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Operaron a un chico por la brutal paliza que le dieron en una comisaría
Por reenvío -
Saturday, May. 08, 2004 at 3:41 AM
Debieron extirparle un testículo. Lo habían detenido el domingo a la vuelta de su casa y demorado 7 horas por un delito que no le probaron. Según el padre, por más que no haga nada lo hostigan porque tiene dos antecedentes
Dos policías de la seccional 18ª fueron detenidos como responsables de una terrible golpiza a un muchacho de 19 años al que, por la violencia del ataque, debieron operar de urgencia para extirparle un testículo. El joven permanecía anoche internado en el Hospital Clemente Alvarez, fuera de peligro aunque con una lesión irreversible causada durante una brutal sesión de golpes, tras ser detenido por un delito del que ni siquiera pudo probarse su participación.
A raíz del escándalo generado por el caso fueron relevados quince efectivos que incluyen al jefe de la comisaría, Carlos Alegre, al oficial de servicio y al oficial de guardia. Estos tres policías, además, fueron puestos en disponibilidad, una medida disciplinaria que implica la afectación de sus salarios mientras dura el sumario abierto. Los restantes doce, removidos pero no en disponibilidad, eran los efectivos que salían y tomaban turno en la dependencia de Francia al 3600.
Los dos policías detenidos fueron imputados de apremios ilegales y lesiones gravísimas. Son un oficial ayudante, de apellido Cervacio, y un sargento. El jefe de la Unidad Regional II, José Maldonado, ordenó la disponibilidad de ambos.
Sebastián Schmid comprobó con su cuerpo aquello de la mayor indefensión de la pobreza. Vive con sus padres y ocho hermanos en una casa humilde en la zona sudoeste. El domingo pasado, a las 5.30, estaba con unos amigos en la esquina de Cafferata y Aurora, a pocos metros de su vivienda. De pronto llegó un patrullero del Comando Radioeléctrico. "La policía me decía que se la tenía jurada. Ya me han dicho: donde lo veamos, lo levantamos", manifestó Hugo, el papá del muchacho.
Hugo reconoce que el muchacho tiene "dos causas en comisarías". Y dice también que es permanentemente perseguido y hostigado por la policía. "Se lo llevan detenido por pavadas, por tomar cerveza en la calle, por estar en la esquina de casa con los amigos. A cada rato tengo que ir a la 18ª para buscarlo. Pero nunca pensé que le harían lo que le hicieron. Lo arruinaron y esto lo voy a seguir hasta el final", remarcó.
Esta vez a Sebastián lo acusaban nuevamente por un robo, que su padre jura que no cometió, y por eso lo llevaron a la seccional de Francia al 3200. Hugo fue testigo del arresto. "A esa hora recién me levantaba y tomaba unos mates con mi mujer. Salí a la calle para ver dónde estaban los pibes y desde la puerta vi cuando llegaba el comando y se acercaba a los chicos. Me arrimé porque vi que se llevaban a mi hijo. Entonces un oficial me dijo que lo tenían que llevar a la 18 porque tenía una causa judicial. Yo quise saber cuál era la acusación, por eso me acerqué, pero no respondieron", recordó el papá de Sebastián, quien tiene montado en su casa un taller mecánico.
Tras el procedimiento, Schmid padre llegó enseguida a la comisaría para interiorizarse del asunto. Allí le dijeron que tenía que volver a las 9 de la mañana para que hablara con el oficial a cargo del operativo. "Después yo no pude volver porque tenía cosas que hacer. Así que la mandé a mi mujer. La tuvieron hasta las dos de la tarde cuando lo largaron el pibe", comentó Hugo. Sebastián salió maltrecho de la comisaría. Tenía dificultad al caminar, un ojo morado y marcas de golpes en las piernas y en la espalda.
Según le contó después a sus padres, dentro de la seccional dos policías le asestaron rodillazos en la zona de los genitales y le dieron con un bastón de madera que quebraron en sus piernas. Uno de los uniformados le aplicó una patada en el estómago y luego le dijo: "Viste, también soy karateca". Hugo vio maltrecho a Sebastián. "Pero pensé que sólo le habían dado un par de cachetazos y que se mandaba un poco la parte". Pero evidentemente fue más que eso. Con el correr de las horas el joven comenzó a sentirse peor.
El lunes Sebastián no podía caminar y se doblaba del dolor. La inflamación que mostraba en los genitales hizo que sus familiares lo llevaran hasta un centro de salud ubicado en barrio Humme. "De ahí lo derivaron. Mi mujer lo llevó de un hospital a otro hasta que a las 9.30 del martes lo examinaron en el Servicio de Urología del Heca. Una hora más tarde entraba al quirófano. Le extirparon el testículo izquierdo.
Con su hijo internado con una lesión irreversible, Hugo se llegó hasta la seccional para pedir explicaciones. Contó que conversó con un comisario, al que no pudo identificar. "Me atendió muy bien y se mostró sorprendido. Dijo que iba a investigar. Que esas cosas no podían ocurrir en la seccional y que el que le hizo eso a mi hijo era un animal".
"La policía dijo que mi hijo tiene dos causas judiciales. Bueno, que me manden una citación y yo mismo lo voy a llevar a tribunales. Pero no así, que lo ven por la calle y se lo llevan detenido. Lo tienen a mal traer. Dicen que lo detienen por las malas juntas. El otro día lo agarraron con un porrón de cerveza justo el día del cumpleaños. No es justo".
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