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Crónica del Fuego: Congreso QOPIWINI
Por Agencia Periodística Timbó - Thursday, Dec. 03, 2015 at 12:18 PM

CONGRESO QOPIWINI. 27, 28 Y 29 DE NOVIEMBRE

CRÓNICA DEL FUEGO

(Agencia Periodística Timbó) Había que hacerlo. Había que reunirse, llegar, ensamblarse. Había que recoger el año de luchas y dolores y sacrificios y sentarse alrededor del círculo de los acuerdos, de las reflexiones. Era, sin dudas, una necesidad colectiva. Abrazar, sentir los latidos que surgen desde las profundidades del monte, acercar el pensamiento y las voces de los pueblos.

Crónica del Fuego: ...
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Y bien ciertos es que allí se respiraba aire puro. Que los idiomas y las alegrías caminaban al ritmo de los hombres y mujeres que iban llegando. Con templanza y profundo respeto, con amor. La comunidad estaba preparada para la recepción. Los jóvenes asistían a los recién llegados, las familias cobijaban en sus casas a los de afuera. Todo acorde para que todos se sientan en casa; para que este rincón del mundo sea la casa de todos.

En la Comunidad Qom Potae Napocna Navogoh, los días 27, 28 y 29 de noviembre, más de un centenar de dirigentes indígenas de la provincia de Formosa y del resto del país se dieron cita en el marco del Congreso de la QOPIWINI LAFWETES (Organización de los Pueblos Qom, Pilagá, Wichí y Nivaclé).

Fueron tres días en donde se reconocieron los avances y dificultades en la lucha de la Organización. En donde se marcaron puntos esenciales para seguir caminando. En donde se proyectó de cara a las nuevas autoridades del Gobierno Nacional.

El tizón

Laureano Sanagachi, referente de la Comunidad, dio formal inició al Congreso. Tomó el micrófono, saludó a los presentes y dijo: “Esta es una historia muy grande. Este va a ser un paso muy grande para nosotros los Pueblos Indígenas. Nosotros mismos tenemos que organizarnos, dialogar y consensuar. Hoy es el tiempo que el país mira el sector de los Pueblos Indígenas. Y lo podemos hacer a través de esta organización. Yo quiero agradecer la presencia de todos ustedes. Quiero agradecer que ustedes se hayan acercado para estrechar sus manos y para decir que se puede hacer, que se puede construir”.

Habían sido esas las primeras palabras de un momento histórico. Habían sido esas las primeras chispas de un fuego que viene surcando los senderos y los pensamientos de los Pueblos Indígenas en lucha.

A su tiempo, Félix Díaz tomó la palabra. Estaba sentado en la mesa central, acompañado. Se lo veía algo cansado, pero entero, agradecido, congratulado. Estaba en su casa y con su gente. Estaba ofreciéndose entero como siempre. “Hace bastante tiempo que venimos suspendiendo este encuentro. Hoy recién empieza a poder concretarse este encuentro. Esta es una Organización que se fue construyendo a través de encuentros, asambleas, auto capacitaciones y discusiones que tienen que ver con la política indígena. Y esta política indígena es la que hoy está agrupando a todos los indígenas del país”, dijo.

Al mismo tiempo, agregó que: “Después del triste momento que pasamos en el 2010 nos fuimos a Buenos Aires a acampar. Estuvimos cuatro meses en la ruta nacional, seis meses en Buenos Aires. Volvimos sin llegar al objetivo de concretar una audiencia con la presidenta de la Nación. Hemos pasado cinco años. Estamos ahora hace nueve meses acampando en Buenos Aires y no tuvimos la posibilidad de ser escuchados por la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner”.

Los presentes prestaban particular atención a sus palabras. Algunos asentían con el cuerpo y la mirada. Félix Díaz hablaba pausado y con leves movimientos de sus manos. Estaba recapitulando la historia reciente de la lucha. “Esta unidad que hoy estamos logrando es gracias a la constancia de nuestros mayores. Esta lucha no tiene precio, no tiene color político, es una lucha indígena. Y esta lucha indígena proviene del pensamiento propio de los indígenas. He podido viajar por todas partes del mundo y siempre mencionando la existencia de los Pueblos Indígenas porque yo sé que provengo de una raíz milenaria, un pueblo preexistente. Por eso, para nosotros, es muy importante la presencia de ustedes, es muy importante la presencia de varios líderes de muchos lugares”.

Rafael Justo, miembro del consejo de ancianos de la Comunidad, también arrimó palabras iniciales en el encuentro. “Hemos pasado muchas cosas adversas. Somos treinta los consejeros de la comunidad Potae Napocna Navogoh. Ninguno de ellos cayó en una trampa, porque lo que quieren es neutralizar lo que está buscando la comunidad. El desafío del Pueblo Qom es el bien para todos de esta comunidad milenaria. Todos somos hermanos, todos tenemos la misma causa de derechos humanos de Pueblos Originarios. A veces los no indígenas creen que vemos espejitos de colores y vamos a ir atrás de eso. Ya se acabó, terminó. Hoy los pueblos tenemos que unirnos y levantar la bandera originaria”, dijo y los aplausos llovieron debajo del tinglado en donde se estaba desarrollando el encuentro.

