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KOLLASUYU : Los Pueblos Indios y el Estado de Bolivia
Por Asunciòn Ontiveros Yulquila - Wednesday, Jun. 09, 2004 at 6:30 PM
yulquila49@yahoo.com.ar

La Paz 7 de junio de 2004

La Paz, junio de 2004 : En la Plaza principal de la ciudad de La Paz, al frente del Palacio Quemado, grabado en una piedra se expone la declaración histórica de la Junta Tuitiva del 16 de junio de 1809 que describe la realidad de las relaciones entre criollos (hijos de españoles en la colonia) y españoles (nacidos en la metrópoli) : « Compatriotas : Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno de nuestra patria : hemos visto con indiferencia por más de tres siglos sometida nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de un usurpador injusto que degradándonos de la especie humana nos ha mirado como a esclavos : hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupedez que se nos atribuye el inculto español, sufriendo con tranquilidad que el mérito de los americanos haya sido siempre un presagio cierto de humillación y ruina. Ya es tiempo, pues, de sacudir yugo tan funesto a nuestra felicidad como favorable al orgullo nacional español. Ya es tiempo de organizar un sistema nuevo de gobierno fundado en los intereses de nuestra patria altamente deprimida por la bastarda política de Madrid. Ya es tiempo en fin de levantar el estandarte de la libertad en estas desgraciadas colonias adquiridas sin el menor título y conservadas con la mayor injusticia y tiranía. Valerosos habitantes de La Paz y de todo el imperio del Perú, revelad vuestros proyectos para la ejecución, aprovechaos de las circunstancias en que estamos, no miren con desdén la felicidad de nuestro suelo, no perdaís jamás de vista la unión que deber reinar en todos, para ser en adelante tan felices como desgraciados hasta el presente » .

Los pueblos indios no fueron consultados ni formaron parte de la reflexión y acción política independentista de principios del siglo XIX, fueron simplemente soldados y guerreros para pelear en el campo de batalla, dirigidos por generales o mariscales descendientes de españoles o bien por españoles que renunciaban a la metrópoli. Otros, eran obligados a luchar a favor de las tropas colonialistas. Habían transcurrido solamente 18 años de la insurgencia libertaria de Tupaj Amaru y de Tupaj Karari. La represión genocida, el racismo y el etnocidio español habían dejado secuelas profundas en las estructuras de los pueblos indios. Los cuerpos de los indios rebeldes y libertarios fueron descuartizados, trozados, expuestos en plazas, quemados y sus cenizas exparcidas. Sus familias fueron aniquiladas, sus viviendas destruidas y rociadas con polvo de sal los escombros.

Transcurrieron 195 años de aquel 1809. En 2004, la situación de los pueblos indios en la República de Bolivia no ha variado. Actualmente constituyen la base de la injusta pirámide cultural, social, económica y política. Los indios, sean aymaras, kishwas o guaranies están en todas partes de la vida cultural, social y económica del país. Llenan las iglesias católicas, los templos « evangélicos », son mayoría en las fiestas pupulares, son arte y parte de la diversidad cultural con trayectoria milenaria, son los que llenan las cárceles degradantes de la condición humana, los que integran las tropas básicas de las fuerzas armadas, los que extraen los minerales de los socavones, los que son expoliados en los cañaverales, los que conforman los mercados « informales » y formales, los que movilizan la economía desde y hacia los cuatro puntos cardinales de la ciudad de La Paz, los que participan en las elecciones generales para elegir gobernantes, los que heredan los símbolos y valores prehispánicos, los que atraen a los turistas del mundo internacional. Pero, ellos no son los que deciden por el presente y futuro del país y del Estado.

El 6 de agosto de 1825, en términos jurídicos, sociales, culturales, económicos y políticos no significa emancipación para los pueblos indios. Al contrario se institucionalizaron los vicios feudales que el poder económico, clerical y militar « independentista » heredaba de la colonia española. A nivel mundial en esos años, en los paises centrales, llámese España, Francia o Inglaterra, los poderes absolutistas, déspotas y colonialistas habían restaurado el status quo y el liderazgo que poseían antes de la Revolución Francesa. Los revolucionarios independentistas de la nuevas repúblicas, en las Américas estaban siendo asesinados, desterrados o marginados. España intentaba recuperar sus excolonias con nuevas invasiones. En ese contexto, los nuevos amos de la naciente República de Bolivia, económicamente optaron por continuar gozando de los priviligios y riquezas que otorgaba el modelo de expoliación a los pueblos indios y sus territorios.

