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Welcome To Pucón
Por Pedro CAYUQUEO / Azkintuwe -
Saturday, Jun. 12, 2004 at 12:58 PM
Crónica de la Cumbre APEC
"Welcome to Pucón... Kumey Tamun Akun", rezaban los interculturales pendones que nos dieron aquel viernes la bienvenida al exclusivo balneario de Pucón, sede de la reunión anual de ministros de comercio del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). La presencia de Supachai Panitchpakdi, director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y de Robert Zoellick, representante de Comercio de EE.UU, daban cuenta de una reunión al más alto nivel. Quizás por ello no se nos permitió acreditarnos. Quizás por ello no tuvimos acceso a ninguna de las conferencias. Quizás por ello la objetividad de esta crónica.
Por Pedro CAYUQUEO / Desde Pucón
Nos cuenta una lamngen que "Pucón" significa en mapudungun "entrada a la cordillera". En efecto, se trata de una ciudad enclavada a orillas del imponente Lago Villarrica, allí donde el valle desaparece definitivamente para dar paso a los grandes macizos y volcanes que coronan en esta zona la cordillera de Los Andes. Nos cuenta además que durante mucho tiempo, Pucón fue una privilegiada puerta de entrada de los mapuche hacia las rutas comerciales del Puelmapu, siendo conocida y utilizada por nuestro pueblo desde mucho antes de la llegada de los españoles como una ruta obligada hacia los extensos dominios de la pampa. Ese era el Pucón mapuche: Una puerta de entrada a las montañas y las lejanas tierras del este.
El Pucón chileno, en cambio, fue fundado recién el 27 de febrero de 1883 como una etapa más de la sangrienta campaña militar chilena denominada "Pacificación de La Araucanía". Cuenta la historia que después de refundar Villarrica, abandonada durante tres siglos por los españoles, el General Gregorio Urrutia ordenó a un grupo de soldados que buscara un sitio adecuado para vigilar las rutas de acceso hacia la cordillera. Temeroso del apoyo de las parcialidades puelche a sus pares del Gulumapu, Urrutia ordenó entonces la creación de la Guarnición Militar de Pucón con el fin de "proteger la soberanía e integrar esta parte del territorio al quehacer nacional", según relata en sus propias memorias.
Décadas más tarde, un plan de colonización del Gobierno, unido a la hermosura del paisaje conformado por la majestuosidad del volcán Villarrica y la quietud del lago, desembocó en la llegada de un gran número de colonos nacionales y extranjeros, principalmente comerciantes madereros alemanes. En 1904, el gobierno chileno entregó en concesión el territorio al norte del lago Villarrica y su prolongación al norte del río Toltén a una sociedad de empresarios de Santiago. Esta trajo a unas 20 familias alemanas de inmigrantes, las que se instalaron en el área de Llafenco. Los mapuche, por su parte, debieron conformarse con ser confinados en minúsculas reducciones hacia arriba del río Trankura, en las zonas de Quelhue, Palguin Bajo y Curarrehue, perdiendo con el paso de los años gran parte de sus derechos territoriales sobre aquella hermosa puerta precordillerana.
La principal actividad de Pucón en esos años fue el comercio de madera y ganado, el que se embarcaba por el puerto, en La Poza. Allí estuvieron las canchas para las rumas de madera, las bodegas y desde 1923, el primer hotel, el Gudenschwager. El gran impulso turístico vino en 1934, con la inauguración del Gran Hotel Pucón, un lujoso complejo con parques y canchas de golf al cual los visitantes llegaban en barco tras cruzar el lago desde Villarrica. Hoy, Pucón es uno de los balnerarios más exclusivos y caros del circuito turístico chileno.