Israel Alegre, histórico dirigente Indígena, perteneciente al Barrio Namqom de la Capital formoseña, estuvo siempre ahí, atento, acompañando, guiando. Llevaba y traía el micrófono. Recogía el listado de los presente y actualizaba las bienvenidas. En un momento contó: “LAFWETES es una palabra en idioma Wichí. Es como una raíz que está bajo tierra por miles de años. Así es la historia de QOPIWINI. Tiene muchos significados. Es una raíz que nunca se secó, que va brotando. Y cuando brotó esa raíz, ahí está QOPIWINI. Tiene muchos significados. No es fácil formar la QOPIWINI. Cada vez que queríamos reunirnos había un conflicto que resolver. Pero ahora, en este congreso, vamos a tener tiempo para organizarnos”.

Las chispas

En junio del 2010, la Comunidad Potae Napocna Navogoh, liderada por Félix Díaz, realizó un corte en la ruta Nacional Nº 86, en la provincia de Formosa, para reclamar la restitución del territorio tradicional de la comunidad.

El 23 de noviembre de ese año, a las 18.20, más de noventa efectivos policiales a cargo del Jefe de la Unidad Especial de Policía Rural, Rafael Muñiz, reprimieron a las familias indígenas que mantenían el reclamo desde hacía cuatro meses. El hecho produjo la muerte de Roberto López; dos heridos graves, Sixto Gómez con un disparo de bala y Samuel Garcete con fractura de cráneo, y una treintena de heridos de distinta gravedad.

Luego del trágico suceso, más de treinta personas fueron detenidas en un calabozo de la comisaría de Laguna Blanca. Entre ellos diez hombres mayores de edad, quince mujeres mayores de edad (muchas de los cuales son ancianas) y diez menores de edad entre los que había niños de poco más de un año.

Después todo fue vertiginoso. Félix Díaz salió del monte Qom para iniciar un largo camino que lo llevó a dos acampes en Buenos Aires, reuniones con diferentes representantes políticos, una visita al Papa Francisco, viajes al exterior para exponer la situación en la que viven las comunidades indígenas en Argentina, medios de comunicación, conflictos territoriales en todo el país.

Las llamas

Hacía calor y se asomaba fuerte una tormenta desde el suroeste. Los jóvenes de la comunidad acercaban agua y hielo permanentemente. Era incesante la llegada de dirigentes que, con bolsos y saludos, se sumaban a la ronda.

Las voces seguían surcando el aire de la comunidad y luego de reiterados pedidos, la electa diputada del Chaco, Claudia Noemí González, de la comunidad Qom ubicada en el barrio Toba de Resistencia, expresó: “Tenemos que hacer la unidad de los pueblos, siempre ese fue mi mensaje. Este momento llega porque es demasiado las cosas que pasan. Es el momento de levantarnos, ponernos en pie y seguir adelante y contagiar a otros hermanos para que podamos ser más y seguir participando. Es una vergüenza que nuestra hermana presidenta de la Nación haya negado el saludo a nuestros hermanos originarios”.

Como dicta Atahualpa Yupanqui, “para el que mira sin ver, la tierra es tierra nomás”. Y Félix Díaz nos enseña a ver: “El territorio es la vida misma. Ahí está nuestra historia, nuestra medicina, nuestros alimentos, nuestra pesca, nuestra artesanía, nuestra espiritualidad. Está todo en nuestro territorio. Pero si no tenemos territorio nos vamos a morir de hambre, vamos a perder nuestra lengua, vamos a perder nuestra cultura. Por eso hay que luchar y recuperar nuestro territorio, cueste lo que cueste. No tenemos que negociar con un cargo político. Tenemos que estar al servicio de nuestra comunidad, no al servicio de un puesto, de un sueldo”.

Bartolo Fernández, presidente del Consejo de Representantes de La Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá, llegó desde Las Lomitas, luego de un largo viaje. Cierto es que cuando apareció fue abrazado con fuerza por hermanos que hace tiempo no veía. Y rápidamente lo llamaron para decir. Y Bartolo Fernández siempre dice. Y lo dice desde la experiencia que ha cosechado con más de veinte años de lucha con su pueblo. Él, con la frescura y la sabiduría en su rostro, manifestó: “Acá vamos a ver cómo es la lucha. Lamentablemente hay muchos derechos, durante más de treinta años de democracia, pero los pueblos indígenas siempre han sido discriminados, sobre todo con relación a nuestras tierras”.

Mario Fernández, uno de los autores Qom del libro “Napa’alpí, relatos de una masacre”, viajó desde el Chaco para sumar fuerzas. Y desde su lugar, con una profunda convicción, dijo: “La verdad es que es un privilegio estar acá, vengo de un territorio de muchas luchas, Napa’alpí. Todos los días nos están achicando los territorios, atropellando y avasallando nuestros derechos. Vengo a este lugar para ver si nosotros podemos adherirnos a esta lucha. Somos también un pueblo de lucha”.

