ica con incentivos salariales deshonrosos que estimularon un combo explosivo de ego韘mo, miedo y codicia que acab con la solidaridad y el esp韗itu de equipo, y sembr entre los investigadores una competitividad salvaje y una creciente p閞dida de personalidad y de libertad. Para mayor competitividad y control burocr醫ico, estos incentivos se estratificaron en un laberinto de cinco (5) rangos escalonados, y los conflictos por las categorizaciones se dirimieron en tribunales ministeriales extra-universitarios que dieron lugar a pleitos extenuantes y litigios kafkianos, merecedores de un estudio pormenorizado de la miseria acad閙ica argentina. La consiguiente violaci髇 de la autonom韆 en la evaluaci髇 del saber no fue en ese entonces cuestionada ni por los partidos pol韙icos ni por los medios de comunicaci髇.
http://www.ellibrepensador.com/2012/04/19/el-acoso-de-leviatan-a-la-ciencia-argentina/
Am閚 del docente-investigador siguieron otras medidas burocratizantes y contra-reformistas tales como la Agencia Nacional para la Producci髇 Cient韋ico-Tecnol骻ica (ANPCyT) y la Comisi髇 Nacional de Evaluaci髇 y Acreditaci髇 Universitaria (CONEAU), que acentuaron en lo institucional la p閞dida de autonom韆 y en la producci髇 cient韋ica la ponderaci髇 de un eficientismo macdonaldizado, de raigambre Taylorista.
Por otro lado, con la puesta en funcionamiento de la denominada Agencia se inici una operatoria crediticia internacional financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consistente en un cr閐ito otorgado en tres tramos distintos y sucesivos que se inici en 1999 y que alcanzaron hasta el 2010 la suma de U$S 1240 millones de d髄ares, cifra similar a la adeudada a los mal llamados Fondos Buitres. La distribuci髇 de esa enorme suma de dinero en lugar de estar destinada a la infraestructura cient韋ica del pa韘 (laboratorios, bibliotecas, archivos, museos, etc.) se deriv a proyectos individuales de investigaci髇 operados por cient韋icos que ya ten韆n inserci髇 en el sistema nacional de ciencia y que por ende contaban con sus respectivos ingresos salariales. Esta discrecionalidad acrecent en la comunidad educativa el miedo al aislamiento que se hab韆 iniciado con la estratificaci髇 de los docentes-investigadores, y este miedo luego se espiral contagiando a toda la comunidad cient韋ica con un silencio opresivo, lo que a su vez ha derivado en un clima de sofocante jaula de hierro (Weber), que Kafka hab韆 metaforizado como un enmudecido castillo al que nadie se atreve a entrar o en una colonia penitenciaria de la que solo cabe escapar.
El actual Ministro Bara馻o administr la referida suma cuando estuvo al frente de la SECyT, pues bajo su mando se orquestaron el medio centenar de comisiones y jurados de la Agencia (ANPCyT) que distribuyeron dicha suma en forma delictual, benefici醤dose los mismos funcionarios responsables del reparto (o bot韓 de guerra). Estos Jurados y Coordinadores se caracterizaron por violar la independencia e imparcialidad de la funci髇 arbitral, pues operaban simult醤eamente como jueces y partes. Cada uno de ellos, al considerarse sus propios proyectos de investigaci髇, simulaba --como en una variante del juego de las sillas-- retirarse del jurado para una vez obtenido el subsidio reintegrarse al mismo y reciprocar a sus colegas del mismo jurado. Por cierto, esta violaci髇 de la independencia arbitral deslegitim el sistema cient韋ico y educativo supuestamente creado para emancipar a los educandos, y acentu a鷑 m醩 la espiral de silencio, que fue infructuosamente denunciada ante la justicia penal de Comodoro Py, pero que tampoco mereci por parte del aparato pol韙ico partidario ni por los medios de comunicaci髇 el menor inter閟 ni confrontaci髇 alguna.
