Decenas de trabajadores, ocupados y desocupados, que se movilizaban en la capital provincial, San Miguel de Tucumán, fueron heridos durante una brutal represión policial este jueves 22 en horas del mediodía. Además de la marcha, se realizaban paros y cortes de ruta en el interior de la provincia.

Efectivos fuertemente armados que custodiaban la Casa de Gobierno de Tucumán dispersaron a los manifestantes con balas de goma y gases lacrimógenos y vomitivos. Municipales, miembros de la Asociación de Trabajadores del Estado y desocupados de la Corriente Clasista y Combativa y de la Coordinadora de Organziaciones Barriales Autónomas, entra otras organziaciones, sufrieron de la represión. Reclamaban al Gobierno de José Alperovich incremento salarial para llegar al mínimo de 350 pesos de básico para los ocupados y planes sociales y alimentos para los comedores de las organziciones piqueteras, además de otras demandas. Tucumán es una de las provincias con indices más altos de desnutrición infantil en el país. Frente al reclamo reivindicativo, el gobierno contesta con balas para las que sí hay presupuesto.

La medida de lucha continúa el viernes 23 con “cortes de ruta totales en los accesos a la capital y también en el interior", según comunicó la CCC.

Los trabajadores municipales están reclamando 350 pesos de básico y 40 por salario familiar fente al aumento del costo de vida, en tanto los desocupados reclaman por los planes caídos, becas, casas culturales para los jóvenes, alimentos e infrastructura para comedores y merenderos. La marcha había sido convocada días pasados en forma conjunta por empleados de municipios del interior tucumano y desocupados de gremio de la construcción, a los que luego se sumaron trabajadores de la intendencia capitalina. La columna de cientos y cientos de personas comenzó a avanzar temprano desde el Parque 9 de Julio hacia la Plaza Independencia, en pleno centro de San Miguel de Tucumán. La marcha estuvo acompañada, en algunos municipios del interior, por paro de actividades. Los cortes de ruta se realizaron sobre la ruta 38 a la altura de la localidad de Santa Lucía, y de la localidad de Aguilares, a 100 kilómetros de distancia, y sobre los puentes de río Salí, que unen esta capital provincial con la ciudad Banda del Río Salí.

El jueves hubo más de 30 heridos. Uno de los manifestantes debió recibir los primeros auxilios en el hall de la Casa de Gobierno, dado que tenía diez impactos de bala de goma en su espalda. En el Hospital Padilla fueron atendidos decenas de manifestantes con balazos de goma en el cuerpo. La policía trató de detener a dos manifestantes pero le fue impedido por la multitud. Las modernas armas y trajes contratastaban con las piedras que en defensa arrojaron algunos manifestantes. La policía informó que “cinco agentes resultaron con heridas en la cara”. El ministro de Seguridad Ciudadana, Pablo Baillo, sostuvo que “no hubo orden de represión sino una reacción de defensa ante una agresión salvaje”, aunque no fue capaz de dar una explicación coherente del por qué del accionar policíaco.


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