Políticamente decidieron vivir de la sangre y sudor del indio, tal como ocurría durante la colonia. El nuevo Estado nacía como un parásito de los pueblos indios. El nuevo amo de los mares y de las riquezas de la hoy llamada latinoamérica era Inglaterra. La economía, la política interna y las relaciones internacionales dependían de los « intereses y derechos » de la Gran Bretaña y de sus aliados centrales. España actuaba igual que actúa actualmente a lado de los Estados Unidos de W. Bush y su política imperialista dentro de Irak, era defensora de los intereses del sistema católico y de la propiedad « privada » de los exsúbditos de sus excolonias. Los pueblos indios pasaron a formar parte del sistema productivo económico dependiente de los paises centrales : ser esclavos modernos del Estado oligárquico, productor de materias primas y comprador de productos manufacturados de las metrópolis europeas. El sistema económico colonial se había restaurado y así continúa hasta mediados del siglo XX en que se comienza a avisorar los ideales de la utopía socialista : liberar a Bolvia de su deshumanizador atraso y de su economía con vicios feudales.

Los pueblos indios, sobre todo del mundo andino significaban potenciales amenzas para el sistema republicano neocolonial establecido. Las reivindicaciones de los « jaqis » y « runas » en las áreas rurales eran mediatizadas por los partidarios de las perspectivas socialistas. La iglesia católica, las fuerzas armadas, los « empresarios mercantilistas » y los partidos oligárquicos tendían lazos de comunicación con los Estados Unidos para la salvación de la ola « atea y comunista » que se proyectaba por el planeta. La « guerra fría » ya estaba en pleno desarrollo. En 1952 los indios derrotan al sistema necolonial con el uso de las armas, pero los que poseen el proyecto o las perspectivas de la revolución eran la cúpula intelectual del Movimiento Nacionalista Revolucionario, MNR. Entre rezos, hostias y posturas anti-indias se decide denominar « campesinos » a los indios; acto seguido se autoriza la minifundización de la tierra en poder de los señores terratenientes feudales. Las medidas no eran para liberar al indio, sino para aumentar las recaudaciones del fisco, porque los terratenientes no contribuían al Tesoro del Estado, estaban excentos. Los indios no eran considerados como pueblo o cultura, sino como piezas de cadenas productivas o del sistema recaudador de tributos.

El modelo de la nacionalización de la exploración, la explotación, la industrialización y la comercialización imperante en los paises del llamado « Tercer Mundo » en la década de 1950, para los recursos de sobresuelo y subsuelo, renovalbles y norenovables, lleva al primer gobierno revolucionario del MNR a nacionalizar a las empresas de capitales extranjeros que expoliaban los recursos naturales en un marco colonial absurdo. Ese aire de nacionalización también le toca a los pueblos indios, que fueron « nacionalizados » como « campesinos » porque el Estado requería de sus tributos como pequeños propietarios ; para asegurarse el manipuleo de los flamantes campesinos fueron sindicalizados como si fueran trabajadores, y no como propietarios autonómos. La educación, la salud, la infraestructura, la distribución de la riqueza del Estado en la mayoria de la población, los pueblos indios, nunca se materializaron porque sigue estando presente la mentalidad colonial en las élites de los tracionales partidos políticos. Un ejemplo, a fines del siglo XX, los gobiernos de turno, anuncian la « educación bilingue » cuando en la realidad real la mayoria de los habitantes indios de Bolivia son bilingues, incluso trilingues. Siempre las perspectivas de los gobiernos están en confrontación con la realidad, los intereses y derechos de los pueblos indios.

A finales de década de 1980 y a principios de los 90, la caida del muro de Berlín y la desintegración de la exURSS como potencia bilegerante en el orden fáctico mundial, hace que el neoliberalismo salvaje se imponga en el Planeta. El « final de la historia y el de las ideologías », que propone la ideología de la « globalización » hizo posible que el Movimiento Nacionalista Revolucionario, con la labor intelectual del fugado expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, educado y formado en los Estados Unidos, haya entregado en concesión territorios y recursos naturales a las empresas transnacionales, con el argumento de la « capitalización ». Los principales partidos políticos opositores imperantes, MIR, ADN y MBL estuvieron de acuerdo con la enajenación de los recursos, menos los pueblos indios, que desde la invasión de los españoles siempre reivindican sus territorios y recursos, como también ser parte activa del ejercicio del poder político.