http://argentina.indymedia.org/news/2009/06/675845.php
De todos los part韈ipes de este escenario pol韙ico, se destacaron con el tiempo por su valent韆 y coraje c韛icos el periodista Jorge Lanata y la diputada Elisa Carri, a quienes les vino a corresponder por ello el precepto formulado por De Gaulle, que a mayor grado de exposici髇 p鷅lica y capacidad intelectual se debe exigir siempre mayor responsabilidad. Por el contrario, hubo otros periodistas e intelectuales que faltaron a este precepto como Leuco y Kovadlof, pues se sumaron al coro adulador o colaboracionista del Ministro Bara馻o. Hubo tambi閚 otros m醩 recalcitrantes, como Grondona, que persistieron en su pr閐ica limitacionista y arancelatoria, y tambi閚 quienes practicaron un tard韔 reconocimiento, como el periodista Nelson Castro, que pese a su esclarecido combate contra el Kirchnerismo, reci閚 se desayun en el tema universitario al entrevistar al economista Alieto Guadagni y fatigar sus estad韘ticas sobre profesionales universitarios, estad韘ticas que dicho sea de paso su colega J. J. Llach reduce solo a la educaci髇 primaria.
Sin embargo, el que acapar el repudio period韘tico y pol韙ico, al haberse descubierto sus maniobras delictivas, fue un personaje de alta exposici髇 p鷅lica, ajeno a la ciencia y a la ense馻nza superior, aunque graduado en el CEMA, el vicepresidente Boudou, quedando el resto de los funcionarios incursos en severos peculados, obstinadamente olvidados e ignorados 緾u醠 ha sido el motivo para que la oposici髇 pusiera eje en un solo integrante del gabinete y omitieran al resto de los Ministros del Olimpo K? 緼caso fue la ubicaci髇 de Boudou en la l韓ea sucesoria presidencial? No estar en la l韓ea sucesoria como le ocurre al Ministro Bara馻o 縧o exime acaso de responsabilidad judicial alguna? Si bien el Secretario de Transporte Jaime no estuvo nunca en la l韓ea sucesoria, por haberse disparado una tragedia que signific un centenar de muertos mereci sin embargo ser justamente procesado. Siguiendo esta l韓ea especulativa 縜caso la oposici髇 estar韆 so馻ndo con un esc醤dalo similar, como el de la Crotoxina (1986), para poder despertar un tard韔 inter閟 por la decencia en la ciencia? 縊 acaso tambi閚 pudiera ser que en las filas opositoras o de los multimedios independientes figuren inc髆odos autores y beneficiarios de los subsidios de ANPCyT?
http://argentina.indymedia.org/news/2010/02/719868.php
En esa selectiva discriminaci髇, Lanata, Carri y sus colegas, pese a valientes y sobrehumanos esfuerzos, no han podido escapar a la estrategia Cristinista de inmunizar y amnistiar la corte de funcionarios acusados de delitos mucho m醩 tenebrosos que los cometidos por Boudou y por la misma presidenta (si el vicepresidente se atreviera a confesar) 縋orque Lanata y Carri, para saldar estos d閒icits, nunca entrevistaron a fil髎ofos como Aguinis o Abraham, para los cuales el drama argentino actual no arranc del Proceso, como sostiene el revisionista relato K, sino de los fundamentos filos骹icos de la denominada Revoluci髇 Argentina (Ongania) y de la Noche de los Bastones Largos (1966)?
Para Castoriadis, sin que se cuestione la realidad con un ajustado diagn髎tico es muy dif韈il encontrar la cura 縋orque motivo Lanata, Carri y sus colegas no cuestionaron la espiral de miedo y silencio instalada en la ciencia y la educaci髇 superior a partir de los planes del Banco Mundial? 緼caso Lanata y Carri desconocen el rol que ha tenido la dupla del Banco Mundial-BID y los gobiernos bonapartistas en esa espiral que deterior la ciencia y la educaci髇 superior mucho m醩 intensamente que el default y la deuda externa? Cabe suponer en su descargo que Lanata y Carri han evitado penetrar en ese perverso laberinto por carecer de un hilo de Ariadna que disperse las tinieblas de la ciencia argentina 縀s posible meditar entonces si con esa pesada amnesia hist髍ica se pueda derrotar al Kirchnerismo?
