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10 de Octubre - 68º Aniversario de la Masacre de La Bomba: “Toda esa tristeza”
Por Agencia Periodística Timbó -
Tuesday, Oct. 13, 2015 at 7:07 PM
diegoslagter@gmail.com
(Agencia Periodística Timbó) El 9 de octubre amaneció gris. Todo ese día el viento sur fue trayendo y llevando nubes pesadas, nubes que siempre estuvieron a punto de hacerse agua en la tierra. Pero no llovió, no terminó de llover en toda la mañana, la tarde y la noche.
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Foto: Bartolo Fernández, Presidente del Consejo de Representantes de la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá.
A pesar de esa posibilidad los hombres y mujeres del pueblo Pilagá comenzaron a alistarse en sus casas. Comenzaron a viajar para llegar a Oñedie, comunidad cercana a la localidad de Las Lomitas, en la provincia de Formosa. Y así lo hicieron. Fueron llegando, se fueron acercando, fueron camino al encuentro.
Es que no era un día como otros. El 10 de octubre, por la mañana, había que reunirse, había que cerrar la ronda y volver a decirse todo, llenar el monte con las palabras del tiempo para que nunca nadie olvide lo que ocurrió hace 68 años en ese sitio. Había que cerrar la ronda para ordenar las ideas, para amasar las novedades y para seguir caminando.
68 octubres
El 10 por la mañana la ronda empezó a enredarse. Llegaba la gente de La Esperanza y Km 30. También aparecía la gente de Pozo el Perdido y Pozo Navagan. Hacía frío y de a ratos lloviznaba. Los dirigentes de Oñedie acomodaban sillas y mesas para que el dialogo fluya. Las mujeres unían la harina y preparaban cocido. Aparecían también dirigentes de Km 14 y Campo del Cielo.
Los representantes de la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá eran anfitriones. Hablaban del tiempo y la lluvia. Decían que el acto no se suspendería. Traían novedades de Buenos Aires, acercaban noticias y materiales para informar a las comunidades. Llegaba también gente de Ensanche Norte y Barrio Qompi.
En un momento Bartolo Fernández, presidente del Consejo de Representantes de la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá, convocó a una ronda más amplia. Allí explicó cómo sería el acto que estaba previsto para las 18 hs., como siempre.
Además, recreó los últimos pasos que vienen llevando adelante con la Causa Judicial de la Masacre de La Bomba y pidió consejos, pidió palabra. Entonces los dirigentes hablaron, expusieron sus pensamientos, encontraron nuevos acuerdos en la mesa. Y hablaron los ancianos. Dijeron lo que había que decir. Volvieron a marcar el camino de sus dirigentes, de su Federación, de sus comunidades, de su pueblo.
Hora 18
Como el día fue gris y el sur seguía trayendo llovizna y frío, el Acto por el 68º Aniversario de la Masacre de La Bomba, que estaba previsto realizarse en el monolito ubicado a pocos kilómetros de Las Lomitas sobre la Ruta Provincial Nº28, se terminó realizando en la Escuela de la Comunidad Ayo La Bomba.
Leonardo Navarrete, dirigente Pilagá, encabezó la conmemoración, diciendo: El 10 de octubre de 1947, a las 18 hs., comenzaba la Masacre de la Bomba. Hoy, 10 de octubre de 2015, nos reunimos en el 68 Aniversario de la Masacre que sufrió nuestro Pueblo.
Una vez más, las palabras y los recuerdos volvían a reunirse en el sitio donde se produjo una de las más terribles manifestaciones de violencia ejercidas por el Estado Nacional. Una vez más, las familias Pilagá volvían a congregarse ahí, en territorio Pilagá, para reclamar al Estado y a quien sea, que se haga justicia.
Noolé Palomo, presidenta del Consejo de Mujeres de la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá, dijo: En este mismo lugar, en Oñedie, en el madrejón, donde cuenta la historia, el testimonio real de los abuelos, que se masacró a mucha gente, se mató a muchos indígenas. Y es un camino muy largo de espera de la justicia, siempre sabemos que la justicia es lenta, pero algún día vamos a llegar.