Lago, montañas y nieve, son sus tres principales cartas de presentación. Se trata de una pequeña Suiza, al estilo de San Martín de Los Andes o de Bariloche, en el Puelmapu, rodeada de centros internacionales de ski, embarcaderos de yates y mansiones de millones de dólares que custodian la ribera del lago y sorprenden al visitante. La ciudad, sin embargo, es pequeña. No más de 15 mil habitantes, que se triplican solamente en temporada de verano. Con un estilo alpino en sus construcciones, destacan las cientos de agencias de turismo extremo y tiendas "out door" para los aventureros europeos que pasean principalmente en invierno por sus calles.
Se trata, en definitiva, de una ciudad para turistas del primer mundo. Una ciudad rubia y racista. Una ciudad acostumbrada a que la presencia mapuche figure sólo en aquellos escasos centímetros cuadrados que le otorgan alguna de sus folklóricas postales. O en aquellos idílicos pendones con motivos étnicos que por estos días coronan en sus calles, tanto en español, mapudungun como en inglés, la promoción del mismísimo Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
One Community, Our Future?
El 10 por ciento de la población de Chile se reconoce como mapuche. Pucón, sin ir más lejos, se encuentra enclavada en pleno corazón del territorio histórico de nuestro pueblo. Aun así, ninguna organización mapuche fue invitada a plantear sus inquietudes ante los 21 ministros de las principales economías del Asía-Pacífico reunidos en Pucón entre el 4 y 5 de junio pasado, actividad desarrollada en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que tiene este año 2004 a Chile como flamante sede mundial.
Por el contrario, se trató de una reunión a puertas cerradas y protegida por un impresionante despliegue de efectivos policiales y agentes de seguridad de diversas nacionalidades. Quizás por ello no se nos dejó acreditarnos. La presencia del director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Supachai Panitchpakdi y el Representante de Comercio de EE.UU., Robert Zoellick, exigían ante los ojos del gobierno de Lagos un despliegue de esa naturaleza. Ya lo había advertido semanas antes El Mercurio, al referirse a las actividades que diversos sectores mapuche y chilenos, marginados de la Cumbre, pretendían organizar de forma paralela en las ciudades de Pucón y Villarrica.
"Grupos que invocan origen mapuche pretenden impedir la reunión de ministros de comercio de APEC que debe realizarse en Pucón... resulta inaceptable que reconocidos activistas contrarios al libre comercio entre las naciones, afines a los que han hecho fracasar las conferencias ministeriales de la OMC en Seattle y en Cancún, traten de manipular a un respetable grupo étnico chileno para servir a sus intereses... quienes se presten para este montaje... deben enfrentar sus responsabilidades legales, advertía el vocero de la derecha empresarial en su editorial del 20 de mayo.
Quizás por temor. Quizás porque simplemente no interesaba. El hecho es que ninguna organización mapuche fue invitada para que los delegados internacionales y el propio gobierno chileno pudieran escuchar sus planteamientos. No se trató por cierto de un detalle menor, considerando que los grandes temás a discutir en APEC (liberalización, facilitación del comercio y las inversiones a nivel global) constituían en los hechos los pilares sobre los cuales descansa el escenario de usurpación, atropello y despojo territorial que sufren a diario las comunidades mapuche en Chile a manos de empresas forestales y energéticas multinacionales.
¿Paradojas del destino? ¿Post Nuevo Trato?. Lo cierto es que ninguna organización de nuestro pueblo fue invitada a discutir sobre aquellas materias que les atañen a los mapuche en forma directa, contradiciendo de esta forma el gobierno no sólo uno de los pilares de la democracia moderna (como lo es el derecho a disentir), sino además las propias recomendaciones entregadas a Ricardo Lagos por Rodolfo Stavenhagen, Relator Especial de Pueblos Indígenas de la ONU, en su reciente y lapidario Informe sobre Chile.
"En todo proyecto de desarrollo que se contemple en sus territorios, los indígenas deberán ser consultados previamente, como dispone el Convenio 169 de la OIT, y sus opiniones y el respeto a sus derechos humanos deberán ser tomados en consideración por las autoridades y las empresas ejecutoras en todas las etapas de dichos proyectos. Las comunidades indígenas deberán estar asociadas activamente a todas las decisiones sobre proyectos de desarrollo contemplados en sus regiones y territorios".