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Eduardo R. Saguier
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鈥淓l agujero negro del talento鈥 en una Argentina vaciada por un Peronismo corrupto
Por Eduardo R. Saguier -
Thursday, Sep. 04, 2014 at 12:18 AM
saguiere@ssdnet.com.ar
Buenos Aires, Palermo, Squzi, mi閞coles 27 de agosto de 2014
揈l agujero negro del talento en una Argentina vaciada por un Peronismo corrupto y anacr髇icamente 搑evisionista (Carta Abierta-Agencia) y escoltado por un Radicalismo de trocha angosta y muy baja intensidad
por Eduardo R. Saguier
El objeto de esta versi髇 revisada de un escrito anterior titulado 揅laudicaciones del Radicalismo Argentino, que integra una bater韆 de ensayos ligados entre s, es tratar de explicar descarnadamente la naturaleza hist髍ica y pol韙ica de lo que el fil醤tropo Mart韓 Varsavsky denomina con crudeza, refiri閚dose a la Argentina, el 揳gujero negro del talento, o lo que es lo mismo, el atraso, la corrupci髇 y el revisionismo acad閙ico y cient韋ico, producido entre otros por una intelectualidad populista (Lonardismo-C醫edras Nacionales-Carta Abierta-Agencia), y escoltada por un Radicalismo de trocha angosta y baja intensidad, que fue dejando en el camino sus principios, y su tradici髇 de cr韙ica y debate.
Desde hace m醩 de una d閏ada, m醩 precisamente desde que el populismo bonapartista de Kirchner (compuesto por un revisionismo anacr髇ico y fundamentalista, una estrategia fascista de amigo-enemigo, una pol韙ica stalinista previa al Frente Popular, y un estado policial con las Leyes de Abastecimiento y Antiterrorista), tomara el poder en 2003, el Radicalismo se caracteriz por una oposici髇 tibia y culposa, una tenue sombra de su sacrificado y honroso pasado. Sin querer incursionar en las complicidades de algunos dirigentes Radicales con el Kirchnerismo, se ha de hacer hincapi aqu en un contrapunto vital de la pol韙ica nacional totalmente ignorado por la dirigencia partidaria (propia y ajena), y que hace eje en las pol韙icas p鷅licas en materia de ciencia y educaci髇 superior, insustituibles para lograr la emancipaci髇 de la sociedad civil y para una eventual profundizaci髇 del desarrollo industrial y tecnol骻ico del pa韘.
En ese preciso sentido, y para salvaguardia del sistema cient韋ico, el que suscribe acudi al bloque Radical del Senado, en el transcurso del 2010, para requerir solidaridad parlamentaria (Pedido de Informes) a su denuncia judicial penal federal contra la Agencia Nacional para la Producci髇 Cient韋ico-Tecnol骻ica (ANPCyT), por la malversaci髇 y estafa de U$S 1240 millones de d髄ares procedentes del Banco Interamericano de Desarrollo (equivalentes a la deuda sentenciada con los mal llamados Fondos Buitres), y administrados fraudulentamente por el entonces Secretario de Estado Lino Bara馻o, y por medio centenar de Coordinadores cuyas identidades siguen a continuaci髇 (An髇, Ant髇, Arzt, Astini, Batlle, Beaug, Beccaria, Cabada, C醤epa, Carelli, Cazzulo, Ceccatto, Coira, Corach, Escande, Fr韆s, Gigolo, Gugliotta, Helbling, Lanusse, Mroginski, Poderoso, Politis, Quattrochio, Ravetta, Salvarezza, Schalamuk, etc.). En la requisitoria al Senado se acompa耋 la fotocopia del grueso expediente judicial, la cual fue registrada, y en respuesta se asegur que el denunciante ser韆 convocado para su aclaraci髇, citaci髇 que nunca se concret y que el denunciante no insisti pues advirti la existencia de un profundo desinter閟.
http://idealpolitik.com.ar/nota/227/festejo_sombrio_en_la_linea_recta_y_en_el_comite_nacional/
La precariedad de esta irresponsabilidad y el resultante atraso cient韋ico y tecnol骻ico producido demandan un an醠isis hist髍ico del comportamiento de las elites pol韙icas de procedencia y formaci髇 universitaria. Este an醠isis debe partir de los deficits del proyecto Reformista (1904-1918) en materia de endogamia profesoral (incapacidad de generar una comunidad y un mercado docente de alcance nacional) y debe centrarse tambi閚 en el an醠isis del grado de deserci髇 cultural, cuya cadena de acontecimientos es fundamental marcar con detalle para poder comprender el drama hist髍ico actual y para tomar conciencia del itinerario y trayectoria de los actores y protagonistas que nos llevaron a la calamidad presente.
