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La memoria explotó en las calles rosarinas
Por Indymedia Rosario -
Friday, Mar. 25, 2016 at 5:23 PM
rosario@indymedia.org
Este 24 de marzo la más masiva movilización en conmemoración del golpe genocida recorrió la ciudad. A 40 años del inicio de la dictadura cÃvico militar, cálculos a todas vistas humildes arrojaron la cifra de 40 mil personas marchando. La realidad es que los casi 3 kilómetros de Plaza San MartÃn al Monumento a la Bandera, estuvieron repletos: gente entraba al sitio histórico rosarino, mientras aún miles esperaban salir de la plaza e iniciar el trayecto. Se hizo una sola marcha y dos actos: uno al interior del Monumento y otro de algunas organizaciones de izquierda, fuera del mismo.
Decenas de miles de personas marcharon ayer en Rosario para decir Nunca Más a la dictadura militar, por el sostenimiento de los juicios a los genocidas y su extensión a los responsables civiles (entre ellos grandes empresarios que sostienen al día de hoy su gran poder), en repudio a la presencia del Presidente de Estados Unidos Barack Obama y contra las políticas represivas y de ajuste del gobierno de Mauricio Macri.
Pese a las idas y vueltas, Rosario logró mostrar nuevamente una marcha unitaria, con actos finales separados.
El abogado Norberto Olivares es parte del Movimiento Amplio de Izquierda (MAIZ) y consideró central que para pensar el 40° aniversario, “hay que ver las cuatro décadas, más allá de los elementos particulares de la coyuntura. La dictadura reconvirtió el país en forma regresiva, hoy vivimos una sociedad más pobre económicamente y degradada moral y éticamente, vapuleada por la precarización laboral, los pibes asesinados en las barriadas populares, controlados, hostigados, muertos en las cárceles de los trabajadores, la lucha de nuestros viejos, la heroica lucha de los trabajadores”.
Para ese sector, el objeto central de marchar fue repudiar esa realidad que “inició la dictadura y continuaron los gobiernos elegidos constitucionalmente que más allá de los matices y criterios o estilos de gestión, remacharon la extranjerización, la concentración económica”. Olivares destacó que además se conmemoran este 2016 10 años de la segunda desaparición del militante y testigo en juicios por crímenes de lesa humanidad, Jorge Julio López. “Estamos presentes por lo que pasó y el compromiso con lo que está pasando que es de una gravedad tremenda”.
En cotraposición, para Laura Ferrer Varela, Secretaria General de la COAD, ex detenida y querellante en juicios por crímenes de lesa humanidad, más que el aniversario, es la coyuntura la que invita a hacer balances. “Esta marcha tiene que mostrar que el pueblo quiere que sigan los juicios y que no queremos nunca más despidos, ley antiterrorista, protocolo antipiquetes. Queremos paritarias, universidad libre y pública, estudiantes que no tengan que pagar. Debemos sostener y defender esos derechos que tanto nos costó conquistar. Entre lo que nos costó 30 mil compañeros que no están y todos los que estuvimos presos detenidos. Para que no se repita tenemos que estar en la calle todos juntos”, consideró.
Por su parte, la Presidenta Nacional de la APDH, Norma Ríos, analizó que “la marcha es enorme porque además de responder a un cambio de gobierno notorio en torno a avances sobre derechos de trabajadores y el pueblo en general, creo que el repudio mayor esta dado por el odio generalizado a la presencia de Obama un 24 de marzo en la ex ESMA y ver un presidente argentino empezando una disertación en inglés, como en la película de la Patagonia Rebelde. Fue totalmente innecesario, podría haber venido otro día”. La histórica referente de los organismos de derechos humanos ponderó la presencia de jóvenes y niños en la marcha: “hace que tengamos la ilusión de que el pueblo tiene calado en su ser que hubo terrorismo de estado genocidio y no tiene que pasar nunca más”.
Desde el sector obrero privado, el Secretario General del Sindicato Aceitero de Rosario, Adrián Dávalos, aseguró: “cómo no marchar, teniendo en cuenta que en ese golpe del 76, nos llevaron a los mejores dirigentes sindicales que hemos tenido. Es la mejor manera de honrar a esa gente que, sabiendo que podía perder la vida, peleó por sus ideales”.
