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Según los arqueólogos, el cementerio de Punta Canal ya estaba destruido; hay más sitios
Por Pablo Badano / Indymedia Pueblos Originarios -
Thursday, Dec. 18, 2008 at 11:07 PM
pabloindio@gmail.com; originarios-arg@indymedia.org
-Ante las denuncias a los medios, EIDICO financió estudios arqueológicos
en el yacimiento Punta Canal, en Tigre.
-La campaña de rescate recogió más de 10 mil piezas que serán estudiadas
durante un año en el INAPL.
-El sector de inhumaciones ya estaba destruído por obras del Estado y de
EIDICO, según creen los arqueólogos Daniel Loponte y Alejandro Acosta.
-El sitio está en tierras de la ONABE, pero "en la práctica ya es nuestro",
declaró O'Reilly, directivo de la empresa.
-Según la Iglesia Católica, en el lugar se construirá el Convento de
las Hermanas Mater Dei.
-Detectaron otro sitio en tierras del futuro barrio privado San Rafael,
y habría varios más.
-En Baradero, un cementerio indígena del siglo XVII en peligro fue protegido
por la comuna y la Provincia.
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O'Reilly:
"Gracias a ustedes nos enteramos que esto podía existir"
Fotogalería: Piezas rescatadas
Informe previo:
Asesor del Jefe de Gabinete de la Nación arrasa cementerios indígenas
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AL RESCATE. El
especialista Alejandro Acosta observa. La campaña se extendió
10 días. (Rulo / Subcoop)
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Los alrededores del Canal Villanueva, que separa Dique Luján y Villa La Ñata,
son ricos en yacimientos arqueológicos. También es el lugar elegido por EIDICO
para desarrollar el complejo de barrios privados náuticos Villa Nueva.
Hace 10 años, las obras del countrie Santa Catalina destrozaron el sitio
Garín 1, de mil años de antigüedad y con enterramientos humanos. El megaemprendimiento
siguió creciendo -ahora son 11 barrios que ocupan una extensión de 850 has conquistadas
al humedal del Paraná inferior- y puso más sitios en riesgo. Graciela Satalic,
vecina de Ingeniero Maschwitz, vela desde hace 4 años por el destino de los yacimientos
del norte de Tigre y sur de Escobar, que guardan la memoria de los pueblos que
habitaron el territorio bonaerense antes de la invasión europea. Sus insistentes
denuncias, que este medio difundió en noviembre, lograron evitar una nueva destrucción
impune del patrimonio cultural de la región.
EIDICO dijo enterarse de la existencia del sitio Punta Canal a través
de Indymedia y se comunicó con el Instituto Nacional de Antropología
y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), responsable del patrimonio arqueológico
del país. Jorge O' Reilly, del consejo directivo de la desarrolladora y
asesor del Gobierno Nacional, expresó su voluntad de colaborar con un plan de
rescate, y a los pocos días se firmó un acta entre ambas entidades. Debido al
apuro manifestado por O' Reilly, la campaña comenzó el 3 de diciembre y
finalizó el último fin de semana. A modo de balance, el arqueólogo Daniel Loponte
explicó: "Logramos el objetivo que era tener un buen muestreo del sitio y excavar
lo que se podía". Las estudios corroboraron que el 70% o 80% del yacimiento
ya estaba destruido por el terreplén ferroviario debajo del cual se encuentra
y, principalmente, por la prolongación del Canal Villanueva -obra realizada
en el 2000 por EIDICO para hacer el ingreso al barrio Santa Catalina.
"Una de nuestras ideas era poder detectar el cementerio pero se ve que ya estaba
destruido", explicó el especialista del INAPL -dependiente de la Secretaría
de Cultura de la Nación-, quien informó que no se encontraron restos humanos.