La memoria hist髍ica y el capital simb髄ico deber韆n ser interpelados por un discurso cr韙ico, pero aquellos han ca韉o lamentablemente en el olvido del imaginario argentino, y est醤 compuestos por una bater韆 de hechos hist髍icos trascendentales, retro-alimentados entre s, tales como la Ley Avellaneda (1885), la malograda Reforma Universitaria de 1904 en Buenos Aires [que sigui al suicidio de Leandro Alem y entre cuyas secuelas se expuls de los claustros universitarios a Juan B. Justo y Nicol醩 Repetto], y la triunfante y luego cruelmente asediada Reforma de 1918 gestada en C髍doba. Tambi閚 se constituy en un acontecimiento cuya memoria hist髍ica debe ser interpelada por la pr閐ica Radical, la multitudinaria defensa del laicismo y de la ense馻nza p鷅lica (1958-59), ocurrida como combate contra la reglamentaci髇 de un decreto de la denominada Revoluci髇 Libertadora (1955-57), en su art韈ulo 28, que consagraba la libre expedici髇 de t韙ulos habilitantes por parte de las universidades privadas, y que fuera impulsada por la pre-conciliar burocracia eclesi醩tica, y que los Reformistas ten韆n por violatoria tanto de la Ley 1420 (1884) como de la Ley Avellaneda (1885). Y tambi閚 debe ser tenida en cuenta la posterior radicalizaci髇 del movimiento estudiantil que aconteci durante el Cordobazo (1969), que fue una reacci髇 popular contra la Noche de los Bastones Largos (1966) y contra la secuela acad閙ica que eran entonces las denominadas C醫edras Nacionales (1967-1969), cuyo heredero forzoso y tard韔 vino a ser cuatro d閏adas mas tarde el redivivo espacio kirchnerista conocido como Carta Abierta (2008-2014). Dichas C醫edras Nacionales (CN) estaban integradas por una serie de j髒enes intelectuales elegidos para combatir a la izquierda acad閙ica, que hab韆n traspuesto el cedazo de los servicios de inteligencia de la dictadura de Ongania (Argumedo, C醨denas, Carri, Feinman, H. Gonz醠ez, Guti閞rez, O碏arrell, etc.), y que para justificar su claudicante oportunismo pretextaron que los cient韋icos modernizadores disc韕ulos de Gino Germani, renunciantes a las c醫edras cuando aconteci lo de los Bastones Largos, se hab韆n entregado venalmente al sospechado Proyecto de Marginalidad financiado por la Fundaci髇 Ford en Chile (Murmis, Nun, Mar韓, etc.).
http://argentina.indymedia.org/news/2009/06/675981_comment.php
Finalmente, en 1996, la resistencia activa contra el alineamiento autom醫ico a las pol韙icas educativas del Consenso de Washington, estuvieron focalizadas en una campa馻 contra el mercantilismo privatizador, la descentralizaci髇 federativa, y la fragmentaci髇 docente, as como contra el fraccionamiento productivista y la concepci髇 de la educaci髇 y la ciencia como meras mercanc韆s a subastar y regatear en la invisibilidad del mercado. Estas pol韙icas educativas cuyo alineamiento autom醫ico fue p鷅licamente resistido por el estudiantado universitario de todo el pa韘 estuvieron representadas por diferentes Programas, tales como el Fondo para el Mejoramiento de la Calidad Universitaria (FOMEC), el programa de subsidios del Fondo para la Investigaci髇 Cient韋ica y Tecnol骻ica (FONCyT) perteneciente a la Agencia o ANPCyT, y el Programa de Incentivos para
docentes-investigadores categorizados, y enrolados en las Universidades Nacionales, facciosamente administrado por la Secretar韆 de
Pol韙icas Universitarias del Ministerio de Educaci髇. La aleg髍ica caricaturizaci髇 de los alineados de adentro, que convalidaron el Consenso de Washington y todos los Programas arriba detallados, qued registrada en 1996 en un c閘ebre mural exhibido en la Facultad de Filosof韆 y Letras de la UBA, acompa馻do por una parodia explicativa an髇ima 杙ero cuyo autor fue un historiador que falleci tr醙icamente en un accidente fluvial ocurrido en el Delta del Paran-- ambos testimonios salvados de la desaparici髇 merced a las entonces nacientes redes de Internet. Estas reivindicaciones -aunadas al Programa de Avellaneda (1945)- debieran ser los antecedentes centrales para ser interpelados por la pr閐ica intransigente de la UCR y son las 鷑icas herramientas que se han heredado en forma fragmentada, que se deben seguir honrando, y que deben ser susceptibles de reactivar y actualizar para poder rescatar al Radicalismo de su prolongada crisis program醫ica y moral.
