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La senda mapuche: Un camino de racismo, exclusi贸n y resistencia
Por ((Ivpress)) -
Tuesday, May. 13, 2003 at 11:00 AM
鈥淭oda la pol铆tica que se aplica desde el Estado apunta a hacer desaparecer ideol贸gicamente a los pueblos originarios. La campa帽a de exterminio que se gener贸 el siglo pasado no pudo ser aplicada en su totalidad y por lo tanto nuestra existencia es una realidad que el Estado acepta como irremediable. Lo que s铆 se busca es hacernos desaparecer en el aspecto cultural-ideol贸gico, como estructura de pensamiento, como sistema de vida.鈥 (Jorge Nahuel werken - mensajero - de la Coordinaci贸n de Organizaciones Mapuche de Neuqu茅n)
A fines del siglo pasado el conquistador criollo, el europeo fracas en el intento, inici la ocupaci髇 militar del Wallmapu (Territorio Mapuche) y el sistem醫ico genocidio del Pueblo Mapuche. La matanza que cubri de sangre la regi髇 m醩 austral de Am閞ica del Sur fue bautizada con eufemismos: en la Puel Mapu (Tierra del Este, Patagonia argentina) se la llam 慍onquista del Desierto (1879); en la Gulu Mapu (Tierra del Oeste, actuales Octava, Novena y D閏ima Regi髇 de Chile) 慞acificaci髇 de la Araucan韆 (1882). As se consolid la fase principal de la segunda conquista de esta regi髇 de Am閞ica, la llevada adelante por los estados nacionales. Pero a pesar de tanta muerte este pueblo sigue vivo a ambos lados de la Cordillera de los Andes, casi dos millones de mapuche distribuidos en todo su territorio lo confirman.
La idea de 慸esierto, utilizada a fines del siglo XIX se manifiesta hoy en aras de la tercer conquista, la llevada adelante por los capitales globales. Los estados nacionales obvian nuevamente la existencia de los ind韌enas o los condenan a una muerte lenta. En la Gulu Mapu, por ejemplo, los mapuche han sido confinados a la marginalidad y la extrema pobreza tras la confiscaci髇 sistem醫ica de su territorio y sus recursos. En la actualidad los guluche sufren los 韓dices m醩 altos de mortalidad infantil, desnutrici髇, desocupaci髇 y alcoholismo de todo Chile. Seg鷑 el 鷏timo estudio estad韘tico sobre la pobreza en aquel pa韘, por la falta de atenci髇 m閐ica, alimentaci髇 y salubridad, es decir, condiciones b醩icas de vida, los originarios viven 10 a駉s menos que los chilenos.
Estas pol韙icas de exterminio 慸emocr醫ico no son aplicadas solamente en detrimento del Pueblo Mapuche, actualmente el 35,6% de la poblaci髇 ind韌ena en el estado chileno se encuentra por debajo de la l韓ea de pobreza. Es decir, los m醩 pobres entre los pobres. Estas estad韘ticas son una evidencia m醩 de la institucionalizaci髇 del racismo en aquel pa韘.
Si bien no disponemos de estad韘ticas, el racismo institucional en la Puel Mapu est a la vista. Cualquier persona que visite una ciudad patag髇ica ver que los barrios perif閞icos de 閟tas, es decir, los que carecen de la infraestructura necesaria para el buen desarrollo de sus habitantes, son poblados mayormente por mapuche. Al mismo tiempo, como una muestra de ilimitada perversi髇, sobre esta marginaci髇 los partidos pol韙icos montan su maquinaria clientelar. Uno de los pilares del Movimiento Popular Neuquino fuerza populista que desde hace m醩 de 30 a駉s dirige los rumbos de esa provincia norpatag髇ica era, y en parte sigue si閚dolo, el voto salido de las comunidades ind韌enas. La pobreza estructural que el MPN generaba y genera, era y es explotada para ganar las elecciones. Lo mismo hacen los partidos Justicialista y Radical en las provincias de La Pampa, R韔 Negro, Chubut y Santa Cruz.
LA EMERGENCIA PUELCHE-MAPUCHE
揕a situaci髇 de las masas ind韌enas en Am閞ica Latina es una de las mayores urgencias de la pol韙ica del continente. Emerge desde la historia profunda americana la exigencia de las voces ind韌enas. Jos Bengoa, La emergencia ind韌ena en Am閞ica Latina.
A fines de la d閏ada del 80 y principios de la del 90 comenz en la Puelmapu, un proceso de recuperaci髇 territorial. Un proceso que no s髄o se da al interior del Pueblo Puelche-Mapuche sino que se enmarca dentro de otro que engloba a todos los Pueblos Originarios del continente.
