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Aquel 26 de Junio de 2002, Pte Puyrredón, pasado el mediodía...
Por Juan Caballo Verde -
Tuesday, Jan. 10, 2006 at 3:28 PM
Aquel...
26 de Junio de 2002. Puente Pueyrredón, pasado el mediodía.
Miles de compañeros hacen el corte, llevan adelante el Plan de Lucha votado en Villa Dominico.
El ambiente está tenso.
El Presidente Duhalde viene amenazando, ha dicho que no permitirá más piquetes, Duhalde y los suyos saben que no pueden contener el eco del 20 de Diciembre, el Poder de los de arriba sabe que debe echar mano a su recurso favorito, las balas y los gases forman también patrimonio de su arquitectura de Dominación.
El aire empieza a enrarecer.
Un grupete de policias es mandado -obedecer es su costumbre- a montar la provocación ; bien les sale, quedan entre medio de los manifestantes y otra columna que venia llegando : objetivo cumplido : el choque garantizado : puerta abierta a la represión.
De un lado, piedras, palos y dignidad, del otro, lo ya conocido.
Uno de los tantos jovenes se muestra aguerrido, viste jeans, una campera negra de cuero y un gorro, no tiene miedo, sabe por lo que lucha, no tiene miedo.
Empieza la revuelta.
Choque cuerpo a cuerpo, palos contra bastones, las fuerzas represivas no van a andar perdiendo el tiempo, saben lo que tienen que hacer, lo único que saben, los gases lacrimogenos empiezan a volar, las balas de goma y de las otras acompañan.
Otro de los jovenes aguanta la desbandada junto a tantos otros, lleva jeans, una campera verde y un pañuelo en el rostro, tira piedras con una gomera, resume, así, siglos de resistencia.
El avance represivo es incontenible, está vez no sólo desbandan, sino que persiguen con via libre como en sus mejores tiempos, la impunidad es cosa que ama ese Poder, va quedando en claro que la idea es matar.
Estación Avellaneda.
Algunos manifestantes entran desesperados a refugiarse, vienen siendo perseguidos por cuadras, hay pánico y confusión, buscan tomarse el tren para salir del infierno, todo está quemando demasiado.
El joven de campera verde es alcanzado por balas de plomo, queda tirado, agoniza en el hall, su nombre es Maximiliano Kosteki ;el joven de campera de cuero viene detrás, ve al compañero caido, no continua corriendo, se detiene, intenta reanimarlo, las balas zumban, no muestra miedo, pero las balas también lo alcanzan, el fuego del Poder tarda pero llega, cae abatido, su nombre, Darío Santillán.
(Hasta ese momento no se habían tratado personalmente, pero el destino empezaba a entrelazar sus nombres para siempre.)
Avellaneda es un caos.
Continuan las corridas, la persecusión descarada hacia miles, corre la sangre, los heridos se cuentan por decenas, ya nadie tiene dudas : MATAR, desde un priemer momento, era la consigna del Poder.
La información empieza a ser confusa, la sociedad ve atónita por televisión los hechos, la policia dice que " los piqueteros se mataron entre ellos ", por el momento los medios de comunicación no afirman lo contrario, no hay pruebas de los asesinatos, subestimar a los de abajo es caracteristica del Poder de los de arriba.
Miles toman las calles de Buenos Aires , el sol ha caido, pero las banderas , las cacerolas y la bronca fluyen hacia la Plaza de Mayo, saben que no deben callar, comprenden que callar es fortalecer la impunidad de la mentira.
Aparecen fotos sobre lo ocurrido en la Estación, ya está todo claro, las imagenes no mienten, fueron policias los que Itakearon a Maximiliano y a Darío, y luego, los arrastraron por el hall como si fuesen perros, jamás entenderán aquello de que la rabia no se mata.
Duhalde tambalea.
Ha ido demasiado lejos, indalga la culpa a la policia, gendarmería y prefectura, llama a la Masacre " Atroz Cacería ", la hipocresía es también el rostro del Poder, tambalea Duhalde, y elabora su estrategia para sobrevivir en la Presidencia : adelantar la salida de la Casa Rosada 8 meses y llamar a elecciones, sabe que acortar su mandato es la única manera de estirarlo :comprende Duhalde que la lucha piquetera y la movilización popular lo dejó colgando, los hilos del Poder también suelen cortarse.
No se conocian, es decir, se conocian de otra manera, porque ambos luchaban por lo mismo, eran parte de un mismo sueño ; pintaban, hacian poesía, trabajaban en la bloquera, rebeldes, querían otro tipo de Sociedad, donde la opresión y la miseria social sean parte del recuerdo, no se conocian, y debieron conocerse en tal particular circustancia, para que su ejemplo de lucha y solidaridad vaya unido por siempre, así, luchando, muriendo de pie.
La historia continúa, siempre está empezando.
La sangre derramada no será negociada.
La lucha continua y ellos nos acompañan.
MAXI y DARÍO ¡ PRESENTES ¡ ¡ AHORA Y SIEMPRE !