Dicha interpelaci髇 hist髍ica se debe profundizar a鷑 m醩 con consideraciones acerca de la creciente erosi髇 de la conciencia sobre la inexcusable originalidad en la producci髇 cient韋ica, cuyos procesos de investigaci髇, planificaci髇, administraci髇 y evaluaci髇 deben ser necesariamente independientes tanto del poder del aparato estatal (CONEAU-Agencia), como de los organismos multilaterales de cr閐ito (FMI-BM-BID), y de toda facci髇 ideol骻ica, pol韙ica o religiosa (independencia que nada tiene que ver con la defensa de estructuras corporativas o de pr醕ticas de cogobierno y de composici髇 tripartita). La interpelaci髇 debe culminar con las denuncias contra la subordinaci髇 Peronista (Menemista) en materia de investigaci髇 y ense馻nza a los planes divisionistas y mercantilistas (arancelatorios) del Banco Mundial (BM), que fue una adaptaci髇 tard韆 al Consenso de Washington (ver art韈ulo de Pablo Gentili). Y tambi閚 debe culminar en lucha contra el relato revisionista y fundamentalista del espacio Carta Abierta (2008-2014), que es una secuela sobreviviente de las lonardistas C醫edras Nacionales (CN), infiltradas por la claraboya del poder a petici髇 del Ministro del Interior General Francisco Imaz. Cabe destacar que el Lonardismo (1955), como anta駉 lo fue el Uriburismo (1930), se caracterizaba por socavar la estrategia pol韙ica conocida como 搒alida electoral (que consist韆 en superar el golpismo o insurreccionismo militar con comicios restrictivos por m醩 proscriptivos que entonces resultaran).
Esas pol韙icas divisionistas en ciencia y educaci髇 fragmentaron enga駉samente la comunidad universitaria, primero con una falsa dualidad pol韙ica entre intelectuales nacionales e intelectuales anti-nacionales; y m醩 luego, con una reglamentada y competitiva dicotom韆 entre docentes-repetidores y docentes-investigadores (estos 鷏timos fraccionados en una escala compuesta de cinco niveles). Por otro lado, bajo el pretexto de fomentar el mejoramiento de la calidad educativa, las autoridades Menemistas y luego las Kirchneristas incurrieron en un agudo proceso de desinversi髇 en la infraestructura cient韋ica y tecnol骻ica del pa韘, que es parte del atraso y corrupci髇 y el agujero negro del talento anteriormente alegados (bibliotecas, laboratorios, archivos, centros de informaci髇, etc.).
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A estos pormenorizados y tr醙icos acontecimientos se debe agregar como un claro testimonio de alineamiento autom醫ico con el Consenso de Washington, la responsabilidad que le cupo en esa pol韙ica a la dirigencia de la UCR, que intent a posteriori de Menem, durante el gobierno de la Alianza, en la gesti髇 del ex-canciller Dante Caputo (2000-2001), liquidar el CONICET, sustituy閚dolo por la Agencia o ANPCyT (cuando en las universidades nacionales los cargos a los que deb韆n recaer los investigadores a desahuciar estaban y est醤 usurpados por camarillas endog醡icas). Dicha eliminaci髇 fue resistida por la activa movilizaci髇 de los mismos investigadores, que incluso llegaron a interrumpir un desfile militar provocando la renuncia del funcionario de marras.
