Julio López
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Martes 28 de Septiembre de 2004
Aborto
Día por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe

En América Latina alrededor de 4.200.000 mujeres se practican abortos, la mayoría en la clandestinidad. Por cada siete nacimientos se lleva a cabo un aborto inseguro y el 95 por ciento de éstos se producen en países empobrecidos.

Se calcula que el aborto inducido -en forma clandestina y condiciones inseguras- es la causa de una de cada tres muertes maternas en la región y de aproximadamente 800 mil hospitalizaciones por año. En América Latina y el Caribe entre el 10 y el 30 por ciento de las camas de los servicios de ginecología y obstetricia, están ocupadas por mujeres con diagnóstico de aborto incompleto.

Para lograr un cambio en la legislación es que desde 1993, las organizaciones de mujeres realizan una campaña el día 28 de Septiembre, por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe. Esta fecha fue acordada en el V Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe (Argentina, 1990), en el que se propuso impulsar una campaña por el derecho al aborto en el marco de los derechos humanos.

El aborto en la Argentina

En nuestro país, las internaciones en hospitales públicos por la interrupción de embarazos crecieron un 46% en los últimos años. Es imposible establecer si estos abortos son espontáneos o provocados, porque las mujeres, por miedo no reconocen si se realizaron maniobras abortivas.

La mayoría de las mujeres que llegan a las guardias hospitalarias con sus úteros perforados o con avanzadas infecciones, son mujeres de escasos recursos. En cambio, las mujeres con mayores recursos económicos, pueden acceder a abortos clandestinos con profesionales idóneos y en excelentes condiciones de higiene y cuidado. Una muestra más de la hipocresía social y del diferente tratamiento de las “delincuentes” según la clase a la que pertenezcan.

En la Argentina los abortos son la primera causa de mortalidad materna, dos mujeres mueren por día por abortos mal realizados. Por cada dos partos, se realiza un aborto clandestino. Lo que da una cifra de 1.000 abortos diarios y unos 400.000 al año.

Las víctimas

Miriam tenía 14 años cuando fue violada por su padrastro y quedó embarazada. Su mamá pidió ayuda en el Hospital Penna de Bahía Blanca. El Director de este hospital Alberto Taranto, dio intervención al Juez José Luis Ares, quien le negó la posibilidad del aborto terapéutico a Miriam. Aunque el Comité de Bioética del mismo hospital, recomendó interrumpir el embarazo considerando el riesgo físico y psíquico que implicaba para la niña.

Romina Tejerina fue violada por Eduardo Vargas; producto de esa violación quedó embarazada. Durante siete meses ocultó su embarazo e intento abortar con métodos caseros. Con siete meses de embarazo parió sola en el baño de su casa y presa de stress post-traumático hirió mortalmente a la recién nacida. Hoy Romina se encuentra detenida en el penal de mujeres de Jujuy esperando que finalmente la “justicia” fije la fecha del juicio oral, luego que la cámara ratificara el procesamiento por “asesinato agravado por el vinculo”

“Para Romina sería todo distinto si ella hubiese podido acceder a la píldora del día después. Si en esta situación y en esta sociedad hubiera otras condiciones para las mujeres que sufren la humillación de ser violadas, otra seria la situación. Para la que puede hacerse una aborto en este país y puede pagar unos miles de pesos no pasa nada, en cambio son las mujeres pobres las que sufren más. Romina sufre doble opresión por ser pobre y ser mujer.” (Maria Conti –Amas de Casa del País).

Las organizaciones piqueteras que incorporaron a sus planes de lucha el reclamo por anticonceptivos y preservativos encuentran sistemáticamente respuestas evasivas por parte del Ministerio de Salud. En otras palabras, desde el estado se les está negando a estas mujeres: el derecho a tener una vida sexual plena, sin correr el riesgo de quedar embarazadas. Mientras otras mujeres no saben cómo evitar los embarazos no deseados. El poder no solo pasa por lo económico, sino también por la información.

El derecho a la autonomía sobre el propio cuerpo

El cuerpo de las mujeres siempre ha sido expropiado; no sólo como productor directo de plusvalía a través del trabajo, sino, además, como reproductor de la fuerza de trabajo y como productor forzoso de un placer que sólo es tal para una de las partes. La jerarquía de la Iglesia Católica, desde tiempos inmemorables, sostiene el andamiaje ideológico de esta expropiación y para el gobierno de Kirchner, el derecho al aborto es, apenas, una prenda de cambio (como lo han sido siempre, para todos lo gobiernos, los cuerpos de las mujeres) asegurándose así el apoyo de la poderosa multinacional católica. “Somos peronistas, no abortistas” (Cristina Fernández dixit).

Muchxs han sido responsables y cómplices de esa situación, pero el adalid fundamental de la negación de los derechos de las mujeres sobre su cuerpo, ha sido y siguen siendo los sectores reaccionarios de la iglesia católica: que boicotean los talleres en los encuentros de mujeres. Uno de sus “logros” fue que después del encuentro del año pasado en Rosario - con una importante movilización con la consigna de derecho al aborto- el Ministro de Salud de la provincia de Santa Fe, Fernando Bondesío, dictara una reglamentación administrativa para obligar a los médicos de los hospitales públicos de la provincia, a denunciar a las mujeres que iban a atenderse complicaciones de abortos mal hechos. Lxs médicxs, con dignidad profesional y humana, desobedecieron la orden.

Pero si una mujer no puede decidir sino acerca del “como ser madre”, sin antes poder pensar si quiere o no serlo. Se le está negando el derecho a la autonomía sobre su propio cuerpo, cuanto más si el mandato cultural que pende sobre ella, dictamina que se debe ser madre o se es un fracaso, sin advertir que también se puede ser una madre fracasada, sin posibilidades de brindar al hijx no deseadx las condiciones mínimas que acrediten ser una “buena madre”. Aún desde la óptica de un sistema opresor que mide éxitos y fracasos unilateralmente y no brinda las condiciones de desarrollo para el éxito.

El aborto es parte de las luchas de género y de clase, porque ningún derecho es concedido, sino que todo derecho es conquistado, porque nadie puede reglamentarnos el cuerpo. Porque en cada mujer que muere de aborto clandestino se muere una parte de todxs nosotrxs, reclamamos:

ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR.

ABORTO LEGAL PARA NO MORIR

Más Información:
28 de setiembre Dia de lucha por la despenalizaciòn del Aborto en A. Latina y el Caribe +En Cba/Día de lucha por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe +El 60% estuvo de acuerdo con el aborto +Parir a los diecisiete+Que se vayan todos, también los que legislan sobre nuestros cuerpos +Mi cuerpo es mío




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