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Sobre las condiciones de vida en la Cárcel de Villa MarÃa - Carta de Adriana Revol a la pr
Por publica Colectivo Indymedia Córdoba */RNMA -
Wednesday, Nov. 16, 2011 at 10:30 PM
Señora, ¿usted
viviría en estas condiciones?
"Al patio solo se puede acceder una
hora por día, pero ninguna, los días de visita, o sea solo tendría,
cuatro horas semanales de patio. Entonces, estaría usted imposibilitada
de tener actividades físicas, hasta imposibilitada de caminar. Tienen
que estar muchas horas del día en la cama (los que no duermen en el
piso y tienen que levantar el colchón durante el día), porque no tienen
otro espacio. De esta manera no solo el físico se atrofia, también su
salud mental. Se les debilita la voluntad al tener que estar acostados
tanto tiempo, como si estuvieran enfermos. Terminan enfermándose".
Parte de la nueva Carta a la presidenta sobre las cárceles de mala
muerte de la Argentina. En esta concluyente denuncia la militante
cordobesa detalla, minuciosamente, piezas esenciales del empeño en
pulverizar la entidad humana de las personas en el encierro.
Señora, en la cárcel de Villa María las
celdas tienen dos metros y medio por cuatro y medio, y en ellas
conviven un mínimo de cinco personas, varias tienen seis o siete, hasta
ocho seres humanos por celda.
Imagínese pasar las 24 horas del día
conviviendo con seis o siete compañerxs, que usted no eligió, en un
ambiente tan reducido que el espacio que a usted le corresponde sea
solamente del tamaño de su colchón (o para hablar con propiedad, el
pedazo de goma espuma, que brinda el servicio penitenciario).
En estos pabellones las ventanas no
existen, sólo ventiletes de dos metros de largo, por treinta
centímetros de ancho. O sea que la luz es casi siempre artificial.
Nadie pretende la calefacción o el
aire acondicionado, pero sí una ventana por donde entre un poco de aire
y de luz. Si usted estuviese acá y se sintiera un poco asfixiada,
seguramente intentaría salir a caminar un poco, aunque más no sea para
que no se le atrofien los músculos. Pero resulta que el pasillo es de
dos metros de ancho, por cuarenta de largo, por donde transitan
permanentemente, más de cincuenta personas. También allí están los
calentadores (muy precarios, realizados con un ladrillo, y una
resistencia), que sirven de cocina y algunos bancos. Eso hace que en
este espacio común, no se pueda circular.
Al patio solo se puede acceder una
hora por día, pero ninguna, los días de visita, o sea solo tendría,
cuatro horas semanales de patio. Entonces, estaría usted imposibilitada
de tener actividades físicas, hasta imposibilitada de caminar. Tienen
que estar muchas horas del día en la cama (los que no duermen en el
piso y tienen que levantar el colchón durante el día), porque no tienen
otro espacio. De esta manera no solo el físico se atrofia, también su
salud mental. Se les debilita la voluntad al tener que estar acostados
tanto tiempo, como si estuvieran enfermos. Terminan enfermándose. Y no
creo que esa sea la idea.
Los miércoles, sábados y domingos,
son días de visita, un día mejor para algunas personas. Pero lxs que no
tienen a nadie, se tienen que quedar en el pasillo, todo el día, y si
la visita que ingresa es mucha, como los días de visita general, los
menos favorecidos, deben permanecer en donde están las duchas.
¿Qué sucede si la persona está
enferma? ¿O no se siente bien por alguna razón? Suceda lo que suceda,
tenés que estar todo el día fuera de la celda, tenés que aguantar, no
hay otra.
En Villa María, algunos pabellones,
tienen solo un baño con tres inodoros y dos duchas para más de
cincuenta personas. Sólo serían necesarios algunos humildes baños, y
que funcionen, que hagan que las personas se sientan un poco mas
dignas.
Salir del pabellón para ir a estudiar
o a alguna otra actividad es todo un desafío, porque muchxs no quieren
sufrir la requisa vejatoria y las provocaciones de lxs empleadxs
penitenciarios, cada vez que salís y cuando volvés a ingresar.
Trabajo esclavo
La mayoría del trabajo de esta cárcel
es coser pelotas para las fábricas de alrededor, y ese es un trabajo
que se hace en el pabellón. Algunos pocos pueden salir a trabajar a la
panadería o en albañilería (construyendo su propio encierro). Pero
ningunx de ellxs gana más de 300 pesos. Todas las personas que tienen
el privilegio de ser explotadas, cobran en negro. Les pagan una
miseria, usted ¿cuánto tiempo viviría con ese salario, para qué le
alcanzaría? Pero señora, como usted ya sabrá que la explotación
laboral, en todas las cárceles del país, el despotismo, no varía mucho
de una cárcel a otra. La esclavitud es la misma. Habría que llamar a la
Afip, para que compruebe la trata de personas.