Am閚 del claudicante caso Caputo, las autoridades partidarias de ese entonces no hicieron lugar al debate y a la democracia interna entre los afiliados Radicales, incluyendo la dirigencia que hab韆 surgido con el restablecimiento de la democracia (1983) y con el Tribunal del Nunca M醩 (1984), que se perpetu diez a駉s despu閟 con el Pacto de Olivos (1994) y que finaliz tumultuosa y lastimosamente casi una d閏ada m醩 tarde con la denominada Alianza (2001). Las autoridades de la Uni髇 C韛ica Radical no cumplieron con el articulado de la Carta Org醤ica (art.26) que estipula la necesaria consulta peri骴ica al afiliado, ni intentaron reparar el da駉 inferido a la democracia interna partidaria. Ninguna sobre-actuaci髇 personal por m醩 esforzada que fuere ni ning鷑 acuerdo de c鷓ulas partidarias puede suplantar con 閤ito la consulta y la opini髇 individual del afiliado. Tampoco el voto en una interna electoral puede sustituir la opini髇 individual del afiliado en una consulta voluntaria. Por el contrario, lo 鷑ico que se conoce hasta ahora es una nueva convocatoria a la Convenci髇 Nacional en el pr髕imo mes de septiembre del corriente a駉, emplazada exclusivamente para ratificar una pol韙ica de alianzas. Sin embargo, la opini髇 individual de los afiliados aunque no hayan sido consultados siempre es m醩 conveniente que la voz de los convencionales y que la propia opini髇 de los delegados al Comit Nacional. Y siempre es m醩 fuerte que eventuales alianzas o coaliciones, por m醩 cruciales que estas fueren para la suerte del pa韘. No es posible, en la era inform醫ica, que so-pretexto de acuerdos o coaliciones, la opini髇 del afiliado Radical deje de ser escuchada, y que su dignidad sea avasallada por intereses y superestructuras de escasa representatividad.
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Las deformaciones pol韙icas del Radicalismo arrancaron entonces con la modificaci髇 de la Carta Org醤ica en diciembre de 1983 (incompatibilidad de los cargos electivos con la direcci髇 pol韙ica del partido), sigui con el recurso fundamentalista y demag骻ico del Tercer Movimiento Hist髍ico (discurso de Parque Norte, 1985), continuaron con el ninguneo pol韙ico a los cuatro (4) diputados nacionales del Radicalismo que se opusieron a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, se perpetuaron con los estertores de la conocida como Coordinadora residual y su dolosa operatoria 830 del Banco Hipotecario Nacional, y concluyeron con el Pacto de Olivos (1994). Entre dichas deformaciones prevaleci el contubernio de los dirigentes de la Coordinadora con el gremialismo empresario, sucesor del sindicalismo Vandorista que hab韆 prevalecido con la gesti髇 del Secretario Rub閚 San Sebasti醤 durante la dictadura de Ongania, quien entreg las Obras Sociales a los sindicatos. Tambi閚 sucedieron deformaciones escandalosas como el vaciamiento del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE), cuya quiebra fraudulenta no pudo ser ejecutada y sus deudores no pudieron ser embargados, entre ellos la conocida entonces como 揚atria Contratista, so pretexto que la misma hab韆 contribuido a la campa馻 electoral del Radicalismo, por cierto una vergonzosa explicaci髇 que no trascendi p鷅licamente, y que nunca fue judicialmente investigada.
Estas capitulaciones y estos contubernios partidarios pusieron a la intelectualidad universitaria de todo el pa韘 de rodillas frente al creciente dominio del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) y de los gerentes banco-mundialistas de los organismos internacionales (Banco Mundial-BID); y a sus docentes, alumnos e investigadores los puso a merced de un proyecto acad閙ico esencialmente contra-reformista y reacio a las libertades acad閙icas y a la igualdad de oportunidades de acceso a los claustros. Todos estos contratiempos combinados se fueron precipitando y engendraron una tabicada dirigencia partidaria originada en un proceso electoral indirecto (confirmada por la nueva legislaci髇 de las PASO), violatorio del tradicional voto directo; y enfrascada en una exclusiva y ef韒era competici髇 por candidaturas, totalmente inconducente para el ineludible debate pol韙ico a鷑 dolorosamente pendiente, y para la ingente necesidad actual --debido a lo cr韙ico de la coyuntura que se est atravesando-- de elegir un piloto de tormenta que cuente con su correspondiente estado mayor.