La campaña recolectó más de 10 mil piezas arqueológicas, entre fragmentos
de céramicas y restos de fauna (guanaco, ñandú, venado, ciervo de los pantanos,
comadrejita, iguana y peces), además de algunos instrumentos de hueso y roca como
arpones, puntas de flecha, una mano de molino y punzones. "Un contexto arqueológico
muy muy interesante. El resultado fue sumamente positivo", evaluó Loponte,
quien desde hace 20 años realiza excavaciones en la zona. Las piezas serán estudiadas
durante un año o más en el INAPL, donde también serán restauradas las que
sean necesarias.
Según explicó el arqueólogo Alejandro Acosta, quien junto a Loponte
coordinó la campaña, los hallazgos son muy parecidos a las piezas obtenidas en
los sitios Anahí, de Escobar, y Garín 1, que estaba ubicado a menos
de 100 metros y fue destruído durante la construcción del barrio Santa Catalina
hace casi una década. Por ejemplo, "las cerámicas con decoración incisa de
estilo geométrico", apuntó. De esta forma, se estima que Punta Canal tendría
mil años de antigüedad, siendo ocupado por grupos étnicos que se trasladaban por
la llanura pampeaana y la zona del Delta, movimiento que a la llegada de los europeos
realizaban los Querandíes.
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SIN RESTOS HUMANOS.
El sector del cementerio ya había sido destruído. (Nicolás
Solo / Indymedia)
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Loponte destacó la repercusión que tuvo el caso. "Esto ha empezado a tomar
conciencia y estado público de una forma que antes no tenía. Nosotros fuimos a
tocar las puertas y nunca habíamos tenido respuestas", dijo a Indymedia.
Además del acuerdo con EIDICO, el Municipio de Tigre hizo saber
su deseo de exponer las colecciones que resulten de las investigaciones. Los funcionarios
incluso hablaron de hacer un museo específico de antropología y arqueología,
ya que hoy el partido no cuenta con uno.
Desde la perspectiva de los arqueólogos, la experiencia puede sentar un antecedente
positivo de cara a las empresas de la región, de forma tal que no le teman
al procedimiento. Loponte destacó que es la primera vez que se realiza
un acuerdo de este tipo en la zona. "Yo creo que fue una muy buena prueba piloto
para repetir. Hay dos cosas para rescatar: la presión de los medios y la Ley
25.743, que es una herramienta legal que antes no disponíamos", apuntó. El
especialista explicó: "Cuando vas a remover tierra para hacer un barrio, una autopista,
un gaseoducto, un canal, tenés que hacer un estudio de impacto arqueológico. Pero
no está contemplado 100%. Y en gran parte tenemos que apelar a la voluntad de
las empresas, que de hecho no pasa". "Hay que meterles en la cabeza a los empresarios
que tienen que hacer un estudio de impacto arqueológico", concluyó.
Aunque el especialista aclaró que tampoco cumplen con este paso los gobiernos
municipal, provincial y nacional. "¿Sabés cuándo hacen los estudios de impacto
arqueológico? Cuando hay un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) o del Banco Mundial, porque te lo exigen como condición", agregó.
Loponte lleva 20 años excavando en la zona norte del conurbano bonaerense:
"Acá canalizan una parte del río Reconquista, del río Luján, sacan un montón de
tierra a los costados del río que puede estar lleno de sitios, y no hay un estudio
de impacto arqueológico. Y vos vas a hablar y no tenés con quién. La verdad es
un desmanejo".
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PRIMER DIA. Se
desmalezó la barranca del Canal Villanueva para descubrir
el perfil del sitio. (Rulo / Subcoop)
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VETERANA. La
única camioneta del organismo responsable de velar por los
sitios. (Rulo / Subcoop)
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La Ley Nacional 25.743 de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, sancionada
en el 2003, contempla la posibilidad de preservar algunos sitios ubicados en terrenos
privados con el consenso de los propietarios o mediante la expropiación de los
predios, a través del Congreso Bonaerense, en este caso. "Si el sitio tiene
40 metros de profundidad, es imposible hacer una única excavación de rescate y
hay que preservarlo", decía Loponte antes de comenzar la campaña, aunque
desestimaba la posibilidad de la expropiación y se inclinaba por consensuar el
uso del espacio con EIDICO. Pero luego de unos días de trabajo, los arqueólogos
delimitaron el yacimiento con una extensión de 15 metros de largo, y un núcleo
de 10 metros, superficie sobre la cual se excavó (el resto se considera periferia).