Cerca de los aceiteros, aparecieron con las características remeras verdes los referentes de la intervenida y disuelta seccional Rosario de ATILRA. Pese a no ser ya muchos parte del gremio, por los despidos acordados entre la comisión directiva nacional del sindicato y las patronales lácteas, marcharon en conjunto recordando el planteo de que “un sindicato no son ni uno ni cien edificios”. “Esto es memoria y conciencia, más allá que no estemos más como seccional. Una fecha como hoy todo el mundo debe marchar para que no vuelva suceder. Que se sienta en el mundo el nunca más a una dictadura. Que estemos acá con los compañeros, es por lo que sembró en su momento el gremio ideológicamente, formando a los compañeros para tomar conciencia y a la hora de marchar, marchemos juntos”, aseguró el último Secretario Adjunto de la Seccional Rosario, Ariel Chávez.
Con el avance de gobiernos neoliberales en toda Latinoamérica, preocupa mucho a los organismos de derechos humanos la continuidad de los juicios a los genocidas. Y más aún la posibilidad de extender esos procesamientos a los responsables civiles, muchos de ellos de grandes empresarios que sostienen hasta hoy su hegemonía política y económica. Tal es el caso de gigantes como Ingenio Ledesma, Acindar o Molinos Río de la Plata.
En este punto coincidieron todos los consultados: la única garantía de la continuidad de los juicios es la movilización amplia y unitaria en las calles exigiéndolo. Para la referente de APDH es necesario acelerar y profundizar los juicios y que los genocidas vayan a prisión efectiva a la par de la lucha “por los despidos, el hambre del pueblo y tantas cosas que se van a profundizar a corto plazo”. Para Olivares, el mantenimiento de los procesos judiciales “depende de la amplitud y anchura del campo popular. Cuando el reclamo y la movilización se achican, se ensancha la impunidad”.
Por su parte, los partidos de izquierda hicieron eje fundamental en las redes de complicidad y continuidad del aparato represivo que los gobiernos constitucionales no desmantelaron. Lo cual, consideraron, no sólo habilitó el ingreso al poder de Macri sino la represión estatal sumada a la cada vez más injusta distribución del ingreso. En esa caracterización, hicieron más énfasis que otros organismos de la responsabilidad de los gobiernos kirchneristas, en tanto si bien reconocieron avances, consideraron que no fueron de la profundidad necesaria y hubo contradicciones expresas en leyes como la Antiterrorista o el Proyecto X para espiar luchadores populares. Incluso, señalaron la falta de una intervención real para desestructurar el poder consolidado en dictadura de la Policía Bonaerense, la Secretaría de Inteligencia, entre otras entidades que expresaron lo peor del terrorismo desplegado desde el Estado.
Pese a las diferencias mencionadas, vale resaltar y valorar los esfuerzos por sostener la marcha unitaria a 40 años del golpe genocida, que fue amplia, heterogénea, masiva y profundamente sentida no sólo por la militancia, sino por la población en general, ‘los sueltos y las sueltas’ que cada 24 van quizás por única vez en el año a movilizarse.
El economista Sergio Arelovich consideró que, en materia económica, “la cuestión de fondo es que la democracia pos dictatorial no se planteó modificar las cuestiones estructurales de fondo que sostienen al capitalismo argentino y que, ante la coyuntura de cambio de mayorías políticas, permiten poner el vilo los derechos alcanzados no por los gobiernos sino por el pueblo en general”.
Entre esos resabios de nodal importancia resaltó las reglamentaciones dictatoriales en torno a entidades financieras, inversiones extranjeras, de funcionamiento y creación de sociedades, régimen de concursos y quiebras modificadas para peor en los 90, el código minero, el código aduanero y la ley de medios que se intentó modificar con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y el macrismo volvió a foja cero. Leyes entre comillas creadas en gobiernos inconstitucionales que siguen rigiendo áreas nodales de la vida social, política y económica.
Como cada año, el grupo Arte por Libertad realizó diversas intervenciones a lo largo del trayecto de la marcha. Entre ellas la denuncia por el robo de bebés en la explanada que la Maternidad Martin comparte con el CEMAR y la restauración del mural en Pasaje Juramento que, sin dudas, fue el más bello de todos estos años.
Rodolfo “Mono” Saavedra, reconocido muralista local y fundador del grupo de artistas, creador entre otros símbolos de la hormiga que inunda paredes y calles, consideró que “hace un montón de años que venimos manifestándonos cada vez mejor, manteniendo en vigencia la lucha del pueblo, más ahora con esta oleada neoliberal de derecha en toda Latinoamérica”.
Consultado sobre por qué darle continuidad a estas participaciones de pinturas y colores definió: “consideramos que el arte es parte de la resistencia. Mostramos desde este punto de vista los reclamos. Nos sentimos orgullosos de pertenecer y permanecer. Ojalá sigamos y se reproduzcan las pintadas, los murales y la manifestación gráfica popular”.
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