Aunque la Ley 24660, dice que todas
las personas privadas de la libertad, que trabajan, deben cobrar un
peculio equivalente a un salario mínimo vital y móvil. Entonces me
pregunto, ¿quien se queda con ese dinero?
Pero aparte de cobrar una miseria, su
único proveedor allí es la cantina, que esta concesionada a un
cantinero, que por tener un mercado "cautivo", vende al precio que
quiere, y por supuesto vende en negro.
Las personas que están allí
apartadas, puede que hallan cometido un delito, y por eso se las
condena, pero al estado, que es reincidente por omisión, ¿quién lo
condena?
Misión imposible
La comunicación con el exterior es
como una misión imposible, ya que se dispone de un solo teléfono
público, para todo un pabellón, y a veces no funciona. ¿Como haría
usted para comunicarse con su familia?
Y si usted estuviera confinada en
este centro de detención, donde tantas cosas ilegales suceden, no creo
que le vaya a gustar que su hija y su hijo la visiten, o su madre, si
tienen que pasar por la requisa vejatoria, que pasan nuestra familia.
Sospecho que le molestaría mucho que sufran la humillación de ser
desnudadxs, y humilladxs constantemente.
Considero que los jefes de seguridad,
como Barrionuevo en este caso, hacen lo que quieren porque son
totalmente impunes. No les importa cuántos kilometros hicieron para
poder llegar, como tampoco tiene reparos en la edad, puede ser una
niña, como una anciana. Tampoco les interesa que problemas de salud
tienen, pueden ser discapasitadxs, o mujeres embarazadas, igual van a
tener que esperar horas en la lluvia o al sol, para entrar y sufrir
todo tipo de maltrato de parte de lxs requisadotes. Seguramente,
tampoco iría usted a trabajar o a estudiar, si tiene que ser sometida a
esta tipo de maltrato, a estas requisas.
Menos mal que su salud es bastante
buena, porque aquí es muy necesario, para poder sobrevivir a la pésima
alimentación y la casi nula atención médica, y si tuvo la fortuna de
que algún especialista la atienda, mejor que no necesite medicamentos,
porque en las cárceles no existen, salvo aspirinas y a veces ni eso.
Señora presidenta, ¿cómo es que
todavía no se ha dado cuenta de que las cárceles han sido casi lo mismo
antes, durante y después de la dictadura, y que la cárceles del país
que usted conduce son de las pocas en el mundo con régimen militarizado?
Y que el servicio penitenciario, es
el gran impune de los pocos juicios a los represores. Por ejemplo en
Córdoba, donde también se torturó, y se asesino en las cárceles, no
hubo ni habrá un responsable del servicio penitenciario, ni siquiera
procesado, y tampoco del poder judicial.
Señora, toda esa política dictatorial
continúa intacta dentro de las filas de esta fuerza de seguridad, y no
son resabios, es la formación, completamente represora, torturadora y
asesina.
¿A quién juzgaremos mañana por estos
crímenes?
Fracaso y negocio
Si usted se interesa un poco, se dará
cuenta que las cárceles son un gran fracaso, y algunxs ya nos hemos
dado cuenta que también son un gran negocio.
Si usted visita
este centro de reclusión va a poder aclararle a la población, que no
lxs mantiene el estado, ni lxs alimenta (lo que se da allí, no se puede
llamar así ) no les dan ropa, ni de cama, ni elementos de limpieza, de
todo eso les proveen los familiares, haciendo grandes sacrificios, y
compartiendo lo poco que tienen, y lo que la requisa deja sano.
Cuando se dice
que cada persona encerrada, le cuesta al estado, más de tres mil pesos
por mes, la gente cree que es cierto, no sabe que a ellxs les llega
como poco, casi nada, ignorando así las condiciones infrahumanas en la
que viven.
Sería muy
importante que usted se preocupara por saber que sucede con esos
fondos, y con lo producido en los talleres y fábricas que maneja el
servicio penitenciario.
No creo que los
jueces, que tienen la obligación de velar por ellos, ignoren las
condiciones en la que viven allí adentro.
Esta cárcel sólo
es una muestra de lo que son todas las cárceles del país.
Estas condiciones
de detención atenta contra los derechos fundamentales de las personas
privadas de la libertad.
Esperando su respuesta, la saluda:
Adriana Revol, militante de la
Coordinadora Anticarcelaria
http://anticarcelaria.blogspot.com/