"El 80 o 90% del sitio quedó removido, por nosotros o por el Canal y el terraplén",
explicó Loponte, quien agregó: "Si ni siquiera excavábamos este remanente,
no habría quedado nada".
Los trabajos en Punta Canal fueron financiados por EIDICO, quien
alterará con sus obras todo el sector donde se encuentra. Por ahora el costo es
de 12 mil pesos -podría duplicarse-, que incluyen el traslado de los especialistas
-se alquiló una casa quinta en Maschwitz- y los estudios posteriores como el fechado
radiocarbónico y los análisis polínicos, entre otros. El equipo de trabajo de
la campaña estuvo compuesto por 10 personas: los arqueólogos Daniel Loponte,
Alejandro Acosta, Natacha Buc, Bárbara Mazza, Javier Musali
y Leonardo Mucciolo; y los colaboradores Ezequiel Díaz, Carlos
y Diego Digiácomo, y Graciela Satalic.
El INAPL, sin presupuesto para este tipo de tareas, aportó una camioneta,
la única que tiene para todo el país. También están al tanto del proceso
desde el Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico,
del Instituto Cultural Bonaerense, quienes recibirán una memoria técnica
de las tareas llevadas a cabo.
Hacia O'Reilly y EIDICO hubo sobradas muestras de conformidad por
parte de los especialistas, quienes sin financiamiento privado no hubieran podido
realizar estudios en Punta Canal. "Ojalá todas las empresas hicieran como
EIDICO", dijo Loponte; "No tenemos nada que decir de Jorge O'Reilly,
él realmente no sabía que había un sitio arqueológico", aseguró Acosta,
ambos con más de 20 años excavando en la zona.
Un sitio cercado por emprendimientos privados
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CAMBIOS. Las
obras en San Benito, el barrio en homenaje al Papa Benedicto
XVI. (Nicolás Solo / Indymedia)
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El yacimiento arqueológico fue localizado debajo de un terraplén ferroviario de
principios de siglo XX que atraviesa el paraje Punta Canal, a pocos metros de
la desembocadura del arroyo Garín. Al lugar se lo conoce así porque allí terminaba
el Canal Villanueva, hasta que EIDICO en el 2000 prolongó el curso de agua
para hacer la entrada al barrio Santa Catalina -el primer lanzamiento
del complejo Villa Nueva.
En las inmediaciones del sitio también estuvo alguna vez la parada intermedia
Kilómetro 4, del ramal que corría de Ingeniero Maschwitz (Escobar) hasta
Dique Luján (Tigre). Hoy es un lugar concurrido por pescadores de las localidades
cercanas, al que se accede por la calle Brasil -desde la ruta 26 o desde la calle
América de Dique Luján, que es la continuación del terraplén del otro lado del
arroyo Garín. El único acceso posible en automóvil es desde Benavidez, pero el
camino del terreplén quedó adentro de los barrios privados San Marco y
San Benito, lo que es motivo de litigio judicial por parte de uno de los
vecinos.
"EIDICO SA y los propietarios de los lotes de San Marco y San
Benito están encerrando a los vecinos de la calle Brasil. No construyen las
calles perimetrales y ocupan ilegalmente las tierras del ONABE. Son todos
responsables por los daños y perjuicios. Lo que no pague EIDICO lo van
a tener que pagar los propietarios de los lotes. Consultar EXP. 4021/1998
y 3707/1998 ante ONABE y EXP. 29333/2008 de trámite en Juzgado
Civil Nro. 73 de la Capital Federal", denuncia un volante distribuído por
Carlos Arrambide, mecánico del Club del Cytröen Citronorte.