Se dec韆 en un escrito anterior con respecto a la ense馻nza y la investigaci髇, bajo la firma de Radicales Libres, y se reitera hoy, que en los organismos de ciencia y educaci髇 superior 搮han prevalecido las pr醕ticas de camarilla, la indiferencia suicida hacia la infraestructura material y digital del conocimiento [simularon fomentar s髄o el mejoramiento de la calidad educativa y cient韋ica], el canibalismo del bot韓 de guerra, las violaciones al r間imen de incompatibilidades y de conflicto de intereses, el culto demag骻ico a los pares evaluadores [crecientemente endog醡icos] en desmedro de los sabios consagrados (como es el caso en Alemania), la creciente fuga de cerebros, y el menosprecio por capitalizar las patentes y regal韆s en el pa韘 (se registraron 14 patentes del CONICET y 23 del INTA en las oficinas de USA). Y como consecuencia de estas pr醕ticas, la educaci髇 y la investigaci髇 p鷅lica y tambi閚 la privada, la terciaria y la universitaria, se ha visto conminada a operar 搮como reh閚 de un mecenazgo estatal sesgado que ha colonizado sus filas, y que ha segregado el entramado universitario [en casamatas o jaulas de silencio], mientras que la endogamia de su cuerpo docente [y de sus jurados acad閙icos], con su gangrena acumulada [que ha esclerosado la movilidad del mercado ocupacional de las profesiones universitarias], viene incrementando a escala descomunal la decadencia intelectual y moral de una verdadera nomenklatura acad閙ica
http://argentina.indymedia.org/news/2014/05/860199.php
A estas patolog韆s se debe a馻dir ese insistente af醤 de los dirigentes por disputar cargos y candidaturas sin cumplir el consabido cursus honorum en el estudio, la investigaci髇, y la formulaci髇 de programas modernos y democr醫icos. La derivaci髇 m醩 previsible de esa praxis para un partido es la de terminar alquilando intelectuales extra-partidarios, como se padeci en los dos 鷏timos gobiernos Radicales (Alfonsin-De la R鷄). Este desinter閟 del Radicalismo por llevar a los afiliados la posibilidad de ser escuchados, y de estimular a que se formen intelectualmente, ha engendrado pol韙icos diplomados que luego de su graduaci髇 universitaria desertan de aquellas pr醕ticas y vuelcan toda su libido en una militancia contaminada con clich閟, verbos inflamados, frases hechas, y caras 揳rrugadas de tanto sonre韗, pero esencialmente ausentes de todo contenido, memoria, autocr韙ica y aut閚tico compromiso. De una forma a鷑 m醩 perturbadora, esos pol韙icos vuelcan su libido en la construcci髇 de clientelas, reciprocidades, listas s醔anas y alianzas espurias; aprovechan los partidos como agencia de colocaciones; cultivan un seguidismo a la autoridad medi醫ica en la conformaci髇 de la agenda pol韙ica, y tambi閚 una concepci髇 patrimonialista y una pr醕tica vedettista y personalista del poder acompa馻da por una memoria hist髍ica fragmentada y casi nunca interpelada. Pero lo que es agraviante en casos cada vez m醩 reiterados, es un obsceno e ilegal modus operandi para la acumulaci髇 material y el privilegio econ髆ico.
En suma, la t醕ita negativa de las autoridades partidarias a respetar la democracia interna consultando al afiliado, priv de representatividad a sus dirigentes y los indujo a censurar y abusar de la dignidad de sus integrantes, a auto-promoverse en el escalaf髇 del poder, y a perpetuarse en 閘, para s髄o administrar la decadencia y someterse al alineamiento autom醫ico con las pol韙icas y programas de los organismos internacionales; sin poder o querer interpelar su memoria hist髍ica ni movilizar intelectualmente al Radicalismo; y algunos dirigentes sin siquiera poder acreditar --para legitimar su representaci髇-- un historial de lucha contra la corrupci髇, la mentira y la opresi髇, clara muestra del proceso de disgregaci髇 en que desgraciadamente se encuentra inmersa la Uni髇 C韛ica Radical (UCR).
Eduardo R. Saguier
http://www.er-saguier.org