El soci髄ogo chileno Jos Bengoa denomin este proceso como 慹mergencia ind韌ena. Esta emergencia contempla otras reivindicaciones, diferentes o complementarias, de las que se expresaron durante m醩 de ochenta a駉s de pol韙icas indigenistas. Durante ese per韔do tanto desde sectores ind韌enas como no ind韌enas se buscaba la 慽ntegraci髇 del indio a la sociedad nacional. Las demandas abarcaban desde la adjudicaci髇 de tierras a mejoras de caminos y construcci髇 de escuelas y puestos sanitarios. Los reclamos de los originarios en nada se diferenciaban de los planteados por los pobladores rurales, el respeto a su identidad no figuraba, mucho menos sus derechos colectivos.
Por esos a駉s se acu馻ron frases tan bienintencionadas como nefastas: 揕os mapuches son los verdaderos due駉s de las tierras, porque son los primeros argentinos. Pero los mapuches no son ni due駉s de la tierra porque se consideran parte de ella ni argentinos ya que ese Estado junto al chileno le puso la soga al cuello , son mapuches. La diferencia fundamental est all, en las 鷏timas dos d閏adas la identidad se ha convertido en el eje de la lucha. Se siguen pidiendo mejoras de caminos, escuelas, etc., pero tambi閚 se habla de educaci髇 intercultural, de derechos territoriales, demandas propias de pueblos, no de campesinos.
La afirmaci髇 de la identidad y del derecho mapuche por parte de algunas organizaciones urbanas y rurales estimul la reconstituci髇 de buena parte de las comunidades mapuches existentes en la norpatagonia, 46 en la provincia de Neuqu閚 y 20 en la de R韔 Negro, que agrupan a alrededor de 11.000 personas.
Este 慺lorecer muchas veces se da en el marco de conflictos. Por ejemplo la comunidad Kaxipay (en Loma de la Lata) demand el reconocimiento estatal en medio del enfrentamiento con la petrolera Repsol YPF; lo mismo sucedi con las comunidades Gelay Ko (en Zapala) y Logko Purran (en Cutral Co) que enfrentan a otras petroleras Alberta S.A. y Pioneer S.A., respectivamente. Esta estrategia a la que apelan los mapuches para contar con una serie de instrumentos legales con los que enfrentar a corporaciones, terratenientes y al mismo Estado en la mayor韆 de los casos es acompa馻da por un movimiento reculturante. Es decir, junto a la demanda territorial algunas comunidades comienzan a recuperar tanto sus pr醕ticas comunitarias cotidianas como sus ceremonias: su cultura.
En el caso de esas tres comunidades se trata de grupos humanos que habitaron un lugar durante muchas d閏adas sin asumirse como comunidad mapuche y que al ser afectadas por la actividad petrolera demandaron el reconocimiento de sus derechos como pueblo. Pero tambi閚 se da el caso de familias que hace d閏adas fueron expulsadas de sus comunidades hacia las ciudades hoy deciden recuperar territorio para desarrollar all su cultura y afrontar de la mejor manera la crisis econ髆ica de la regi髇.
Si bien este proceso de recuperaci髇 territorial fue acompa馻do por un reconocimiento formal de los derechos de los pueblos originarios por el Estado, como siempre la legislaci髇 est condicionada a los intereses de los sectores de poder. En s韓tesis, m醩 all de las leyes a鷑 perdura la reticencia estatal a reconocer en la pr醕tica el derecho de las comunidades. Ante esta situaci髇 los mapuches recurren a la acci髇 directa, en la que intervienen varias comunidades adem醩 de la afectada directamente. Por ejemplo, en 1998, la comunidad Futa Huau (en Chubut) fue acompa馻da por sus pu pe駃 ka pu lamgien (hermanos y hermanas) de Gualjaina, Sierra de Gualjaina, Vuelta del R韔, Prane y de la ciudad de Esquel cuando decidi cortar los alambrados que la separaban de 1000 ha. de su territorio.
Esta negaci髇 estatal se profundiza a鷑 m醩 con la crisis econ髆ica que atraviesa la Argentina. Al avance de los terratenientes y las corporaciones transnacionales sobre el Wajmapu, que se acentu en las 鷏timas d閏adas, se suma la posibilidad de que en los pr髕imos meses el Estado nacional y provincial comience a vender 憈ierras fiscales para generar recursos y paliar dicha crisis. 慣ierras fiscales que en muchos casos son comunidades mapuches sistem醫icamente desconocidas por el Estado.
Hern醤 Scandizzo
Chubut, agosto 2002
Publicado en el fanzine espa駉l Ecotopia