Según O'Reilly, la ley dice que los propietarios de predios contigüos tienen
derecho a adquirir las tierras que administra la ONABE. "Si nadie lo reclama",
retrucó Charly a través de este medio. "El Estado somos todos. Y yo también
lo estoy reclamando", explicó el mecánico de Citronorte, quien tiene su
vivienda y taller en el lugar. El 16 de julio, el juez Cesar H. Cozzi Gainza
ordenó a EIDICO abstenerse de realizar cualquier tipo de obra en las parcelas
415A y 329A que puedan obstaculizar el trazado correcto de la calle perimetral,
de manera tal que quede garantizado el acceso al domicilio de Arrambide
por fuera del emprendimiento. Sin embargo, Indymedia corroboró el 13 de
diciembre que se habían cavado dos pozos en el camino del terraplén, incumpliendo
la medida judicial.
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BLOQUEADO. EIDICO
se apropió del antiguo terraplén ferroviario. (Nicolás Solo
/ Indymedia)
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El directivo de EIDICO reconoció que la transferencia está en trámite en
la ONABE, pero dijo que "en la práctica ya somos dueños". Tan es así, que
la empresa acordó como propietaria la campaña arqueológica con el INAPL y
a los ojos de todos, instruyó a un operario de Leymer -la constructora
que trabaja con EIDICO- para "limpiar" (desmontar) uno de los pocos sectores
arbolados que quedaba en pie en el campo.
Según rumores, el lote donde se encuentra el sitio estaría destinado a la casa
que O'Reilly pretende construir en Punta Canal. Aunque la Agencia Informativa
Católica Argentina (AICA), órgano oficial de la Iglesia, difundió que en la
calle Brasil y el Canal Villanueva se levantará el Convento de las Hermanas
Mater Dei, una congregación instalada hace 5 meses en Ingeniero Maschwitz
con el consentimiento de la Diócesis de Zárate-Campana.
EIDICO, de fuerte filiación católica y con algunos de sus miembros vinculados
al Opus Dei, propicia la instalación de centros religiosos dentro o en
las inmediaciones de sus emprendimientos.
Patrimonio en riesgo por el boom de los megas
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COLONIZACION. Villa
Nueva, Nordelta y otros emprendimientos de Tigre, vistos desde
Google Earth.
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El último día de la campaña Daniel Loponte detectó un nuevo yacimiento
arqueológico a 1 km y medio de Punta Canal, del lado de Villa La Ñata,
en un predio de 58 has en el que EIDICO construirá el barrio San Rafael.
El descubrimiento fue posible gracias al aporte de pobladores de la zona. Los
sitios suelen encontrarse en albardones, que son elevaciones situados en terrenos
bajos y anegadizos que se convierten en islotes con la suba de las aguas. Debido
a la extensión del campo, los especialistas ven probable que aparezcan nuevos
sitios en su interior. Para saberlo con precisión hay que realizar un estudio
de impacto arqueológico antes de que comiencen las obras.
En declaraciones a Indymedia, el propio O'Reilly dijo estar "encantado"
de cumplir con ese paso, por lo que podría ser el primer barrio privado de la
zona norte en cumplir con el requisito. Según la web de EIDICO, el movimiento
de suelos estaba estimado para fines de 2008, con lo cual podría ser inminente.
Loponte también está preocupado por los sitios La Bellaca 1, 2 y 3,
ubicados a la vera del arroyo canalizado Claro, en Tigre. Los tres yacimientos
están en un predio de 70 has en venta, que es vecino de los emprendimientos de
EIDICO por lo que pronto podría ser incorporado a sus proyectos. Como explica
la Inmobiliaria O'Reilly - Torrado & Sanguinetti: "Villa Nueva es
una zona en constante desarrollo que cuenta con seis barrios terminados y cinco
en desarrollo. Si la demanda se mantiene como hasta ahora, EIDICO continuará
desarrollando en la zona nuevos emprendimientos, con más accesos, puerto, club
e infraestructura comercial, lo que la haría más atractiva aún".