La otra cumbre
No estaban invitados, pero igual se las arreglaron para llegar. Lo hicieron desde tempranas horas del día viernes 4 de junio. Primero las comunidades dueñas de casa, encabezadas por el dirigente Marcial Colin, de la Asociación Mapuche Poyenhue de Villarrica. "Venimos a marchar en forma pacífica", le señaló el dirigente al nervioso oficial de Carabineros encargado -junto a un piquete de alrededor de 500 efectivos de Fuerzas Especiales- de resguardar el perímetro de seguridad de la Cumbre. En concreto, tres cuadras a la redonda del Gran Hotel Pucón, centro de operaciones de los más de 200 delegados internacionales presentes en el exclusivo balneario.
"Venimos a entregar un documento con nuestra opinión", agregó Colín y el oficial, ante la determinación de su interlocutor y los más de cien mapuche que lo acompañaban, no tuvo más remedio que comunicarse con las autoridades a cargo. Al cabo de un rato y cuando los ánimos parecían alterarse de ambos lados, llegó finalmente la autorización. Los mapuche serían recibidos por un representante del gobierno en el lobby del Gran Hotel. Sin embargo, sólo podrían entregar el documento un grupo reducido de representantes. A saber, tres. Razones de seguridad, esgrimió el oficial de policía, impedían el acceso a más personas, debiendo quedar el grueso de la columna contenida en el lugar tras sendas vayas metálicas.
En el lobby del hotel, Colin junto a los dirigentes Fernando Llancaleo Ancalaf y Juan Ñancupan Quiliñan fueron recibidos por el Presidente de los Altos Representantes de APEC, Ricardo Lagos Weber, joven economista e hijo del primer mandatario chileno. La cita, de no más de 15 minutos, dejó sin embargo conforme a los dirigentes. "Hemos entregado un documento en el cual se expresa nuestra posición frente al Foro y en el cual quedan claramente expuestos nuestros temas fundamentales tales como el reconocimiento de Pueblo, derecho al territorio y a la libredeterminación, sin los cuales cualquier tipo de desarrollo es excluyente y limitado. No se puede hablar de economía ni de acuerdos comerciales sin la participación de los actores sociales de los países involucrados", señaló Colin a la salida del fugaz encuentro con Lagos Jr.
Cerca del mediodía y cuando la columna de la Asociación Poyenhue ya se había retirado del lugar, fuertemente custodiados por efectivos policiales, llegaron hasta el centro de Pucón las comunidades adscritas al Consejo de Todas las Tierras. Liderados por los dirigentes Aukan Huilkaman y José Naín, una multitud mapuche multicolor -con banderas y lienzos alusivos a la Nación Mapuche- hizo su aparición por las calles del centro de la ciudad frente la atenta mirada de turistas, delegados APEC, curiosos y numerosos civiles agentes de la policía. Se trataba de una gran columna, lo que hizo que la preocupación de las autoridades aumentara.
El grupo, integrado por unas 300 personas, entre los cuales destacaban también los dirigentes y miembros de la Asamblea Mapuche de Izquierda, se desplazó por las calles principales para luego acceder hasta las cercanías del Gran Hotel. Una vez allí, la escena siguiente fue más que obvia: una multitud que se abalanza sobre las barreras y el cerco policial que debe retroceder hasta la cuadra siguiente. Nuevo avance mapuche, pero la llegada de un mayor contingente de Fuerzas Especiales logra controlar a la multitud. Extrañamente, la policía no utiliza elementos disuasivos como los habituales gases lacrimógenos. Consultamos al respecto. "Efectivamente, no se hizo uso de ellos para apaciguar los ánimos y evitar un enfrentamiento entre comuneros y la policía", nos señaa el Prefecto de Cautín, Coronel Carlos Rojas, atento sin duda a las indiscretas cámaras de corresponsales extranjeros que merodeaban por el lugar.