En las elecciones llevadas a cabo a principios de 2002, el establishment cultural y económico, « globalizados », con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos y de los medios de comunicación alienados con la república criolla, oposieron y calumniaron contra los partidos Movimiento al Socialismo y Movimiento Indígena Pachacutec. Los aymaras Evo Morales y Pelipe Quispe Machaca, sin estructuras partidarias ni aparatos financieros, lograron el apoyo de la mayoría y pusieron en jaque al Estado criollo. El Estado queda desnudo e impotente ante la decisión soberana del electorado de apoyar a los indios para conducir el destino de la República. Evo Morales es el segundo candidato más votado. Gonzalo Sánches de Lozada gana por un estrecho margen de votos. La presidencia debe se ocupada por el « ganador » de las « negociaciones » dentro del Congreso, que en la práctica es la repartición criolla del poder de la República. El MNR y el MIR se asocian y deciden en el Congreso que el presidente sea el licenciado en filosofia y letras Gonzalo Sánches de Lozada, y vice, el periodista Carlos Mesa Gisbert.

En setiembre de 2003, en un contexto de debate abierto por el transporte de gas natural a los Estados Unidos vía Chile, se produce un enfrentamiento en Warisata entre comuneros aymaras y las fuerzas del orden estatal. La policía produce muertes en su intervención y metralla contra el edificio de la Escuela Normal. La noticia se propaga por el mundo indio, y muy pronto, las movilizaciones populares y las reivindicaciones de los vitales recursos naturales, justicia social e histórica y la refundación del Estado, asediaron la ciudad de La Paz. El 17 de octubre, en un ambiente manchado de violencia y de sangre, Gonzalo Sanchéz de Losada renuncia, y el pueblo en general logra un hecho histórico : La realización de un referendum vinculante para decidir por el futuro de los recursos naturales vitales; y la convocatoria a una Asamblea Constituyente para la construir una nueva Carta Fundamental, en la que estén incluidos la mayoría de los habitantes de Bolivia, los pueblos indios.

El Kollasuyu, Bolivia, es el foco de atención de los pueblos indios que existen en las Américas. También lo es para los Estados « latinoamericanos », los Estados Unidos y para España en particular, por ser un país sin petróleo ni gas, pero propietaria de REPSOL, transnacional con derechos adquiridos para explorar, explotar y comercializar los hidrocarburos de Bolivia. REPSOL tiene gas y petróleo e intereses en la Argentina, Bolivia y Chile, como producto de las privatizaciones o "capitalizaciones" realizadas desde antes y después del año 1992. Los « 500 años del encuentro entre dos mundos » significó para que las oligarquías hispanófilas neocoloniales entregaran el patrimonio de los pueblos indios a la « madre patria ». Estados Unidos y España están presionando a través de diversos medios ilegales y mercenarios para conquistar la voluntad de los dirigentes indios, o provocar las divisiones internas y las disidencias. Ni a la Argentina, Brasil, Chile o Perú, paises vecinos de Bolivia, les satisface que un o una aymara o kishwa arribe al Palacio Quemado del Kollasuyu. La descolonización está en proceso de construcción. El próximo 18 de julio se realiza el referendum vinculante para decidir el destino de los recursos naturales. De ganar el NO los pueblos indios habrán dado un paso importante hacia la refundación de la República, que se materialzará con la Asamblea Constituyente.

En el actualidad la presencia de los pueblos indios en el Congreso Nacional de la República es insignificante. En la Cámara Legislativa de senadores, de un total de 27 escaños, sólo siete senadores que responden al MAS pueden tener posturas proindias.En la Cámara Legislativa de diputados, de un total de 130 escaños, sólo seis diputados pertenecen al Movimiento Indígena Pachakutec, y doce diputados al Movimiento Al Socialismo. En la balanza del Congreso, el peso favorece a la República criolla, la que continúa sosteniendo las clásicas frases racistas del poder y de Gonzalo Sánches de Lozada emitidas durante el llamado « octubre negro »: « Estos indios sólo necesitan prebendas para tenerlos tranquilos » ; « cómo es posible que estos ignorantes ganen. No puedo renunciar » . A la élite criolla y oligáquica le cuesta siglos aceptar que un Estado debe adecuarse a la realidad de los pueblos, y no a la voluntad apriorística de un puñado de vendepatrias neoliberales, enemigos históricos de los pueblos indios.

RUMI HUMA

rumahuma@yahoo.com

Revista « Pueblo Indio » ; Dirección CEA- CISA.

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