El calor apretaba cada vez más y las nubes pesadas parecían arrimarse decididas. Ya todos sabíamos que iba a llover mucho. Avelino Tejada, presidente de la comunidad Wichí El Colorado, ubicada en el Departamento Ramón Lista, también quiso entregar su palabra. Y fue realmente reconocido por sus hermanos, fue aplaudido antes de llegar al micrófono. Con su paso fuerte y convencido, se acercó para decir: “Hoy es un día muy importante para nosotros que estamos reunidos acá en este lugar. Nos sentimos muy contentos porque hoy estamos juntos y eso es muy necesario”.

El fogón

De los tres días de reflexión y análisis se llegó a un acuerdo. Un acuerdo que fue celebrado por la dirigencia indígena de los pueblos Qom, Pilagá, Wichí y Nivaclé. Y fue también elogiado por dirigentes indígenas provenientes de las provincias de Santa Fe, Misiones, Santiago del Estero, Salta, Chaco, Buenos Aires, Neuquén y Jujuy.

Entre los puntos sobresalientes se destaca establecer una Mesa de trabajo y diálogo del Estado Nacional y los Pueblos Indígenas de Argentina permanente como un ámbito de acuerdo. Esta mesa de diálogo estará compuesta por los representantes de QOPIWINI y Pueblos Indígenas afines y será presidida por Félix Díaz, con el acompañamiento de Avelino Tejada, Bartolo Fernández, Jorge Palomo y Francisco Torres.

Además, se propone la participación de QOPIWINI y Pueblos Indígenas afines, en la reglamentación de resoluciones y decretos que afecten a los pueblos indígenas. La creación de un ámbito interministerial para la aplicación de políticas públicas que afecten a los pueblos indígenas, con la debida participación de los pueblos indígenas.

Y por último, la mesa de diálogo definirá y determinará la reestructuración y/o reubicación del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

Todos los fuegos

La comunidad Qom Potae Napocna Navogoh fue la casa de todos durante tres días. Los brazos y las palabras se abrieron. Hizo calor y llovió mucho. Hubo barro y huellas. Brotaron esperanzas y sueños. Se unieron los pensamientos. Laureano Sanagachi supo decir que: “Organizar es hablar, conversar, tener idea. Tener una propuesta entre nosotros como Pueblos Indígenas. Escuchar al cazador, escuchar al artesano. Escuchar al hermano que está más al fondo y quizás no tenga nada, pero hay que escuchar su necesidad. Ese es el camino de organizar. Y estos pueblos de la provincia de Formosa se están organizando, están tomando la decisión propia, están queriendo tomar esa autonomía para manejar los recursos que tenemos nosotros”.

Félix Díaz siempre fue anfitrión. Siempre mantuvo la sonrisa en su cuerpo. Siempre llevó la reflexión política a los rincones más poderosos de la sabiduría Qom. Él generó una analogía que reflejó en imágenes lo que muchos estaban pensando. Dijo, entreverando su idioma y el castellano, que: “El centro de la unión de la familia es el fuego. El fuego no rechaza, no elije, todos son bienvenidos. Nosotros los pueblos indígenas, cuando nos reunimos alrededor del fuego, es ahí donde se habla de la historia, de la caza, de la pesca, de la artesanía. Ese fuego es el centro de nuestra escuela, donde nos educan nuestros mayores, donde nos enseñan como tenemos que conducir. El fuego no rechaza a nadie. Cualquier cosa que vos le tiras el fuego prende. El fuego puede absorber todo. Esa fuerza que tiene el fuego, cuando es un instrumento, unifica”.

Con la esperanza de que sus palabras transiten los montes y los ríos, siguió diciendo: “Nosotros tenemos que pararnos como indígenas, no como un partido político. Tenemos que construir nuestra identidad, nuestra estrategia política. No tenemos que tener miedo. Por eso yo le quiero alentar a los jóvenes porque ellos van a heredar la lucha. Muchos líderes que hoy no están hicieron aportes para ocupar las tierras en las que hoy estamos. Estas tierras no nos la regaló el gobierno, fue producto de la lucha. Los gobiernos nunca regalaron tierra, nunca quisieron una política a favor de los pueblos indígenas. Las cosas se logran mediante luchas, mediante la unidad”.

Y para que nadie acaso pueda dudar de lo que QOPIWINI está plantándole al país, Félix Díaz remarcó: “Nosotros somos capaces de gobernar nuestra propia política indígena. Administrar nuestro territorio, nuestros recursos naturales. Somos ricos. Si nosotros sabemos administrar lo nuestro, no vamos a depender de nadie. Yo les pido, hermanos, seamos como el fuego. Porque el corazón frío no siente el dolor del otro. El corazón frío deja que el otro se muera. Pero si tenés un corazón de carne, que tiene calor humano, te podes interesar por tu hermano. No importa de qué partido sea, de qué religión sea, a que pueblo pertenezca. Tenemos que tener ese corazón humano”.

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