Por su parte, Ángel Navarrete, presidente del Consejo de Ancianos de la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá, manifestó: ahora está destapando lo que estaba tapado desde hace mucho años. Tenemos que estar bien unidos para que se haga la justicia. Con todos nuestros hermanos Qom, Pilagá, Wichí.
Bartolo Fernández esperó su tiempo para decir. Caminó hasta el micrófono, saludo a todos con la mirada paciente que lo caracteriza y sonrío. Agradeció con la sonrisa la presencia, la entereza de los presentes. Respiró profundo y desde esa profundidad, dijo: ¿Por qué existimos? Porque mediante nuestros abuelos, nuestras mamás, sobrevivieron de la Masacre. Que fueron masacrados de ese momento y esta Masacre de los Pueblos Pilagá, yo no sé por qué. Ellos no robaron, no mataron y tampoco hacen ningún daño. Pero estos hechos, sin causas, lo siento porque soy parte de mi mamá que era sobreviviente. Por eso estoy al frente, en esta tarde, recordándoles estos hechos que pasaron en el año 1947.
1947
El 10 de octubre de 1947, en La Bomba, se reunieron centenares de pilagá para recibir la palabra de Luciano, un sanador de la comunidad con mucho poder. Hubo en esos días danzas y música, generándose así una gran celebración religiosa. El Regimiento 18 de Gendarmería Las Lomitas, por orden del Ministerio del Interior, tenía que reprimir a la comunidad con el objetivo de seguir poniendo límites al dominio territorial del Pueblo Pilagá.
Por la tarde, promediando las 18 hs., Gendarmería Nacional comenzó a disparar, fusilando así a quien se cruzara en el camino de las balas. Luego prosiguió la persecución por los montes durante días. Es desconocida aún la cantidad de asesinados y muertos en la huida.
El Gobierno de Juan Domingo Perón ocultó, silenció y desestimó los hechos. La mayor parte de la prensa de la época promovió los acontecimientos y luego calló. Los libros de historia nunca contaron la verdad. La justicia todavía sigue ausente. Los ancianos, hace años, comenzaron a hacer pública su palabra.
La palabra
Solano Caballero es un anciano sobreviviente. Él estuvo. Él llegó y con su paso lento y firme se acercó al micrófono para volver a contar. Los presentes hicieron aún más reducida la ronda, se acercaron, como queriendo cobijarlo. Buscaron en sus palabras y en sus ojos el mensaje, la verdad. Y Solano Caballero, generoso como siempre, justo y entero, contó nuevamente la verdad. Y parecía que esa verdad volvía a ocurrirle en el cuerpo y la respiración. Y parecía que él necesitaba volver a decir, para que nadie olvide, para que nadie borre el tiempo.
Y porque el viento durante todo el día fue del sur, los hombres del sur también se congregaron. Como si acaso el viento arrastrara esos cuerpos combatientes, esos sueños en las miradas y esas palabras siempre firmes. Víctor Gómez, Presidente de la Federación Nacional Campesina de Chaco, cruzó el río Bermejo junto a sus compañeros para decir. Y dijo: Sabemos que la lucha, vamos a seguir luchando compañeros. Y esta lucha, yo creo que tiene que ser unidos, formoseños. Todos los hermanos como Pilagá. Todos nosotros como originarios tenemos que pedir justicia. A donde nosotros estamos, no solamente en Formosa, en distintas partes de Argentina.
Los más chicos, los niños de la comunidad junto a un maestro indígena cerraron el acto. Y lo cerraron cantando lo que todos estaban pesando. Cantando en castellano para que entienda el que aún no entiende. Cerraron la noche manifestando: porque somos los dueños de la tierra/y queremos al mundo gritar/que es la tierra la que nos da vida/y debemos a la amada tierra amar.