El especialista del INAPL también destacó el impacto del nuevo megaemprendimiento
del empresario Eduardo Constantini en Escobar. De características similares
a la "ciudad pueblo" Nordelta, de Tigre, tendrá una superficie de 1400
has y capacidad para alojar a 80 mil personas. "En esa extensión no debe haber
2 o 3 sitios, sino decenas", estiman los arqueólogos. Las tierras están a la altura
del kilómetro 45 de la ruta 9 (ramal a Campana de la Panamericana), a tres kilómetros
de la autopista, y con cinco kilómetros de costa sobre el río Luján.
En Escobar hay más megas en marcha: EIDICO desarrolla Haras Santa
María (360 has), y San Sebastián (1100 has); JP Urruti hace
lo suyo con El Cantón (500 has), y EIR S.A. levanta El Nuevo
Cazador (400 has). En todos los casos la metodología es la misma: construir
lagunas para elevar con el material obtenido las tierras inundables.
Un antecedente que incluyó la preservación
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REPERCUSION. Artículo
periodístico del Diario Hoy de La Plata, del 15 de febrero
de 2006.
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En la ciudad de Baradero, al norte de la provincia, un cementerio indígena del
siglo XVII iba a ser convertido en playa de estacionamiento para camiones. La
polémica comenzó en el 2005 y tuvo resonancia en el verano de 2006 por el rechazo
de los vecinos y de algunas autoridades locales, que lograron llevar el caso a
los medios. En agosto de ese mismo año, la gestión de Felipe Solá derivó
a la comuna 200 mil pesos para que compre el terreno a la empresa Transporte
Bernardi. Según contó a Indymedia la arqueóloga Alicia Tapia,
a cargo del yacimiento, desde el 2006 está en marcha un proyecto para realizar
allí un Museo de sitio y un Centro de interpretación cultural. En el proyecto
intervienen, mediante convenios, la Universidad de Buenos Aires y la Universidad
Nacional de Luján.
El 11 de julio de 2006 el funcionario provincial Fernando Oliva -aún hoy
a cargo del Centro de Registo Arqueológico y Paleontológico del Instituto
Cultural Bonaerense- declaró a Página/12 que "la idea es conservar
el cementerio como un lugar sagrado y para ello tienen que actuar investigadores,
haciendo excavaciones, para hacer un centro de interpretación". Por su parte,
Tapia destacó al mismo medio que "el valor no está en el hecho material
o lo que puede haber, sino en la potenciación de la memoria". En ese caso, se
trataba de un cementerio de indígenas chaná timbúes y guaraníes de la zona del
Delta que estaban reducidos en una Misión Franciscana creada en 1615, sólo
35 años después de la segunda y definitiva fundación de Buenos Aires. Una fecha
importante porque a partir de ahí "el proceso de desestructuración del mundo indígena
fue vertigonoso".
Más allá de los investigadores, la sociedad poco conoce sobre el pasado originario
de la provincia, mucho menos sobre su legado, algo que tampoco es reivindicado
en el imaginario colectivo. En ese sentido cabe destacar que mientras la Constitución
Nacional reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas
argentinos, la Carta Magna Provincial -también reformada en 1994- sólo reivindica
la existencia de los mismos en su territorio.
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DEJARON TODO. Arduos
trabajos de desmalezamiento. (Rulo / Subcoop)
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PROTAGONISTA. Graciela
Satalic participó del rescate. (Rulo / Subcoop)
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A ZARANDEAR. De
la tierra brota el pasado. (Rulo / Subcoop)
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