Después de siglos de opresión y represión de las
mujeres, de una clase política que las cosificó y una sociedad católica que
legitimó a diario que algunas mujeres del pueblo tengan como único destino ser
muñecas sexuales de entretenimiento de los poderosos y la clase media y la
obrera también, este lunes se votará un despacho de comisión haciendo ordenanza
el cierre de "esas pequeñas dictaduras militares feroces donde se tortura, donde
se somete y donde se esclaviza a las mujeres", al decir de Hebe de Bonafini,
presidenta de Madres de Plaza de Mayo en referencia a los cabarets, casas de
tolerancia y whiskerías y pooles y otras denominaciones.
Hay acuerdo para que se vote el proyecto de ordenanza
original del Centro de Estudios en Derechos Humanos de la Facultad de Derecho,
pero con algunos agregados de las comisiones de Derechos Humanos, Presupuesto e
Interpretación que le dieron más contundencia, consensuados con el equipo de la
vicedecana de Derecho Laura Giosa.
El Centro de Estudios de Derechos Humanos de Derecho
invita a la población el próximo lunes al veredón municipal, para luego subir al
primer piso del palacio comunal, donde se halla el recinto del Concejo
Deliberante, para presenciar la sesión ordinaria donde se aprobará la
norma.
Eppur si muove
Y sin embargo se mueve. Pareciera a veces en Azul que
nada cambia, mucho, que está todo igual, que la sociedad es la de siempre y sus
prácticas políticas y culturales también. Pero, sin embargo, se mueve. Esa frase
es de Galileo Galilei, a quien la Inquisición condenó a muerte si
no se retractaba de que la Tierra gira alrededor del Sol y no al revés. Un
periodista de entonces, presente en las audiencias del juicio, apuntó que aún
después de abjurar de su teoría para no ser quemado vivo por la Iglesia
Católica, Galileo siguió pensando: eppur si muove.
El Concejo Deliberante y
la sociedad azuleña van a parir este lunes una herramienta valiosa para cambiar
la cotidianeidad de decenas de mujeres que son o han sido sometidas al maltrato,
a humillaciones y explotación sexual y violencias de todo tipo, silenciadas por
años por la complicidad de una sociedad que se escudaba en que "putas siempre
hubo", como si fuera parte de la condición humana esclavizar al prójimo, claro,
siempre y cuando no sean sus hijas, sus hermanas o su madre, las predestinadas
al cabaret.
Esa lógica perversa se
rompió a fuerza de férreas convicciones, organización y militancia de las
autoras del proyecto, que fueron sintonizado con otros organismos de derechos
humanos y los concejales y el Ejecutivo municipal, para ver si en esta ciudad
cervantina de raíces pampas se frena la trata de personas y el "destino marcado"
para algunas mujeres. Mujeres que tendrán la oportunidad de ser, de optar, de
elegir, de tener una vida que merezca ser vivida, con una presencia activa del
Estado que les ofrezca una mano sincera y firme para abrir oportunidades
laborales y de estudio nunca imaginadas. Se impulsa un cambio radical. Caiga
quien caiga y cueste lo que cueste. Paso a paso