Finalmente, el agua no llegó al río. Y al igual como había sucedido anteriormente con Marcial Colín, Ricardo Lagos Weber -esta vez junto Milenko Skornic, Director Ejecutivo de la APEC y Mario Matus, Alto Representante de Chile ante APEC-no tuvo nreparos en conceder su respectiva audiencia a los dirigentes del Consejo de Todas las Tierras que así lo exigían, encabezados por Aukan Huilkaman. Estos, a nombre de diversas agrupaciones indígenas de la Cuenca del Pacífico, hicieron entrega de una carta a los representantes de las 21 economías reunidos en Pucón.
"Como pueblos manifestamos nuestra profunda preocupación por la falta de transparencia del proceso de APEC, en donde no se informa públicamente sobre los documentos de trabajo que contienen los detalles del alcance de los acuerdos económicos. Llama poderosamente la atención la ausencia del tema indígena en este Foro, a pesar que estos acuerdos de globalización de la economía de Asía Pacífico afectan directamente los derechos fundamentales de los pueblos indígenas... Exhortamos a los miembros a que en su agenda incluyan los asuntos indígenas y se establezca un mecanismo de participación plena y efectiva, como una forma de garantizar y asegurar nuestra proyección cultural y el respeto a los derechos humanos de nuestros pueblos", señalaba en parte la misiva firmada por el Consejo de Todas las Tierras (Chile), Cordillera Peoples Alliance (Filipinas), Pacific Indigenous Peoples Environment (Nueva Zelanda) International Indian Treaty Council (EE.UU.) y la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía (México).
Una vez concluida la audiencia, Huilkaman retornó hasta el lugar en donde era esperado por el resto de la comitiva, siendo escuchado con atención por la multitud, así como también otros dirigentes de comunidades provenientes de las localidades de Ercilla, Temuko, Panguipulli, Valdivia y Chiloe presentes y que hicieron igualmente uso de la palabra. Especialmente críticas fueron las declaraciones realizadas por los dirigentes de la Asamblea Mapuche de Izquierda, quienes denunciaron los inumerables atropellos de que son víctimas las comunidades mapuche en la zona sur de Chile producto de la globalización mundial de la economía.
"En nuestro territorio, la presencia de grandes empresas transnacionales se ha impuesto sobre la base de la vulneración de nuestros derechos como pueblo situación que comenzamos a sufrir desde la dictadura de Pinochet y que continúa y se profundiza con los gobiernos de la Concertación. Hoy, además, centenares de dirigentes y lonko de nuestro pueblo son perseguidos e incluso asesinados, como es el caso del peñi Alex Lemún. En estos días, otro grupo de dirigentes ha tomado la valiente y sabia decisión de no seguir presentándose ante los tribunales chilenos, porque consideran que no hay condiciones para un juicio justo... Nosotros seguiremos en nuestra lucha por Autonomía y exigimos el respeto del gobierno chileno de los acuerdos internacionales que nos protegen como pueblo", señalaron a través de un comunicado los dirigentes Domingo Marileo, Luis Catrileo, Ema Huenumilla, Eugenio Carinao y Viviana Catrileo.
Ricardo Lagos Weber, el inesperado anfitrión de la jornada, comentó más tarde que tras leer la carta mapuche de protesta, esta había sido derivada de inmediato a los ministros del Foro APEC. "La reunión que hoy concluye no se está haciendo de espaldas a la ciudadanía, por lo tanto, es legítimo que los mapuche manifiesten su postura, por muy crítica que esta sea", destacó seguro ante la prensa el representante de Chile ante las poderosas economías del Pacífico. Habrá que esperar hasta la segunda Cumbre para averiguar si las posturas de los delegados mapuche serán tomadas o no en cuenta.
* Reportaje publicado en Periódico Mapuche Azkintuwe - Junio de 2004 / Págs. 5 y 6.